El elevador

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¡Detén el elevador por favor! - David dio aquel grito suplicando que aquel pelinegro del elevador lo escuchara, David no quería quedarse esperando el elevador o peor aún subir, las escaleras, grande fue su al alegría al ver como el chico detuvo qué las puertas de cerrarán por completo.

Gracias - soltó un suspiro tras correr hasta el elevador.

No es nada - el pelinegro a su lado sonrió y David juraría que esa sonrisa le dio 100 años más de vida con solo verla.

¿Oh a que piso te diriges? así oprimo el botón - volvió a hablar aquel chico de cabellera negra

Al piso 12 - Hablo algo ido por el simple hecho que se había quedado analizando la belleza de tal chico.

¡Vaya! ¿Quién lo diría? Ah ese mismo piso me dirijo yo - Alex presionó el botón del piso 12 y el elevador empezó a subir.

¿A si? - por alguna extraña razón a David le había ilusionado ahora la idea de que aquel chico fuera su vecino.

Sip, tú eres nuevo, ¿no? - David no pudo ver a otra parte que no fueran esos hermoso ojos azueles, vaya que eran hermosos, aunque si era sincero, desde el rato que llevaba analizando al chico todo de él, le parecía hermoso.

¿Eh? Digo, ¡si! Me mude no hace mucho - desvío la mirada

Con razón nunca te había visto, bueno, es un gusto conocerte ...eh -

¡David! Me llamo David - extendió una mano en forma de saludo.

Oh pues es un gusto David, yo me llamo Alejandro y soy el chico del apartamento 512- Sonrió de una manera tan dulce, que David juraría que estaba a punto de darle diabetes de lo dulce que fue.

¿512? Vaya vivimos al lado, yo vivo en el apartamento 511 - El sonido de las puertas del elevador fue suficiente como para ambos chicos volvieran a la realidad y recordar que aun estaban en el elevador.

Vaya, quien lo diría, pues espero llevarme bien contigo entonces, David - ambos chicos bajaron del elevador y ambos se sonrieron, dieron unos cuantos pasos hasta llegar a sus respectivas puertas para luego Alejandro despedirse.

Un placer conocerte, David - sacudió su mano en forma de despedirse mientras abría la puerta de su apartamento.

El placer fue todo mío - David le sonrió y como respuesta obtuvo otro sonrisa que por alguna razón lo hizo sonreír aún más pero como bobo. Alejandro ingreso a su apartamento cerrando la puerta tras de él, mientras David se quedó observando la puerta por la que había desaparecido el pelinegro, le hacía mucha ilusión tener a un chico tan lindo como vecino, esperaba poder llevarse bien con él y poderlo ver más seguido...













Sigo viva 

One Shots FargexbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora