Corría y corría, perseguida por las risas y burlas que resonaban a sus espaldas. La imagen creada por el pájaro mágico de su hermana la alcanzaba con mayor premura, obligándola a tragarse el nudo en la garganta. No podía permitir que la vulnerabilidad tambaleara su camino, ahora debía centrarse si no quería acabar descalificada, o peor... muerta.
—¡Te escuchamos jadear como un perro, humana! —vociferó Noreen, lanzando algunas pequeñas piedras violáceas en su dirección. Si alguna rozaba su piel, explotaría en diminutos cristales que se incrustarían hasta envenenarle y paralizarle.
Se mordió la lengua, consciente de que tenía que ahorrar energías y, de golpe, dio un drástico giro hacia unas grandes rocas que reposaban detrás del río. Sus pies apenas rozaban el suelo mientras esquivaba raíces y ramas retorcidas, incluso el sonido de sus propios jadeos competía con el crujir de hojas secas bajo sus pisadas frenéticas. Quizás, tras tantos comentarios, se volvió consciente de su respiración y lo mucho que la delataba.
Viviana vislumbró el agua corriendo con fuerza, el río se dividía por rocas grandes. Sin vacilar, se lanzó a través del agua helada, ignorando como el torrente intentaba arrastrarla. Emergió empapada, luchando con el punzante dolor que vagaba por sus extremidades. Estaba demasiado cansada, la corriente la había llevado un poco más lejos de lo esperado. Se aferró a las rocas resbaladizas, y oyó los pasos de los terceros cada vez más cerca.
Ahogó un quejido y trepó con agilidad por las rocas, sintiendo el pulso acelerado en su sien.
Como pudo, raspando sus piernas y brazos en el proceso, logró ocultarse entre las formaciones rocosas. Viviana no se atrevió a echar un vistazo, incluso sabiendo que podrían estar detrás de la roca con espada en mano.—¿Por qué no logro escucharla? los latidos de su corazón son como una brújula. —Se burló Teivel, zarandeando la espada que sostenía entre manos.
—Hay una cascada más adelante. —respondió Kairav. Con solo escuchar su voz de nuevo, todo su cuerpo se estremeció—. Habrá optado por los árboles, a menos que haya sido arrastrada corriente abajo.
Teivel bufó, murmurando algunas palabras que no alcanzó a escuchar.
—Entonces démonos prisa, porque si el ratón siguió el camino, dará con nuestra bandera. —apuró Noreen, llevándose algo de agua al rostro para limpiarse la mugre.
La bandera. Estaba cerca. Viviana intentó avanzar siguiendo el camino de cuclillas, pero el temblor en sus piernas la obligó a detenerse. A pesar de los intensivos entrenamientos con su padre, los últimos seis meses habían hecho mella en su práctica. Quizás la culpa y el rencor por la evasión de su padre para visitarlas habían provocado la asociación de los entrenamientos con él. Si solo hubiera continuado, estaba segura de que su respiración no habría vacilado y sus extremidades no se habrían cansado.
Tan pronto como estuvieron dispersos y sus voces fueron perdiéndose, la mortal se arrastró por la tierra húmeda, usó sus antebrazos y rodillas para moverse sin ser vista, hasta que alcanzó el bosque. La capa de sudor y el agua que no terminaba de secar se adhirió a la tela del vestido; su cabello goteaba y los zapatos le provocaban resbalones al volver a ponerse de pie.
¿Cómo estarían Faye y Edith? De alguna manera, Viviana podía ver reflejada en la inexperiencia de Faye su propia niñez. Tan solo esperaba que no se hubieran separado. Estaba empezando a sentirse demasiado consciente del temblor en sus pasos vacilantes. El miedo era humano, ninguna cantidad de entrenamiento podría hacerle frente a los banales instintos de supervivencia de un mortal.
De pronto, un destello similar a los rayos del sol hizo que apartara la mirada por inercia, cubriéndose el rostro del reflejo. Confundida buscó con la mirada la fuente de luz hasta que dio con la bandera anaranjada fluorescente de la Academia Noctus. Noreen tenía razón, estaba cerca. Inmediatamente buscó la daga en su ropa, pero no la halló.
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La promesa entre estrellas
FantasíaLos sueños suelen permanecer en lo más profundo de nuestra imaginación, pero Viviana los experimenta como realidades perturbadoras, llenas de visiones inquietantes y escalofriantes. En este mundo mágico hasta tus peores pesadillas pueden tomar form...