Hope ||JInKook

16.S

El día en que JungKook me abofeteó me cambió. Estaba locamente enamorado de él. La idea de que pudiera estar saliendo con TaeHyung me había molestado. Retrocedí para darle espacio, pero ¿fue lo correcto?

Me senté en mi sala de estar y tenía mi teléfono en la mano. Pensé en llamarlo. Decirle que volviera a mi casa. Esa bofetada me hizo enojar. Sin embargo, nunca lastimaría a JungKook.

Mirando mi teléfono, lo desbloqueé para desplazarme hasta su número. Mi dedo justo sobre el botón de enviar, pero no lo presioné. Dejé caer el teléfono en mi mesa de café, levantándome del sofá.

¿A qué se debió todo eso? De repente aparece en mi casa y luego me acusa de haberme estado viendo con Kevin. Caminé de un lado a otro en mi sala de estar. Mis manos pasaron por mi cabello. No podía hablar con JungKook en este momento. Estaba enojado conmigo. La conversación por teléfono probablemente se convertiría en un juego de gritos.

Le daría unos días y luego trataría de llamarlo. Eso le daría tiempo para calmarse y me daría tiempo para ordenar mis pensamientos.

Al día siguiente, en el trabajo, mi jefe me informó que el departamento tenía nuevos procedimientos para el papeleo. Me habían seleccionado como una de las personas que se encargarían de hacer que todos los demás se unieran. Eso fue muy descorazonador de escuchar. Significaba que estaría ocupado enseñando a otras personas el nuevo sistema cuando no estuviera patrullando.

Con la nueva carga de trabajo sobre mí, me olvidé de llamar para ver cómo estaba JungKook. Fue una gran cantidad de papeleo involucrado. Me sorprendía que hubieran hecho el cambio. La mayoría de los departamentos intentaron minimizar la cantidad de papeleo que tenían que hacer los oficiales de campo.

Habían pasado unos meses desde que tuve mi pelea con JungKook. Todavía tenía su número en mi teléfono. Incluso había escrito su dirección en un momento, pero yo nunca me había molestado en aparecer. Sentí que sería inapropiado pasar antes de que me presentara a sus amigos.

Mirando el teléfono, me di cuenta de lo tonto que había sido. Había dejado que un gran hombre se me escapara. Era divertido y genial tenerlo cerca. Trató de seguir mis pasatiempos y se tomó el tiempo para estar conmigo. Incluso había venido a mi casa a verme cuando tuvimos nuestra pelea.

Me di cuenta de que la razón por la que me había abofeteado era porque no iba a salir con TaeHyung. No sabía toda la historia detrás de por qué estaba ahí. Nunca le di la oportunidad de explicarse. Nunca traté de explicar por qué estaba tan obsesionado con que él tuviera un bebé. Nunca se trató de que él tuviera un bebé. Era el dinero. El gasto. Me di cuenta de que quería irme de Atlanta porque no tenía ningún apego a la ciudad. Nunca me gustó la humedad. No había nada que me detuviera aquí.

Ahora tenía una razón para quedarme. Estaba enamorado. Amaba a JungKook y también amaría a su bebé. Incluso si no fuera mío, lo cuidaría como si fuera mío.

Mi dedo presionó el botón del teléfono para llamar a JungKook. No hubo respuesta de su parte, pero le dejé un mensaje de correo de voz.

—Hola JungKook. Lamento no haber intentado devolverte la llamada. Me equivoqué y quiero explicarlo. ¿Podrías devolverme la llamada?

Terminé la llamada después del mensaje y miré la hora. Tenía que ir a trabajar, pero dejaría mi teléfono encendido en caso de que me llamara.

Después de algunas semanas más de no tener noticias de JungKook, decidí que sería mejor probarlo en su lugar de trabajo. Apreté mis nervios mientras conducía hacia la tienda donde trabajaba. Miré hacia la tienda desde afuera, pero no lo vi de inmediato.

Tomando una respiración profunda, salí de mi auto y entré al edificio. El cajero era un joven rubio con el pelo recogido en una cola de caballo. Sonreí cuando pasé junto a él para tomar una bebida del pequeño refrigerador lateral. Regresé para poner la bebida en el mostrador, sacando mi billetera.

—¿Esto será todo para usted señor?

Le devolví la sonrisa al hombre y asentí con la cabeza. —Sí. Eso va a ser todo. ¿Sabes si JungKook estará trabajando hoy?

El rubio negó con la cabeza un par de veces. —No creo que vuelva hoy o dentro de bastante tiempo. Solo vinieron a llevarlo al hospital unos minutos antes en una ambulancia. Creo que hoy va a tener a su bebé.

Al escuchar esta noticia, mi corazón dio un vuelco en mi pecho. Le pregunté a qué hospital lo habían llevado. Dejé el refresco en el mostrador mientras corría hacia mi auto y salté adentro. Salí de la luz e inmediatamente me atrapó la luz roja.

No había forma de que lo dejara solo. No después de haber expresado sus temores de estar solo durante su embarazo. Iba a estar ahí para él.