4. Obsesión.

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Tony había regresado a casa con el mismo estado anímico con el cual había dejado el apartamento de la amiga de Peter.

Llegó a casa, se sirvió un whisky con dos hielos y se sentó en el sofá a penumbras, quería pensar y torturarse un rato al menos, lo merecía.
Sin embargo Pepper, quien lo escuchó llegar, llegó a la sala de estar donde Tony se encontraba y se sentó frente a él.

—Te oí llegar.
—Sí, justo estoy entrando.
—¿Está todo en orden?
—Así es — le dió un trago a su whisky—, todo está bien.
—No lo parece, te siento ajeno, alejado de mí, pensativo... No me salgas con que tienes una amante Anthony, no después de tantos años

Tony a oscuras, por suerte, apretó la mandíbula, aprovecharía su historial totalmente limpio, antes de Peter solo había quebrado a su juramento en el altar dos veces.
—Por supuesto que no, solamente han sido días duros, el trabajo, Harley y todo este tema me tiene algo cansado y pensativo.

Pepper se levantó y se sentó a su lado, le tomó la mano y habló:
—Relájate, todo saldrá bien, Harley ya es un adulto, vamos a dormir.

Tony le sonrió y asintió, ¿En quien demonios se habia convertido? O más bien, ¿En qué lo había convertido ese hombre de ojos brillantes?

———

Los jadeos de ambos inundaban aquella habitación testigo de sus placeres, no tenían ni siquiera cuidado al hacer sonidos grotescos, eran libres dentro de aquellas cuatro paredes.
La mayoría de apartamentos cerca de ese estaban en venta o en alquiler, pero no había gente que pudiese oirlos al menos hasta dos departamentos después.
Las ventanas estaban totalmente abiertas, tenían una buena vista de la ciudad mientras que Tony le daba las últimas estocadas a Peter quién extasiado se regodeaba de la verga que tenía en su interior y de la boca de su suegro la cual lo besaba de maravilla.

Pronto se vaciaron y cayeron nuevamente en la cama agotados, cada ocasión se volvía un poco más íntima que la anterior, no era solo el sexo, había algo más. Conexión.

—¿Escribes sobre mí?

Tony seguía muy curioso acerca del cuaderno el cual contenía mucha información sobre Peter, probablemente suya y de Harley, su hijo. ¿Qué podría pasar por la mente de ese joven que lo volvía totalmente loco?

Peter dirigió su mirada a la de su suegro.
Pensó en Harley, que tenían una mirada muy similar.

—Tal vez.
Tony sintió emoción, como la de un niño que le dan un poco de atención.
—¿Qué escribes de mí?
—Eso, me temo, no puedo decírselo, sería lo mismo a dejar que leyera todo.
—Difiero, no es lo mismo, te pregunto: ¿qué escribes sobre mí?, específicamente, sin embargo si leyera una hoja de tu cuaderno probablemente haya más que solo yo.

Peter sonrió como diciendo: tiene razón.

—Quizá, pero aún así no puedo decirle, tal vez un día lo pueda leer, pero no hoy. Tiene que adorar el misterio, sentir que hay algo más detrás de alguien lo convierte en una persona interesante, si sabe todo de alguien rápidamente se pierde el interés. Ama el misterio de una persona.

Tony no dijo nada y le propinó otro beso cálido a Peter, tiene razón, pensó el mayor.
En ese momento deseó no estar en esa situación pero sí con ese hombre.
Peter lo besó con ternura, sin tanto deseo de por medio, se sintió bastante vulnerable pero no quiso evidenciarlo.

El padre de mi novio. (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora