7|Heridas que marcan

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El león venía corriendo hacía mí sangrando negro por los ojos.

Aún le quedaba un poco para alcanzarme  pero con lo rápido que era no tardaría mucho.

Mi cabeza quería coger la ballesta y clavársela pero aún estaba paralizada por el shock.

Saltó para abalanzarse sobre mí y por un milagro mi cuerpo se movió antes de que sus zarpas se clavaran en la piel.

El león gruñó con enfado y parecía que iba a soltar fuego.

Entonces corrí a por mi ballesta y el león empezó a retroceder para poder ir más rápido.

Sabía que iba a morir, pero por lo menos que le fuera difícil matarme.

Pero teniendo en cuenta mi práctica de arco de antes me desanimé.

Preparé mi arco con la flecha y apunté al ojo derecho del león, no tenía mucha estabilidad al estar en el suelo.

Fallé, pero le di a la pata lo que hizo que se estremeciera.

Eso le enfadó aún más y saltó hacía mí sin que yo lo esperara, su zarpa atravesó mi brazo y me dejó una herida sangrando.

No iba a morir tan fácilmente pensé y entonces
le clavé una flecha con la mano al pecho y se apartó, cogí mi arco dispuesta a no fallar.

Le di al ojo derecho y empezó a sangrar más negro, el león tenía bastantes flechas clavadas y pensaba que iba  a rendirse pero sabiendo que es un monstruo del mundo mágico,no lo parecía.

El león levantó la cabeza y saltó otra vez sobre mí, me zarpó la cara y sentía sangre en mi  boca. Estaba exhausta y muy cansada, pero la adrenalina hacía que luchará por mi vida. Pero llegó un momento en el que ya no me podía mover, me estaba haciendo tantas heridas  y ya no sentía nada.

Estaba sangrando mucho y mi cuerpo no me respondía.

No sabía ni siquiera donde estaba el arco o las flechas ya que al saltar sobre mí me había movido de sitio.

Pero no me rendí,lo único que me quedaba eran las piedras que me rodeaban y mis puños.

Al estar encima de mí, levanté mis piernas y le empujé fuera, el león hizo movimientos de confusión,no se esperaba eso.

Él tenía también flechas clavadas y también parecía herido.

Visualice mi arco, corrí y cuando saltaba otra vez me aparté, cayó al suelo y yo cogí una flecha y se la clavé en el corazón.

El león rugió de dolor y dejó de moverse.

No sabía si estaba muerto, pero ahora me tenía que preocupar por correr.

El brazo tenía la peor herida y la de la cara que la sentía debajo de la ojera me dolía mucho.

Empecé a  correr como nunca, era de noche pero intenté evitar las rocas y todo antes de herirme otra vez .

De repente vi una casa al final, sonreí y corrí más rápido.

Llamé a la puerta y Kev la abrió con cara de preocupación.

Él se llevó la mano a la boca con preocupación.

-¿Qué ha pasado Aura?-lo dijo con un tono más elevado que de normal.

Yo no me había visto aún, y antes de contestar, me fui al baño y me vi en el espejo.

No había llorado aún, no era mucho de llorar sólo había llorado en el bosque ya que no encontraba una salida.

EL REINO PERDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora