🏐Cap. 7🏐

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Codiciosos momentos se suceden sobre que la cadera de cierto castaño hace contacto con la pelvis del carilindo rubio

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Codiciosos momentos se suceden sobre que la cadera de cierto castaño hace contacto con la pelvis del carilindo rubio. Y éste, maldiciendo por dentro pero completamente inmune en su carcaza, observa al punta con una seriedad absoluta mientras ubica sus manos sobre su amplio pecho con la sola intención de empujarlo.

Pero para mala suerte del colocador, los otros compañeros deciden tirarse encima de Joaco a modo de festejo por su incorporación y por el esfuerzo hecho al realizar esa increíble anotación, haciendo que el armador se altere y cierre sus orbes ante la inminente sensación de aplastamiento que lo recorre por completo. Pero luego de salir de su nerviosa nebulosa mientras abre paulatinamente sus ojos, observa al punta soportar con ambos brazos y piernas, el peso de los cuerpos contrarios hasta que el entrenador solicita que terminen con la broma y se incorporen.

—¿T-te e-encuentras b-bien? —bajito y entre cortado cuestiona el castaño dado el esfuerzo soportado a medida que sus compañeros de equipo se levantan desde encima suyo, haciendo que Eren asiente con su cabeza sin poder dejar de sentir suma vergüenza por el desafortunado resultado de sus inconscientes actos. Ya que bien sabe que podría haberse lesionado o lesionar a la nueva incorporación.

El aplastado argentino, aprovechando la situación en que quedaron, no puede dejar pasar la oportunidad de incomodar al curvilíneo rezongón diciendo a medida que se levanta con él pegado sobre su pecho: —¿Puedes dejar de manosearme? Es que mis tetillas son sensibles.

—¿Pero qué idioteces dices? ¡Ni que fueras una chica! —suelta colérico el armador a medida que se aleja entre desacertados empujones.

Pero para su mala suerte (o buena suerte del otro) un balón a sus espaldas le hace perder el equilibrio teniendo que ser rescatado por los musculosos brazos de la nueva incorporación mientras le dicta al oído: —Bonito, los hombres podemos tener varios puntos sensibles, también. Si quieras, te muestro sin compromiso.

Logrando que Eren se estremezca cuando Joaco roza demasiado cerca su oído a medida que lo deja y se retira al otro lado del campo para seguir atacando. Dejando así al rubio boquiabierto por su desfachatez mientras maldice por tener los vellos de su nuca completamente erizados.

El partido comienza con el argentino en el campo contrario del ceñudo estadounidense, armador que no puede sacar de su cabeza la manera en que dicho castaño desvergonzado puede provocarlo sin siquiera intentarlo

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El partido comienza con el argentino en el campo contrario del ceñudo estadounidense, armador que no puede sacar de su cabeza la manera en que dicho castaño desvergonzado puede provocarlo sin siquiera intentarlo. Porque cabe aclarar que aunque no esté en su rango de visión, su impronta lo persigue como una molesta sombra. Haciendo que el capitán note su presencia aunque no pueda verlo directamente. 

¡Maldito castaño degenerado! ¿Cómo se atreve a insinuar que él podría dejarse tocar por esas asquerosas manos?

Vuelve a maldecir cuando se da cuenta de que nunca fue más consciente de sus atributos. Porque a medida que pasan los minutos y direcciona su mirada hacia el campo contrario, puede percatarse de la manera en que el punta observa su cuerpo. Y no de la forma en que más de uno le ha dicho en el gimnasio: "¡Wow hermano! ¡Qué buenos músculos!". No, de la forma en que él, le mira las nalgas a las chicas. Y lo peor del caso es que el castaño no disimula para nada, haciendo que -por momentos- el capitán no pueda manejar su creciente estado de ansiedad e incomodidad.

Por otro lado, el argentino aprovecha a socializar con el resto del equipo mientras les muestra su mejor sonrisa, esa que siempre lo ha dejado bien parado cuando se presentaban situaciones de envidia o malos entendidos con el anterior equipo. Aunque prefiere no recordar los antiguos maltratos soportados, aquellos que fueron determinantes en su decisión de cambiarse tan lejos de su país. Así que luego de realizar variados movimientos en donde su habilidad y destreza fueron tema de constante conversación entre sus compañeros, aprovecha el momento de descansar cuando lo cambian por otro punta y el entrenador lo llama para hablar.

—Álvarez, me han dicho desde la administración que aún no han conseguido una habitación para ti. ¿Tienes dónde quedarte por hoy?

—No se preocupe entrenador, alquilé una habitación por día así que puedo seguir ahí hasta conseguir un lugar en el campus universitario —suelta Joaco aunque reniegue por dentro por la mala organización de la administración. Él, ha viajado miles de kilómetros previendo cada detalle para asistir aquí, que alquilar la habitación a distancia fue solo a modo de precaución aún teniendo escaso dinero. ¡Y menos mal! Porque sino, a esta altura tendría que dormir en las bancas del muelle o abajo de un condenado puente.

—Bueno, si es así, me alegro. Aunque no dudes en escribirme si surge algún inconveniente, ten mi número y avísame cualquier cosa.

El castaño agradece el gesto, poniéndose contento por estar en un lugar donde lo hagan sentir bien desde el vamos, sin cuestionamientos ni reclamos. Solo viendo su capacidad y potencial. Él, como el hábil atacante de punta que es y no como un condenado marica que quiere robarle el lugar a un buen hombre heterosexual... Si habrá tenido que soportar escuchar barbaridades fuera de lugar sin que nadie haga nada en su anterior facultad, pero por suerte, eso quedó en el pasado. Y lo pasado, pisado. Él, aquí está para brillar. Acompañando a un equipo que lo hace sentir cálido como si fuera un hogar.

Mirando hacia la cancha, agarra una botella de agua y se dispone a estirar. Están sobre la hora de finalizar así que aprovecha a rellenar su visión en las fibrosas piernas y nalgas del acertado armador... ¡Bendita sea la tela de esos shorts! ¡Y benditos esos músculos que la aprietan como si fuera un condenado guante de seda!

A pesar de sus babas, el argentino no puede dejar de maravillarse por la capacidad del capitán en colocar los balones aún cuando la recepción sea un completo desastre. Y disfrutando, aún más, los gestos del mismo en cuanto lo atrapa observándolo de más.

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"Remate al corazón" (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora