❦, les contaré un cuento ׺
El destino puede ser voluble, sobre todo si pensabas conocer el desenlace.
Un Rebel y una Royal no pueden estar juntos. Está prohibido, al margen de que vienen de mundos diferentes, la sociedad de ese mundo no lo permite...
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Ya pasaron doce años...
Doce años en los cuales el príncipe Roland y la princesa Dela mantuvieron la resistencia a sus dificultades de la niñez.
Doce años gastados con diferentes vidas, diferentes enseñanzas y diferentes problemáticas familiares.
Doce años durante los cuales ambos habían cambiado tanto física como mentalmente.
Roland se había convertido en un hombre guapo y atractivo como su madre le había dicho desde hace años. Dela ahora era una joven princesa de clase alta, cuyos ojos de ensueño poseía debajo de esos lentes negros. Ganándose el apodo de "la cerebrita" de la familia.
No hay duda de que ambos se volvieran adolescentes, prácticamente casi adultos.
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La reina encantadora se dirigía al comedor real para desayunar y reunirse con su familia.
—Buen día —saludó la reina con elegancia entrando al comedor.
—Buenos días —comentaron los demás.
La reina miró con el rabillo a su marido tratando de pelar un huevo cocido y pasó junto a la mesa para ver a Daniela observándose en su espejo.
—Madre...—la saludó ella sin quitarle la mirada a su reflejo.
Entonces se aproximó a sus otros dos hijos que estaban en la mesa de aperitivos. Drago y Dela murmuraban y reían, lo que hizo que la reina levantara una ceja y se aproximara para conocer el chismorreo.
Los gemelos se percataron de su presencia y se miraron entre sí.
— ¿Se lo vas a decir o lo hago yo?
—Dile, veo que mueres por hacerlo —replicó Dela alejándose de ese sitio con una sonrisa.
— ¿Qué cosa? —preguntó la reina.
—Nuestro guardia en jefe recibió una carta esta mañana de la propiedad colonial —explicó el chico mientras se servía en su plato pure de patatas y queso gruyere fundido—. Aparentemente uno de los hermanos Grimm...
—El mayor de los dos, al parecer —interrumpió Dela.
—Nos dice que las puertas del instituto Ever After High estarán abiertas para las futuras generaciones y que...
—Quiere que nos presentemos, que asistamos a su escuela.
— ¡¿Yo le voy a decir o tú?! —le preguntó a Dela, harto de que le siguiera la conversación.
— ¡Hay por favor, ve al grano entonces!
El rey y Daniela empezaron a reírse y Drago le echó una mirada vigilante a Dela.
