trollhunters/Stricklake Oneshots

De compras

(esto se dirige en la 3 temporada de trollhunters)
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Se arrodilló ante el gran mago Merlín, con la emoción clara en su voz, como si se encontrara con un querido autor o un héroe de la infancia.

"Waltolemew Stricklander. Bueno, Strickler para abreviar. He sido mentor de Trollhunt-"

"Ahórrame la historia de la vida. Ahora y siempre, cambiante ".

Fue breve. Barbara piensa que si hubiera parpadeado se lo habría perdido. La mirada de dolor en el rostro de Walt. Eso la molestó. Todo mal. Ella no lo había perdonado por nada… todavía. Tal vez. Pero. Durante ese breve momento le había recordado a un perro pateado. Y eso la hizo empezar a preocuparse.

Salió al comedor llevando platos para este nuevo huésped de la casa. Merlín era… -Merlín. El Merlín real era un anciano extraño. Vestido con una armadura que se parecía tanto a la de Jim que ella no cuestionó mucho sobre su identidad o su participación en todo esto, y él abordó sus preocupaciones cuando le preguntaron... más o menos.

Barbara levantó la vista y un pequeño brillo llamó su atención. Allí, reflejado en la tostadora, vio el destello dorado de los ojos cambiantes de Walt. Su rostro se torció y no sólo por la distorsión improvisada del espejo. ¿Él estaba enfadado? ¿Triste? Fue difícil decirlo. Decepcionado.

Nadie más se había dado cuenta, los niños estaban demasiado concentrados en Merlín y Merlín demasiado concentrado en el desayuno.

"¿Walt?" dijo en voz baja, deslizándose de regreso a la cocina.

Se giró y vio todas las sonrisas suaves y vacilantes que le había estado dando desde su regreso. Pero sus ojos. Tenía los ojos cansados.

"¿Más tortillas? Pronto tendremos que pasar a solo tostadas, a menos que los jóvenes héroes hayan traído una gallina tritón a casa también". Su intento pasó con una ligereza muy parecida a la de dicho pollo domesticado. Mal. Ni siquiera había esbozado una risa de disculpa ante su propia broma.

Los labios de Barbara se curvaron hacia un lado, mientras consideraba un momento antes de tomar una decisión ejecutiva. Inclinándose hacia el comedor, le hizo tintinear las llaves a su hijo para llamar su atención.

"Hola chico, Walt y yo vamos a ir a comprar algo de comida. Lo de siempre, simplemente abastecernos para nuestros... invitados adicionales".

"¿Eh?" Jim la miró, hablando alrededor de una mejilla llena de tortilla. Sus ojos se dirigieron brevemente a Strickler. "¿Estás segura, mamá?"

"Estaremos bien. Volveremos en un santiamén".

Antes de que nadie pudiera decir nada más, Barbara cogió a Walter del brazo y lo arrastró por el pasillo, fuera de la puerta y dentro del coche. Había soltado algunos graznidos de sorpresa, pero no había resistido. Una vez en el vehículo, centró su atención en retroceder mientras él se sentaba con la tranquila obediencia y la nerviosa cautela de un hombre que espera que caiga el otro zapato. Ambos permanecieron en silencio por un rato.

"Por favor, permítame pagar. Su hogar está siendo atacado sin ser invitado, alimentando a este pequeño ejército en crecimiento, y yo tengo muchos... fondos". Dijo Walt, rompiendo el silencio. Estaba mayormente mirando por la ventana lateral, jugueteando distraídamente con un botón de su chaqueta.

"Suena justo." Ella respondió, girando a la izquierda cuando debería haber ido a la derecha.

"Ah... ¿Bárbara...?"

"Lo sé." Ella interrumpió. Conduciendo unas cuantas cuadras, se detuvo junto a un pequeño parque. Unos ancianos jugaban al ajedrez en un mirador. "Walt. Vamos a hablar. Ahora".