☪」Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ |27

497 63 58
                                    

Tom se encontraba esperando a su amigo a una cuadra del departamento de Georg, y cuando le vio llegar apagó el cigarrillo que lo había acompañado algunos minutos, frunció el ceño cuando noto que este venía a pie, preguntándose en dónde estaba su motocicleta, pues Georg jamás solía despegarse de esta

—A dónde pretendes ir ¿Sin tu moto?—
—La puse en venta—

—¡¿Que?!¡¿Cómo?!¡¿En venta?!¡¿Estás loco?!¡¿Por qué?!—Dijo exaltado—No lo entiendo Georg—

—Necesito la pasta, parece que alguien se ha interesado así que vamos a la subasta—

Georg rápidamente tomó asiento esperando a que Tom hiciera lo mismo y pusiera la moto en marcha, pero este se había quedado atónito

—No lo entiendo Georg, es tu moto, ¡Tu moto!—
—Si, y ahora quiero venderla—
—¿Te has metido en algún problema? Seguro que lo resolveremos, no es necesario que la vendas—
—No, tengo planes—
—¿Planes?—
—Lo entenderás cuando lleguemos Glücksburg—
—¡¿Glücksburg?! Pero si eso está en Flensburgo, y Flensburgo queda en ¡Hamburgo! ni siquiera le he puesto suficiente combustible a la moto—Respondió

—No seas cabezota, lo llenaremos en cuanto nos encontremos una gasolinera—
—¿Pero hasta Hamburgo?—

—Por eso te he dicho que saliéramos a primera hora—Respondió Georg—Anda que entre más lo piensas más noche volveremos a casa—

Tom obedeció y aceleró la moto directamente a la subasta y después hacia Hamburgo. Nadie de los que pertenece en Weberstrabe se había atrevido ir a la ciudad grande, pues era un lugar con personas llenos de lujos, dónde la seguridad si hacía todo lo posible para tener sus lugares seguros y tener hombres justos

A mitad del camino ambos chicos estaban hambrientos por lo que se obligaron a hacer una pequeña parada. Se detuvieron frente  a un puesto de carrito, cualquier cosa era bueno para esta ocasión

—¿Ya me lo dirás? Me tienes manejando desde la mañana y no me has dicho nada—

—He hablado con Bruce—Tom se quedó en pausa mientras se llevaba un bocado de panecillos a la boca, con la grasa escurriendo por su barbilla—Me lo ha dicho, me ha dicho lo del accidente, pero también me dijo porque ha devuelto todas las cosas. El está arrepentido Tom—

—¡Mi culo!—Refunfuño con la boca llena. Tomo algunas servilletas y se limpió la boca y también las manos—No me digas que se lo pasarás—

—Si—

—¡¿Por qué?!—Volvió a Refunfuñar al mismo tiempo que llamó la atención de todos los clientes que también se encontraban comiendo—Para mí Bruce no es nadie ya—

—Tom...—

—No lo entiendes Georg, el doctor dijo que tú corazón había dejado de latir ¿Y que si los doctores no hubieran podido? Bruce no te merece—Georg se quedó en silencio—No lo entiendes porque tú no viste a tu amigo apunto de morir, y que Bruce se trague toda su mierda yo no pienso perdonarlo nunca más. Anda terminate eso que ya voy a pedir la cuenta—

—No llevábamos ni veinte minutos aquí—
—Se me ha amargado el almuerzo. ¿Podría decirme cuánto es?—

Mire a Tom, tenía el rostro fruncido y amargoso, muy pocas veces suelo verlo así. Es verdad lo que dice pero también es verdad que Bruce se ha arrepentido, ninguno de los tres somos perfectos y supongo que nadie lo es, cualquiera puede cometer un error

Georg camino detrás de Tom cuando esté se había encargado de pagar, antes de subir a la moto, Georg se quedó de pie frente a él

𝗦𝗼𝗹𝗼 𝗨𝗻𝗮 𝗡𝗼𝗰𝗵𝗲; Georg ListingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora