ADRIÁN
Llegaba a casa, era la tarde, tipo noche. Estaba agotado después de casi cuatro horas metido en gimnasio, tenía el cuerpo sudado, por lo que fui directo al cuarto de baño, y bajo el agua fría relajaba todo mi cuerpo.
Salí del cuarto con una toalla en mi cintura, el celular vibró encima de la mesita de noche, notificando un nuevo mensaje.
SEBASTIÁN: Tenemos una reunión, que se convierten en fiesta. Arréglate ya pasó por ti princesa, en treinta estoy hay.
Rodé los ojos. Si había fiesta significaba que iban las Thornert. Últimamente, pensaba mucho en una de ellas, en especial, hacía que mi paciencia colacapsara y me cabreara en tiempo récord.
Recordé que mamá y papá no están en la ciudad, por unas semanas, así que podía llegar tarde.
Me, arregle bastante rápido, y Sebastián me avisaba que ya está abajo. Salgo de mi casa y están su auto negro.
_ Date prisa princesa, o quieres que te alce, Erik reía fuerte y yo solo bufaba.
Me subí en la parte de atrás, sin saludar ni hacer ruido.
_ ¿Cómo estuvo, ayer estar en el auto de Thornet, solos?_ por el retrovisor me miraba los ojos azules de Erick, quien asía la pregunta. Se me ponen los pelos de punta al recordar cómo me echó de su auto y me callo.
_ Normal._ respondí seco y sin darle importancia al asunto, no les iba a contar lo que pasó, primero mi dignidad.
_ Solo normal, por qué es que se nota lo colado que estás por ella, es más, pasa por tu lado y tú la miras como bobo, pero ella ni se fija en ti. _ Erick volvía y hablaba y ya me empezaba a fastidiar.
_ Cállate, que dices muchas bobadas.
Se callaron, y el auto de Sebastián se dirigía hacia las casas más grandes de Florencia, no sabía que estoy iba a hacer por aquí.
_ ¿Por estos lados es la fiesta?
_ Ah, no te lo mencionamos, pero quedamos con peyper que la llevaríamos y traeríamos de vuelta con Emma. Ya sabes devolver el favor.
No dije nada y seguíamos, hasta que vimos a peyper en la entrada de su casa con una sonrisa dulce al vernos, con un vestido bonito y su celular en la mano.
_ Hola chicos, qué guapos están, no más que ella, estaba seguro. Lo dijo en el momento que bajamos los vidrios y ella pudo vernos.
_ Gracias, igual que tú _ Sebastián le sonreía como un bobo.
_ Chicos, no los quería hacer esperar, pero Emma no responde y sin ella no puedo ir. ¿Les molestaría esperar a dentro de su casa, treinta minutos, mientras se arregla?
A mí sí me molestaba esperar a la muñequita, pero mis dos amigos ya se habían bajado y yéndose con peyper asía la gigante casa.
Su jardín era muy grande y bien cuidado, hoy en la tarde cuando fui pude ojear un poco el exterior, donde había un grande garaje muy bonito y había dos carros de último modelo. Llegábamos a la Grande puerta negra y peyper entraba con facilidad.
_ Sigan chicos, están en su casa si quieren comer o beber algo en la cocina está. En un momento estoy con ustedes._ se perdía por las escaleras.
Bueno, si sus jardines era grande y buen cuidado, pues el interior de su casa era precioso. El suelo tenía baldosas blancas y brillantes, pues podías ver el reflejo de ti mismo, había grandes sillones negros con cojines blancos y azules un puf azul más oscuro que los cojines, una alfombra gris oscura, y una mesa de cristal muy brillante, enzima de ella porcelanas de diferentes tipos de tamaños, afrenté había una chimenea moderna con piedras color blancas al rededor y un televisor igual de grande a la pared, una lámpara que colgaba en el techo y caía en cascada con uno que otro diamante, al girar asía la izquierda se podía ver un piano negro de cola muy bonito, y sin una pizca de polvo.

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Volver a coincidir
Cerita PendekNunca pense en el suicidio, hata que estuve en esa posición; en el borde de la terraza mas grande de la cuidad, apunto de tirarme y por fin sentir alivio total. Emma, una chica que desde pequeña ha tratado de sobrellevar la ausencia de sus padres, a...