Parte 2

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Era un día hermoso para Yoongi, o al menos trataba de convencerse de ello. No era fácil dejar de lado su identidad como hombre para vivir el resto de su vida fingiendo ser una mujer. Asimilar su nueva identidad era abrumador y poco real, aunque la vergüenza le recordaba constantemente que sí lo era. Sentía una repulsión diaria al ponerse el vestido y la peluca, maldiciéndose a sí mismo, como si su situación no fuera consecuencia de los actos de su hermana Shin Youngmi.

La semana había terminado y había sido muy dura, llena de cosas por aprender para un inexperto en la realeza como Yoongi. Sin embargo, su gran capacidad e inteligencia sorprendieron al asistente y al rey.

...

El rey se dirigió a retomar sus responsabilidades mientras Yoongi, pálido, esperaba al asistente Park, quien lo llevaría a la presencia de la reina madre. Luego lo guiaría en un largo recorrido por todo el palacio y finalmente lo instalaría en sus aposentos.

—Señorita, ¿podría buscar al asistente Park? Ya ha tardado demasiado —dijo Yoongi con una suave voz a su pequeña asistente, asignada por el rey antes de irse.

—Enseguida lo busco, su alteza —la señorita hizo una reverencia y se retiró con una sonrisa.

Los minutos pasaban y Yoongi seguía esperando solo, hasta que se desesperó y comenzó a caminar para recorrer el enorme palacio. Los acabados en oro y maderas finas lo hacían más hermoso de lo que podía imaginar.

Después de un largo rato, Yoongi se encontraba cansado de tanto caminar y además perdido. No sabía dónde estaba, pero el lugar era oscuro y solitario, aparentemente el calabozo. Las celdas eran numerosas y la mayoría estaban ocupadas.

Recorrió el lugar con la mirada, viendo a varias personas encerradas. ¿Realmente es así como lo describen? Pensó sobre el rey Kim. Entre las personas había una mujer que llamó su atención; su celda tenía comodidades a diferencia de las otras, lo que sugería que era de una familia noble. La observó llorar y acariciar su barriga con dolor.

—¿Se encuentra bien, señorita? —preguntó preocupado.

La chica miró a Yoongi, o mejor dicho, a quien ella creía que era Youngmi, con una mirada de desprecio. La odiaba profundamente, considerando a Youngmi la peor persona que había conocido.

—¿Estás feliz con esto? Debes ser la reina ahora y no estás feliz con eso, ¡escoria! ¡Vienes a burlarte en mi cara, aun cuando estoy esperando un hijo! —la mujer le arrojó una piedra con furia—. Puedes matarme ahora, maldita, ya no te tengo miedo.

Yoongi esquivó la piedra con agilidad, aunque le alcanzó a dar en el hombro. Decidió salir del lugar, confundido. Quizás esa chica sería la reina si no fuera por su hermana, de ahí su enojo. Aun así, su cabeza se llenó de dudas.

—¿Qué haces aquí? Deberías estar con la reina madre —Yoongi palideció al encontrarse con el rey, incapaz de mirarlo a los ojos, sintiendo nervios y miedo, quizás ese lugar estaba prohibido.

—No te muevas, espera aquí —dijo el rey fríamente. Yoongi se quedó inmóvil, esperando a su ahora esposo.

Yoongi esperó con miedo, pero no pudo evitar escuchar al rey. La conversación no era audible, pero Seokjin parecía cómodo con aquella chica. ¿Quién era esa mujer? Parecía tener preferencias. Quizás ese hijo era de Seokjin, no había otra explicación para que odiara a Youngmi. Su adorable hermana era tan dulce y alegre, incapaz de dañar a alguien.

—Vámonos —dijo Seokjin, sacando a Yoongi de sus pensamientos—. Iremos juntos con la Reina madre —caminó a pasos rápidos.

Yoongi trataba de seguirle el paso a Seokjin, cansándose en el intento. Al parecer, su esposo lo notó y caminó más lento, algo que Yoongi agradeció.

—Tenemos muchas cosas que hablar, Yoongi, sin la presencia de mi asistente. Solo tú y yo.

—¿Cometí algún error, su alteza? —lo miró con algo de miedo.

—Al contrario, tienes un buen desempeño y recuerda que eres la reina, tú eres la tercera persona con más poder —dijo fríamente. Aun así, Yoongi se sintió extraño. Desde la muerte de sus padres nadie había reconocido nada de lo que hacía.

Ambos continuaron en silencio hasta llegar con la reina madre, quien los esperaba alegre, con un desayuno que organizó con tanto esmero.

...

16 años antes

—Pobre niña ilusa, ningún hombre se fijaría en ti, pero soñar no cuesta nada —dijo la sirvienta principal de la señora Shin, derramando agua en la habitación—. No pienses estupideces y limpia, la señora está por llegar.

La pequeña Min Youngmi lloró; ya había terminado de limpiar, pero esa mujer amaba verla infeliz. Quería terminar lo más rápido posible para correr a abrazar a su hermano. Cuando por fin terminó, corrió con él, sintiéndose refugiada en sus brazos.

—¿Qué te ocurre, princesa? ¿Te pegaron de nuevo? —Yoongi abrazó a su hermanita. Tenían que soportar humillaciones por un techo y comida, aunque esta última a veces les era negada.

—Sí, también se burlaron de mí... tampoco comeré hoy —la pequeña estaba al borde de las lágrimas.

—Tengo que juntar más leña, debo apurarme o seré castigado —Yoongi sacó una moneda y se la entregó a su hermana—. Compra el pan que tanto te gusta y ten un feliz cumpleaños, mi linda hermana —acarició sus mejillas y continuó trabajando. Más tarde buscaría una bonita flor para su hermanita y pasaría tiempo con ella.

Youngmi caminó hasta la panadería con una enorme sonrisa. Las veces que había comido ese pan solo le tocaba una pequeña porción, pero esta vez sería para ella sola, algo que la emocionaba. Compró el pan con el que siempre había soñado; no sabía qué sería de ella sin su hermano, lo amaba demasiado.

—El rey parece tener problemas con la reina. Al parecer, los futuros reyes tendrán prohibido casarse o tener alguna relación con alguien de otro reino —dijo una de las mujeres en la panadería—. Entonces el príncipe Seokjin tendrá que casarse con alguien del reino, quizás mi hija logre formar parte de su harén —dijo otra mujer con una sonrisa.

—Solo las mujeres nobles son candidatas a reinas y las mujeres pobres pueden aspirar a ser concubinas de bajo rango —respondió la otra mujer.

Una idea pasó por la mente de la pequeña; quizás algún día sería una verdadera princesa y viviría en el enorme palacio junto con su amado hermano.

The king's wife Donde viven las historias. Descúbrelo ahora