Juguete - Jinx (Dan x Jaekyung) Yaoi

Capítulo 26 - Confesión

—Si abuela, ya hablé con tu doctora, está todo listo.

—Mi Dan ¿Estás seguro de que puedo quedarme allí?

—Por supuesto abuela— comenzó a envolverla con las sábanas de la camilla —Te va a gustar mucho quedarte allí, el pent-house tiene una vista muy bonita de la ciudad.

—Ya mi niño me convenciste ¿Cuándo dijiste que iría?

—La doctora me había dicho que la próxima semana, pero como recibiste bien tu ultima quimio dijo podrías irte mañana, pero antes debo hablar con el señor Joo porque este es nuevo.

—Está bien— lo toma de las manos —Le mandas mi saludo a tu amigo y le agradeces por lo bueno que ha sido con nosotros.

—Por supuesto abuela.

—Ay... quien diría que ese joven sería tan generoso con personas como nosotros, debes cuidarlo bien.

Dan sonrió un poco incomodo. No podía negar que cada vez le era más difícil ocultarle la verdadera relación que tenía con el luchador, no quería mentirle a la única persona que tenía, pero entendía perfectamente que si su abuela llegase a conocer de ello sufriría y Dan mil veces prefería sufrir por mentirle, que verla sufrir por culpa suya.

La vida no tardo en enseñarle que está llena de sacrificios, su abuela dejó de alimentarse correctamente muchas veces por darle de comer a él, a pesar de que su abuela había recibido muchas amenazas de los cobradores ella nunca dejó que nada esencial le faltase, trabajaba sin descanso día y noche solo para que él tuviera una buena infancia y podría seguir con una lista infinita de cosas que su abuela sacrificó para que su nieto fuera lo que es hoy. Gracias a ella, él logró terminar su carrera y salió profesional.

Si bien no había tenido una vida de lujos, él estaba agradecido con todo lo que su abuela le dio y en comparación con lo que su abuela sufrió esto no era tan grave o bueno, al menos así quería verlo.

La amaba, Dan la amaba tanto que, sin ella su vida no tendría sentido alguno, todo lo que sufría al trabajar con el luchador valían la pena con solo verla sonreír, al ver aquel brillo de vida en sus ojos era todo lo que necesitaba para continuar.

—Te amo mi pequeño.

La abrazó con tanto cariño que al segundo de tal contacto sintió como unas enormes ganas de largarse a llorar lo hubieran invadido, sin embargo, ya no podía hacerlo, el ya era lo suficientemente grande como para soportarlo, además tenía que ser fuerte, fuerte por los dos.

—Yo también abuela.

Estuvieron abrazados durante unos buenos minutos hasta que una de las enfermeras los interrumpió para verificar los signos vitales.

—Mire que buenas amistades tiene su nieto, ahora pasará estos días en un pent-house.

—Es que mi pequeño es un sol.

—Enfermera Yuri, quería saber si no tendría problemas por atenderla antes de la fecha dada, hable ya con la doctora y dijo que podía llevarla.

—Por supuesto que no, usted solo me confirma y me envía la dirección para que vaya a ayudarle, es un nieto muy bueno.

—Verdad que si— dijo la abuela —Ahora incluso lo veo mucho más guapo.

—¡Abuela! No digas esas cosas.

—Tu abuela al fin y al cabo mentiras no dice.

Dan avergonzado sacó su celular al escuchar que le llegó un mensaje, lo vio durante unos segundos confundido.