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El Aoba Johsai había tomado rumbo al campamento de entrenamiento que tendría lugar en Tokio, que sería de una semana, luego tomarían otro descanso y luego comenzaría el torneo de primavera, pero no contaron con que en medio camino se encontrarían a alguien a punto de suicidarse, y tampoco con que ese fuera el pequeño cuervito de cabello anaranjado

Cuando escucharon las palabras dichas por ese chico, a cada uno le hirvió la sangre, sin saber de quién se trataba el que había hecho eso, pero lo suficientemente claros como para saber que era una escoria por hacer llorar y que una persona tan buena como lo es Hinata se intente suicidar

No dejarían a ese chico solo

- ¿Quién fue? - Preguntó Oikawa demasiado serio, ni siquiera su novio, Iwaizumi, lo había visto con ese semblante, pero todos estaban igual, así que simplemente callaron y se mantuvieron alerta. Los entrenadores, igual que su equipo, estaban preparados para hacer cualquier cosa, para defender a cualquier costo a ese chico que ahora, necesitaba de toda la ayuda posible

Estaba dudoso, pero quería, no, necesitaba confiar

- Kageyama -

Y una mierda. Oikawa se levantó y todos tuvieron el instinto de alejarse, estaba furioso

- Ese estúpido idiota ¡¡Cómo se atrevió a tocarte de esa manera!!?? Es....repugnante , te juro que lo voy a matar -

Iwaizumi, que sabía que su novio era muy temperamental a veces, simplemente lo tomó de las manos y le dio un masaje en la cabeza, intentando reconfortarlo un poco aunque él estuviera igual. La sangre le hervía y tenía inmensas ganas de matar a ese idiota, aunque ellos no eran los únicos

- Él les dijo a los chicos que estaba vendiendo información sobre el equipo porque me acostaba con Ujishima, ellos me hecharon...no me creyeron...-

Las lágrimas volvieron a salir y con eso Oikawa volvió a abrazarlo como si fuera un niño pequeño, con la cabeza pegada al pecho del castaño y abrazándolo como si su vida dependiera de ello.

Oikawa se juró que no iba a permitir que volvieran a lastimar a Hinata

Iwaizumi se juró que no iba a permitir que volvieran a lastimar a Hinata

Los demás del equipo no dejarían la tarea solo a ellos dos

...

Habían decidido entre todos que no irían al campamento. Hinata no estuvo de acuerdo, pero obviamente no le hicieron caso

Él les había contado que vivía con Kageyama, por lo que decidieron sacarlo lo más rápido posible de esa casa y a las dos de la tarde ya todas las cosas del pelinaranja ya estaban movidas a la residencia de Oikawa e Iwaizumi.

Hinata no quiso molestar, pero obviamente le dijeron que estarían encantados de hacerlo porque les sobraba una habitacion

Hinata quería llorar, pero obviamente ellos no lo permitieron

- Por qué hacen todo esto? es decir, no me malinterpreten, es-estoy muy agradecido y no sé que decirles o que hacer para pagarles todo esto, pero solamente hemos coincidido dos veces y las dos no fueron las mejores - Dijo apenado cuando se encontraron ellos tres en el departamento de los mayores, ellos suspiraron y se acercaron al más bajo y menor. Oikawa puso una mano en su cabeza e Iwaizumi en su hombro izquierdo

- No necesitamos ser amigos para conocerte, y sabemos quien eres, esto lo hacemos porque queremos, y no tienes que pagarnos nada -

- Y si esa es tu preocupación, pues Oikawa y yo tenemos muuchas noches de pelis y juegos tontos. Nos conoceremos aún más y le daremos sentido a todo en esa cabecita tuya -

Dos sonrisas, dos personas, dos manos, se sintieron tan bien que se olvidó de todo y se permitió sonreír una vez más de esa manera que acostumbraba antes de la inseguridad que Kageyama le había dado

Kageyama.....

Tu sonrisa es fea

Oh, si

Dejó de sonreír y ese rayo de luz que había cegado unos segundos a los mayores, se fue. Se veían descontentos por eso, más entendieron y le dieron su espacio al menor, se pondrían a hacer la cena y ya

Esto llevaría tiempo, pero estaban más que preparados y encantados de otorgarle hasta el mínimo segundo a ese sol

- Gracias -

Susurró solamente para él, sin que los otros dos lo escucharan y fue a la que ahora sería su habitación, los golpes de la mañana le dolían y tendría que descansar un poco para que dejen de doler tanto

Tu, Yo, Y Él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora