EL DESTINO DEL KUNG-FU - POXTIGRESA

CAPÍTULO 11: PROCESO DE DUELO

- Esta vez el costo de la guerra costo mucho más, se perdieron diversas vidas y junto con ellas la felicidad y fortaleza de los que quedaron. Los cinco volvieron heridos pero vivos, algunos aldeanos murieron, además de otras personas inocentes de otros lugares atacados. Pero más que nada Po perdió su distintiva sonrisa y fuerza, la pérdida de su padre lo dejó destrozado, fue sanado a fuerzas, después de eso, no comía ni bebía nada, no quería ver a nadie, excepto a Tigresa la cual lo ayudaba a comer y a bañarse de vez en cuando, Po siempre estaba con la mirada perdida y llorando a gritos a en las noches debido a pesadillas así que por ende casi no dormía, estaba en un estado deplorable. Un día fueron a  verlo el maestro Shifu y los demás.- Po...nosotros lo.- Pero Po interrumpió al maestro Shifu.- No digan que lo sienten o que lo entienden, porque no lo hacen, ¡Basta!, solo...dejenme solo. - Los demás se retiraron apenados pero no pudieron hacer más que obedecer. El resto de los días transcurrieron igual, convirtiéndose en tres meses, Tigresa aún cuidaba de Po pero se le dificultó más debido al tamaño de su vientre, una mañana cayó al suelo junto con la comida de Po, ese día se encontraba realmente indispuesta, Po escucho el ruido y corrió a ayudarla y derrepente se dio cuenta de lo insensible que había sido, su aún prometida embarazada lo cuidaba todos los días, sus amigos trataban de animarlo y él tan sólo se quedó ahí sin hacer nada, así tomó a Tigresa en brazos depositandola en la cama comenzando ÉL a cuidarla desde entonces, fue a disculparse con sus amigos y maestro repetidas veces a lo cual ellos obviamente aceptaron ya que era entendible, así las cosas en sus vidas y en el valle comenzaron a mejorar. Pasaron otros dos meses y ahora si Po y Tigresa iban a casarse, no sin antes tener una sesión de disculpas casi interminables de Po hacia Tigresa. Llegado el esperado día al fin eran marido y mujer, el valle entero festejo, ahora sólo quedaba esperar a la llegada del nuevo miembro de la familia. Tigresa estaba activa dentro de lo obviamente razonable para el buen nacimiento de su bebé siendo cuidada todos los días por sus amigos y esposo. Pero para pena de todos llegó el cumpleaños del padre de Po, todos fueron a visitarlo, Po prometió aún entre lágrimas, seguir adelante y seguir siendo alguien del cual su padre este orgulloso, tanto como persona como padre de familia. Alegremente recibieron también el cumpleaños del maestro Shifu, solo con personas cercanas, el maestro Shifu agradeció a todos siendo abrazado por primera y única vez en todo el doloroso proceso de duelo de todos.
Tigresa ya llevaba seis meses de embarazo y su apetito comenzo a incrementar, comiendo cosas que nadie de los que realmente la conocían creyó que llegaría a comer, como cosas extremadamente dulces o saladas, incluso una combinación entre ambos, junto con todo eso sus cambios de humor se hicieron más evidentes, una simple palabra, frase o incluso sonido, podía hacer que llorara, riera o se enfureciera sin razón, pero a pesar de todo Po siempre estuvo de su lado esperando ansioso conocer a su bebé.