Después de recibir la carta de Draco, Anako se encontró en una encrucijada emocional. Las palabras de Draco resonaban en su mente como un eco persistente, tentándola con la promesa de un amor clandestino y desafiante. Sin embargo, la presión de las expectativas familiares pesaba sobre sus hombros como una losa.
Durante días, Anako se retiró a la tranquilidad de la biblioteca, buscando respuestas en los libros y tratando de desenredar el nudo en su corazón. La indecisión la consumía, pero cada vez que levantaba la vista y encontraba la mirada de Draco en los pasillos de Hogwarts, sentía que algo en ella se encendía como una llama reavivada por el viento.
Una tarde, mientras hojear un antiguo libro de cuentos mágicos, Anako se encontró con una historia sobre un amor imposible entre dos jóvenes de linajes opuestos. La narrativa resonó con su situación actual, y se preguntó si el destino estaba tratando de contarle algo a través de esas páginas.
Esa noche, en la privacidad de su dormitorio, Anako sacó la carta de Draco de su escondite y la leyó una vez más. Las palabras del chico rubio con ojos grises parecían destilar una sinceridad que la conmovía profundamente. ¿Podría ella atreverse a desafiar las reglas establecidas y seguir los latidos de su propio corazón?
Con determinación creciente, Anako tomó una decisión. Al día siguiente, se dirigió hacia los terrenos del castillo, buscando a Draco entre los estudiantes que disfrutaban del sol de la tarde. Lo encontró cerca del lago, absorto en una conversación animada con algunos amigos.
- Draco -, llamó Anako con voz firme pero suave.
Él se giró hacia ella, y una sonrisa suave iluminó su rostro. - Anako, ¿cómo estás? -
Anako se acercó con paso decidido. - He estado pensando mucho en tus palabras, en lo que dijiste en tu carta. -
Draco la miró con atención, sus ojos grises fijos en los de ella. - ¿Y qué has decidido? -
Ella inhaló profundamente, sintiendo que estaba cruzando un umbral hacia lo desconocido. - He decidido... que quiero intentarlo. Quiero explorar lo que podría ser entre nosotros, a pesar de las dificultades.
La expresión de Draco se iluminó con una mezcla de sorpresa y felicidad contenida. Extendió una mano hacia Anako. - Entonces, dejemos que el destino nos guíe, Anako. -
Esa tarde, Anako y Draco se encontraron en un rincón apartado del castillo, alejados de las miradas indiscretas. Hablaron con sinceridad sobre sus miedos y esperanzas, compartiendo sus mundos interiores de una manera que los acercaba más que nunca.
Con el paso de los días, Anako y Draco se escribían cartas con frecuencia, intercambiando pensamientos y sueños en la seguridad de sus palabras escritas. Las noches se convirtieron en un telón de fondo para su creciente complicidad, mientras compartían confidencias y deseos más profundos.
Sin embargo, las sombras del secreto los rodeaban como una capa invisible. Anako se encontraba cada vez más dividida entre su conexión con Draco y la lealtad a su familia. La tensión creció a medida que sus sentimientos se intensificaron, enfrentándola a difíciles elecciones sobre su futuro.
Una tarde, mientras se paseaba por los terrenos de Hogwarts, Anako se encontró con Hannah.
- ¿Qué te pasa, Anako? -, preguntó Abbot, notando la mirada preocupada en el rostro de su amiga.
Anako suspiró, incapaz de ocultar más sus pensamientos. - Hannah, he estado enredada en algo complicado. He decidido que saldré con Draco, pero es un secreto. No puedo evitar sentirme culpable por esconder esto de mi familia. -
Abbot la miró con comprensión. - Es difícil, Anako. Pero al final, debes seguir tu corazón. Nadie más puede vivir tu vida por ti. -
Las palabras de Abbot resonaron en la mente de Anako mientras se enfrentaba a la encrucijada entre el deber y el deseo. La abrazó más fuerte que nunca, se avergonzaba por alguna vez contradecirla. Sabía que enfrentaría desafíos, pero también sentía una renovada sensación de libertad al ser fiel a sí misma.
En los meses siguientes, Anako y Draco continuaron cultivando su relación, enfrentando juntos los desafíos que se presentaban. Aprendieron a navegar por las aguas turbulentas del amor adolescente, encontrando fortaleza en su conexión y apoyo mutuo.
Al final, Anako descubrió que el verdadero valor radicaba en seguir el latido de su propio corazón, incluso cuando significaba desafiar las expectativas y abrirse camino hacia lo desconocido.
Y así, entre decisiones difíciles y momentos de felicidad, Anako Nakamura sonrió de verdad, por primera vez.
FIN
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Finnn chan chan chaaaaaaaan!
- soo ♡
Corregido : 17/4/2024
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SMILE ✔
FanfictionAnako Nakamura no puede evitar lucir una sonrisa falsa todo el tiempo. Pero Draco Malfoy está ahí para hacer que esa sonrisa que ella siempre finge, sea de verdad. . Anako Nakamura siempre intentó llegar a la perfección, aunque nunca lo logró fing...