Días marchitos.

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Narra Tiffani.

2 semanas después.

Estas semanas que pasaron no han sido nada fáciles para mí, pues he caído en una depresión constante, en tener que fingir estar bien aunque no sea así para no preocupar a los que están a mi alrededor, ya tienen suficientes problemas en su vida como para que yo traiga mas, estas semanas solo he salido a la UB y de resto llegaba a la casa y me encerraba en mi habitación.

Llegue a comer tanta comida chatarra y tantos dulces que engorde 4 kilos, además de comer la única otra cosa que hacía era perderme en las fascinantes historias que hay en cada página de los libros que leí, en esos momentos solo eso me hacía feliz, era como entrar en otro mundo donde podía olvidar la triste realidad en la que estaba viviendo.

Todo eso por la gran sospecha de que mi mamá tiene una terrible enfermedad, mas que la enfermedad es como la tiene, también me pasa que he perdido mucho la comunicación con Aaron no ha sido lo mismo y sospecho que habla con otra chica, las cosas con Sharlotte tampoco están muy bien, ella también está en depresión, desde que su hermana mayor murió, toda su familia ha cambiado drásticamente al igual que ella.

Quizás todo esto me ha afectado porque estoy pasando por la etapa de la adolescencia, donde nos volvemos mas débiles tanto psicológica como físicamente y pues yo no soy un adolescente normal, no me la paso en fiestas, tomando, fumando ni nada, como esos adolescentes que llevan una vida sin reglas, y pues no se preocupan por nada, pero ese no es mi caso. Ya hoy es lunes y estoy a tan solo unos días de cumplir mis 18 años.

Me levanté a las seis de la mañana y ya ha pasado media hora, me voy a duchar y arreglar para irme a la UB. Últimamente han habido unas temperaturas muy frías, así que me coloco unos jeans ajustados con una camisa manga larga de flores y unas vans, me maquillo como normalmente lo hago con compacto y un poco de rímel.

Cuando bajo a la cocina, veo a mamá sentada con una taza de té de manzanilla en la mano, el doctor le quito completamente la cafeína y pues eso le ha afectado algo, era costumbre de ella tomarse una taza de café todas las mañanas, ella no es la misma, siempre fue una mujer muy alegre, una feliz y joven mujer de tan solo 35 años, se la pasaba en mi invernadero, me ayudaba a regar las flores, le gustaba mucho ir al súper a hacer la compras, se la pasaba con sus vecinas charlando, en fin haciendo cualquier cosa, pero ya no, no sabemos aún que tiene, pero lo que si sabemos es que la tiene deteriorada.

-Buenos días mama, ¿Cómo te sientes? – Le pregunto.

-Buenos días, tengo un poco de nauseas seguro es porque no me acostumbro a tomar té en vez de café. – Me dice y se levanta.

-Bueno ten cuidado, ¿haz hecho algo de desayuno? Porque sino, no te preocupes que yo desayuno en la UB. – Le digo.

-Claro que si hija, ya te sirvo unos panqueques que hice. – Me dice caminando hacia el mesón donde están las vajillas. -Esta bien, subiré a buscar mi teléfono, ya vuelvo. – Le digo y subo.

Cuando subo mi teléfono esta sobre la cama y esta sonando, veo la pantalla y es Sharlotte, ¿que habrá pasado?

- ¿Pasa algo? – Le contesto.

-Tiff, tengo que contarte algo urgente, ¿Ya llegaste a la UB? – Me dice todo muy rápido.

-Tranquilízate y cuéntame, ¿Sobre que es? – Le digo y me acuesto sobre la cama mirando el techo.

-Es sobre... sobre Aaron, cuando llegues me llamas, y nos vemos en la cafetería. – Me dice.

-Esta bien, nos vemos allí. – Le digo y cuelgo, pasan cinco segundos y recuerdo que mamá está abajo con el desayuno, bajo rápidamente las escaleras y esta allí sirviendo jugo de naranja en un vaso, me lo entrega y empiezo a comer, cuando estoy terminando de comerme uno de mis panqueques noto que se marea y me levanto rápidamente a ayudarla, la siento a mi lado y sigo comiendo pero no le quito la mirada.

-¿Ya te pasó?, tienes muchas ojeras mamá, ¿No haz dormido bien? – Le hago un sin fin de preguntas.

-Ya me paso Tiffani, no... no he dormido muy bien estos días. – Me dice y noto su mirada apagada.

-Mama dime la verdad, que salieron en esos exámenes, ¿Qué tienes? – Le digo mirándola a los ojos y le agarro las manos.

-Ese es el problema, me han estado haciendo muchos exámenes, pero el doctor parece confundido, porque en los exámenes sale algo pero los síntomas dicen otra cosa, mañana me dan el resultado definitivo de lo que realmente tengo hija, tranquila. – Me dice cuando estoy terminando de comer, me levanto y la abrazo.

-Esta bien, llámame si te vuelves a sentir mal, ya me tengo que ir. – Le digo y salgo de la casa.

En el camino hacia la UB recuerdo que Sharlotte me dijo que tenia que decirme algo y era de Aaron, que será... Cuando llego son las seis y cincuenta, y hoy entro a las siete así que tendré que hablar con Sharlotte después, me dirijo a la cafetería para decirle y cuando la veo voy hacia la mesa donde esta sentada y de pronto miro a la mesa que esta detrás de ella y veo que es Aaron es él... y esta con... con una chica, es blanca, rubia, por lo que veo tiene los ojos verdes y Aaron esta tomando su mano, siento como mi corazón se rompe en mil pedazos, cuando por fin llego a la mesa mi amiga me mira y sabe que ya vi eso, me siento y hundo mi cabeza en mis manos, respiro hondo y espero que ella hable.

Withered Flowers - Flores MarchitasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora