Te odio

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Narra Tiffani.

Termina la presentación de Aaron y salgo corriendo a buscarlo, no soporto tener esta incógnita en mi cabeza, veo que todos los de la banda se están dirigiendo al restaurante que está al otro lado del campus, así que voy por mi carro, llego, estaciono mi volvo y no sé porque tengo una presión en el pecho, tomo unas flores que le traigo por su magnífica presentación, camino hacia la entrada del restaurante, pero cuando voy a entrar veo que al costado se encuentra Aaron y... su hermana, lo que me faltaba... de igual modo me acerco para espiarlos y escucho que discuten, tengo intenciones de interrumpirlos, pero de repente la Rubia dice algo que me deja helada.

— Aaron no pienso dejar que me trates así, voy a traer un bebé al mundo y ¡es tuyo! —Le grita Carry a Aaron y enseguida siento un nudo en mi garganta y se me revuelve el estómago.

—Ni siquiera tienes panza, como quieres que te crea... no entiendo porque sigues con esta farsa. — Le dice Aaron y voltea hacia la entrada, donde yo estoy, cuando me mira yo estoy vuelta un mar de lágrimas, estoy paralizada, no sé qué hacer.

— Tiff, por qué lloras — Me dice y me toma el rostro con sus dos manos, de inmediato lo aparto.

— Como que por qué, acabo de escuchar que tú hermana está embarazada de ti, estoy en medio de un incesto. — Aaron intenta hablar, pero es interrumpido por la rubia.

—¡No soy su hermana, soy su ex, idiota! — Dice Carry gritando.

Siento que mi cabeza empieza a dar vueltas, creo que se me bajó la presión no soy capaz de decir nada, me voy corriendo a mi auto y me encierro allí, intento encenderlo pero no puedo, miro mis manos y estoy temblando, además están sudadas, me limpio el sudor con el suéter, y me pongo la mano derecha en el pecho para sentir mi corazón que late muy deprisa, Dios mio siento que me voy a morir aquí y nadie se dará cuenta, me hallarán días después cuando mi cuerpo ya se esté descomponiendo y todo por Aaron o por Carry, no lo sé... de repente alguien toca mi ventana y salgo de mi nube de pensamientos catastróficos.

Volteo para encontrarme con un chico de facciones muy bonitas, sin embargo, en medio de mi crisis no lo detallo, bajo el vidrio y le hago seña que me ayude a abrir la puerta, ya que sigo temblando. El chico mete su mano por la ventana, quita el seguro, luego abre la puerta, y por fin habla.

-Veo que estás hiperventilando, necesito que respires conmigo... vamos a inhalar profundamente, y exhalamos lentamente, de nuevo, inhala y exhala con calma...

Luego de varias respiraciones, empiezo a notar que dejo de temblar, pero sigo sin hablar, aún no se me quita el nudo en la garganta.

-Acá tengo un poco de agua por si quieres... me dice el desconocido y extiende una botella de agua hacía mí.

Asiento con la cabeza, agarro la botella como puedo y tomo un poco. Él se rasca la nuca y me mira como esperando que diga algo, así que respiro profundamente e intento hablar.

-Muchas gracias, ya me siento un poco mejor.

Aunque no lo conozco, no sé porque me transmite confianza, quizás sea porque me ayudó a salir de esa crisis que tuve.

-Puedo llevarte a la enfermería de la Universidad, te ves un poco pálida...

-Creo que ya me pasó... pero sí me gustaría pasar por enfermería para que me den unas pastillas para el dolor de cabeza.

-Está bien, vamos, déjame que yo manejo si no tienes problema con eso.

Asiento con la cabeza y me bajo para ponerme en el asiento del copiloto, en el camino ninguno habla, pero no se siente incómodo. Minutos después llegamos y nos dirigimos a la enfermería, donde se encuentra de turno la señora Mery, es muy amable y divertida, siempre la veo ya que vengo mucho por los dolores de cabeza que me dan cuando salgo de la biblioteca.

-Hola niña Tiffani, te ves un poco pálida ¿dime en que te ayudo?

-Cómo está Señora Mary, no se realmente que me ha pasado, para hacerle corto el cuento, tuve una discusión con mi pareja porque me he enterado de algo y realmente la ha liado, así que me fui llorando al auto y allí empecé a sentir que me temblaban y sudaban las manos, luego me toqué el pecho y tenía el corazón acelerado, de verdad pensé que me iba a morir y nadie se daría cuenta... Soy interrumpida por el toque en el hombro de la Doña.

- Mi niña, todos los síntomas que me cuentas, son de un ataque de pánico. ¿Ya te había pasado antes?

- La verdad no, primera vez y espero que sea la última, que momento tan desagradable, por suerte, él me ayudó. Le digo mirando al rubio sentado a lo lejos, en la sala de espera.

-Uhh que guapo, deberías considerar cambiar de pareja, por alguien que te de menos ataques de pánico y más ataques de amor. Me dice y se ríe, también rio hasta que recuerdo realmente porque me sentí así, Aaron, Carry y el bebé...

-Me podría recetar algo para el dolor de cabeza o para dormir, de verdad que lo necesito. – Le digo casi suplicando, ya que no le gusta consentir ningún uso de analgésico opioide, ella sabe que me refiero a eso porque cuando mi mamá estaba muy enferma, yo siempre venía con excusas para que me recetaran de esos. 

-No mi niña, solo te daré un ibuprofeno, ve a casa, prepárate un té de manzanilla y descansa, ya verás que mañana te sentirás mejor. 

Bueno, me rindo, no me lo dará. Me despido de la señora Mary y me dirijo a la sala de espera donde se encuentra el chico que aún no sé cómo se llama, así que me acerco a hablarle.

- Hola... en nombre de todas mis emociones te pido una disculpa ya que me salvaste de morir de un ataque de pánico, aunque de eso nadie se ha muerto aún, el punto es... que no te había preguntado tu nombre, ¿cómo te llamas?

-Jajaja que graciosa, tranquila, me llamo Deymon Frinman ¿y tú?

-Mucho gusto Deymon, me llamo Tiffani Berti, la verdad ya me siento mejor, quisiera ir a descansar porque no quiero pensar más por el día de hoy.

-Está bien Tiff, te acompaño al estacionamiento, yo deje mi auto aquí en la universidad. 

Llegamos a mi Volvo, busco la llave y abro la puerta.

-¿Estas segura que no quieres que te acompañe a tu casa? me pregunta Deymon y me mira fijamente, hasta este momento no lo había detallado, lo primero que escaneo son sus ojos de color azul, es blanco y tiene el cabello castaño y liso, su barba es bastante poblada pero bien definida, hasta pareciera que tuviera las cejas depiladas, un poco metrosexual para mi gusto... Agita las manos delante de mí, y espabilo, que pena me quede viéndolo como una estúpida.

-No no tranquilo, ya hiciste mucho por mi hoy, pero como agradecimiento, quisiera invitarte un café, mi café favorito acá en Barcelona, se llama Lato Born. 

- Me gusta esa invitación, dame tu teléfono. Me dice y no me da tiempo de responder porque se acerca a mí y lo saca de mi bolsillo. - Listo ya anoté mi número, me escribes mañana y acordamos la hora, espero te sientas mejor mañana. Me dice y se aleja, habla muy rápido ni siquiera me dejó despedirme, así que le digo adiós con la mano. 


Continuará... en el próximo capitulo, gracias por leerme, xoxo.

Withered Flowers - Flores MarchitasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora