Capitulo 4

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Pasos apresurados, pisando las hojas y ramas secas del bosque era lo único que se escuchaba en aquel lugar, además de el canto de las aves y el sonido de el viento moviendo la copas de los árboles.

Un grupo de oficiales estaba tratando desesperadamente de encontrar a dos pequeños niños perdidos hace más de diez horas.
Junto a ellos, iba un par de señoras completamente desconsoladas al no saber nada del paradero de sus pequeños  hijos.

Una de ellas, llevaba consigo una pequeña parte que, se suponía, pertenecía al traje del
menor de ambos amigos.
Según la explicación de los oficiales, el pedazo de tela había sido hallado en la rama de un árbol por uno de los agentes caninos, ( no encontré mejor forma para describirlos 😅)
Sin embargo, aun no habían pistas sobre el niño peli verde, quién era el dueño de aquel pedazo de tela rasgado.

Por otra parte, tampoco se sabía nada sobre el bicolor, en su caso, no habían encontrado ninguna pista o señal para poder encontrarlo.

Los oficiales continuaron con su búsqueda hasta que recibieron la señal de qué habían encontrado a un niño inconsciente. Para su suerte, el pequeño estaba vivo y sin ninguna lección grave, solo unos pequeños rasguño y heridas, pero nada que lo pusiera en riesgo.

La madre del bicolor (quién era el niño al que habían encontrado) sintió un gran alivio al saber que su pequeño ya había sido encontrado, por lo que rápidamente, acompaño al grupo de oficiales que llevaron a su hijo hacia el pueblo para que pudiera ser tratado.
Mientras que el resto de oficiales, continuaban con la búsqueda del niño peliverde junto a la madre de este mismo.
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Una semana, solo paso una semana desde que fue encontrado en las profundidades del bosque.

Su amigo Midoriya, registraba como desaparecido y sin ninguna pista de su paradero, solo el pedazo de tela, pero, de que servía si no podían encontrar al pequeño.

Durante ese tiempo, Todoroki fue interrogado para poder encontrar pistas sobre lo sucedido , sin embargo, este solo mantuvo silencio, después de todo, quién rayos le creería una historia que parece sacada de un cuento de terror a un pobre niño. Al final de cuentas no era su culpa, digo, en su lugar cualquiera hubiera terminado con serios traumas y miedo de lo que pudo haber pasado, pero sobretodo, lo que sentía era una inmensa culpa por no haber protegido a su pequeño amigo, quién hasta ese momento, no había aparecido.

Los oficiales llegaron a la conclusión de que unos traficantes intentaron secuestrar a ambos niños, pero que en el intento, los dos corrieron hacia el bosque como una forma de escapar.
El peliverde fue atrapado durante el recorrido y, su amigo bicolor al ver eso, simplemente huyó con rumbo a las profundidades del bosque en dónde no lo pudieron alcanzar, pero si fue atacado por las bestias del lugar, terminado así con los rasguños y heridas, pero con la gran suerte de no ser devorado.

Sin duda suena algo lógico, después de todo si habían intentado ser secuestrados para ser devorados, pero no fue por unos traficantes, fue por una bestia, una maldita bestia que lo habia marcado como de su propiedad, algo que era demasiado frustrante para el de ojo dispar. Pero lo que más le frustraba, era el hecho de que no pudo salvar a su amigo, y que por su culpa el ahora estaba desaparecido, probablemente muerto como dijeron los oficiales, y pensar en aquello le provocaba náuseas y un nudo en la garganta.

A su parecer, el fue un cobarde, fue el culpable, por un momento sintió miedo y se rindió, dejo a su amigo a su suerte con la esperanza de que pudiera llegar al pueblo, pero ahora estaba desaparecido. A su parecer en ese instante se veía patético, y creía que la única persona causante de todo aquello era el mismo, y no quería saber las consecuencias de sus actos, pero aún así, ya suponía lo que pasaría.
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Dos semanas, solo basto dos semanas para que todo a su alrededor se derrumbara.

Su tía Inko no soporto más el dolor que sentía al haber perdido a su único hijo, quién era la razón de su vida, por lo que optó por acabar con su propio dolor y, junto a ello, con su propia vida.

Fue una noticia difícil de asimilar, pero como la señora Inko no tenía más familiares en ese pequeño pueblo, la familia de el bicolor decidió darle un entierro digno.

Por otro lado, en su familia las cosas tampoco fueron fáciles.
Su padre culpo a su madre de lo que paso en la noche de halloween, pues el había estado en desacuerdo de dejar a su hijo salir hasta altas horas de la noche, pero su esposa, la señora Rei, fue quien lo convenció de dejarlo ir.

La salud mental de su madre había estado inestable desde que Todoroki tenía 5 años, (por ello la cicatriz en su rostro). Pero empeoró aún más desde lo que sucedió con los pequeños niños.

Las discusiones y peleas en la familia se volvieron mucho más comunes, al igual que el maltrato que su padre le daba a su madre,  llegando está misma a enloquecer y atentar contra su propia vida en frente de su hijo menor, Shoto, quién hizo todo lo posible para evitar que su madre se hiciera daño, pero ganando un par de traumas más en el proceso.

La madre de el niño fue internada en un centro psiquiátrico que se ubicaba en la ciudad, por lo que su hermano mayor, Touya, y su padre, fueron los encargados de ir a dejarla en aquel lugar.

Al pasar el tiempo, su hermano mayor decidió dejar a su familiar al cumplir los 18 años, pero iba a  visitarlos de ves en cuando.

Su hermana Fuyumi y su hermano Natsu aún vivían con él en la misma casa de su padre.
Lo ocurrido con su madre también los afecto, pero con el tiempo aprendieron a vivir con ello.
Su padre, sin embargo, no se lo tomó muy bien, pues a pesar de continuar con su trabajo y con su propia vida, en ciertas ocasiones llegaba borracho a su casa para desquitarse con su propio hijo menor, Shoto, a quien le echaba la culpa de todo lo ocurrido desde que su amigo Midoriya desapareció.
Cosa que hacía que Shoto desarrollará ansiedad y depresión durante el transcurso de su vida.

Nada había salido bien desde aquella noche, al final, el también tuvo que recibir tratamiento con un psiquiatra conocido del pueblo. Pero la culpa, inseguridad, ansiedad, depresión, y miedo, lo carcomían en su interior.

La vida que le tocó sin duda era un asco.

Fue hasta los 19 años que decidió alejarse de aquel entorno que solo le recordaba todo lo que había causado.
Por lo que una noche de octubre, se preparó para despedir a su pasado y empezar de nuevo en otro lugar.

Pero las cosas no siempre salen como las piensas ¿Verdad?
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Por cierto... ¿Que noche era?
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OMAIII!!  Terminamos con otro capítulo, el final de este deja sin duda mucha intriga.

Quiero agradecer a todas las personas que leyeron y votaron por esta historia, su apoyo me inspira a seguir con la trama de está misma.

En fin, espero les guste este capítulo 😊.
Nos vemos en el siguiente.














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