Capítulo 9

19 1 0
                                    

🐚6/02/2000🐚

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞

Era Jueves, las ocho de la tarde, la playa estaba casi vacía y Bill y Enol habían ido a comprar algo de beber para todos.

Alba seguía en bikini, tenía el pelo húmedo del último baño y los labios un poco morados. Si hacía frío, le gustaba sentirlo en la piel.

En un momento dado, Tom se armó de valentía y rompió el hielo.

—El otro día...—.

—No pasa nada—.

Alba negó con la cabeza y le sonrió, aunque el
Chico no pareció convencido.

—Quería acompañarte a casa, para hablar contigo y para...—.

—Tom, de verdad, no tiene importancia—.

—¡Joder, claro que la tiene! Yo...—se esforzó pero las palabras se le resistían—.

Nunca se le había dado bien dar el primer paso y enfrentarse a las cosas; nunca había sido diestro en nada que tuviera que ver con chicas y eso lo avergonzaba.

—No valgo para esto, Alba. Lo intento, pero no soy como ellos—.

Entonces Alba se relajó y se olvidó de esa tensión que los envolvía y lo observó con cariño.

Tom era así. Un chico inseguro, tímido, con tendencia a no actuar por miedo. Alonso era igual que Tom en ese entonces.

—¿Te cuento un secreto? Es que no tienes que ser igual a ellos—.

—Sería mucho más fácil—contestó él y escondió el rostro en su cuello—.

Sin embargo, Alba negó con el ceño fruncido.

—Pero ellos son como son, con sus cosas buenas y malas, y tú también. Todos admiramos o envidiamos a los demás en algo, Tom, pero no puedes dejar que eso nuble lo que hace que tú destaques—.

Le guiñó el ojo y el chico suspiró.

—Entonces, el otro día, ¿Qué es lo que querías que pasara?—.

El chico se sonrojó.

—¿Hace falta que lo diga?—.

—Sí, porque a ratos ando perdida. Yo sé lo que quiero, pero a veces pienso que tú no buscas lo mismo—.

Tom cogió aire y fue más valiente que nunca.

—Quería besarte—.

Alba sonrió.

—Pues hazlo—.

—¿Ahora?—.

—¿Por qué no?—.

Clavó sus ojos en la chica. Luego se acercó y posó los labios en los suyos.

Para ninguno era el primer beso, eso ya les quedaba lejos, pero si el primero que creían que podía significar algo.

—Eh, ¿por qué están tan callados?—.

Bill rompió el silencio cómodo que los acompañaba desde que el contacto había acabado.

Alba contuvo una risa ante el rostro descompuesto de Tom.

—Bill, ¿Sabes eso que dicen de qué si no tienes nada interesante que decir es mejor quedarse callado?—le soltó Alba con burla—.

—Esos dichos no van conmigo. Además, tengo demasiado que decirle al mundo como para mantener la boca cerrada—.

[...]

The sea of love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora