¿Y Si Realmente...? - KakaIru

Inquietudes- XI

Los pasos apresurados se escuchaban por las calles. El cielo se había tornado de un gris obscuro y las advertencias de  lluvia por parte de las nototicias puso nerviosa a la población de Konoha.
El pueblo tenía reputación de tener lluvias extensas y abundantes. Entonces, cuando la lluvia amenazaba acercarse, los ciudadanos se apuraban a hacer lo que tuvieran que hacer.

Era difícil que, con la noticia de la ya mencionada lluvia, comprar en las tiendas del mercado fuera muy cómodo. Se sabía que iba a ser complicado si en sus hogares se agotaba la comida y tener que salir con la lluvia, así que aprovechaban a comprar de todo.

Entre esa multitud que había en las tiendas del mercado, se encontraba el Omega ojos café. En tiempos así, compraba bastantes cosas para hacer sopa, como su madre le había enseñado. A diferencia de otros, caminaba a paso lento, recordando a su madre cocinar sopa en los días de lluvia. Una leve sonrisa se torno en su rostro, pero, ya se había puesto triste. No por recordar a su madre, eso le traía una melancolía buena, aunque suene extraño. La causa de su decaída era la idea que se le apareció de que su madre si tenía a quien cocinarle. Se puso a pensar en esa extraña comparación, pero era cierto.
La manera que su dulce madre de expresar amor a quien más quería a cocinar, amaba cocinar y lo hacía de maravilla. Y aunque a él también  le agradaba la cocina, nunca pudo dar esa emoción de cocinar para quienes amas.
¿A quién iba a amar si no podía amarse a él mismo?

Y entonces, volvió a pensar en él. En aquel joven junin de pelo platino que, de alguna manera, le hizo pensar que realmente podía amar. Jamás se sintió así, su pecho apretaba con la sola idea de que alguien le amara, quién lo haría. Menos una persona como el alfa, quien era mucho y bueno, el simplemente era una persona que se hundía en un profundo mar de pensamientos.

El dolor le empezó a golpear más fuerte, ahora solo quería llegar a casa. Le idea de cocinar ya se le había ido de la mente, remplazandole estaba la de llorar. Pero cayó en cuenta de que no podía hacerlo. Desde hace unos días le había estado pasando algo, no podía llorar, le era imposible. Se sentía tan mal y solo quería aferrarse al llanto, pero no podía, ni siquiera lo intentaba porque...no tenía repuesta para eso, solo no podía.

En ese momento, gotas golpearon su cabeza. Miró hacia el cielo, absorto en pensamiento sin sentido y con el cuerpo tratando de ser arrastrado por las ráfagas frías. Escuchaba a gente a su alrededor, sin embargo, sentía que estaba solo, o no le tomaba suficiente importancia a otros para poder seguir.
Afirmaba que el tiempo se había detenido porque no sentía que nada hubiese cambiado, seguía viendo el cielo, sentia las húmedas gotas y sentía el frío viento.
Pensaba cómo había llegado a eso, cómo pudo estar paralizado, estancado, atrapado en ese sitio.

Aunque estaba en ese espacio congelado, sintió el agarre de alguien quien lo estiraba a algún lugar. Entonces, por fin, pudo salir del trance preocupándose sobre qué le estaba pasando y el miedo le invadió.

——¡Iruka!——Abrió los ojos con asombro en centrándose con aquel alfa que había tomado sus pensamientos momentos atras——Por dios, ¿estás bien? ¡¿En qué pensabas quedándote debajo de la lluvia?!

——Y-yo——Tartamudeaba con ojos afligidos.

——Lo siento, Iruka——Suspiro——Vamonos antes de que esto se ponga peor.

——¿Ir a dónde?——Se exaltó.

——Pues, mi casa está cerca. Vamos——Sonrio levemente.

Las mejillas del Omega se tornaron de un color carmín. Ésto no pintaba bien para él.

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Hello!
Primero que nada, quiero agradecerles por los 1k de lecturas 💗
Muchísimas gracias, no creía que esto llegara a más de 50 lectoras, pero no, así que muchas gracias!

Siguiendo con esto, ¿les gustaría un especial o algo? Si lo desean díganmelo en los comentarios.

Sin más, me despido. Nos leemos en el próximo capítulo. 👋