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-Ya no sé nada- Yuki ocultó su cara entre sus manos.

-¿No tienes sandalias oscuras?- Mitsuya rebuscó en el nuevo armario de Yuki.

-¿Me estás escuchando?-

-Que te gusta Muto- Mitsuya siguió rebuscando.

-Pero es que también me gusta Hanma-

-No puedo decidir nada, no he visto nunca a Hanma, por lo que obviamente prefiero que estés con Muto-

Mitsuya le entregó unos zapatos negros a Yuki.

-Es que... No sé- Se observó en el espejo.

-Vete con los dos, líate, disfruta y quédate con el que más te guste-

-Lío, pero, beso o...-

-Lo que surja, con tu consentimiento, y me cuentas qué tal-

-Eres un chismoso, que lo sepas-

-Ya lo sé, lo sé muy bien- Mitsuya sonrió, se acercó a Yuki y la recogió el pelo cual madre preparando a su hija el día de su boda.

-Busca peinados, y el que más te guste, me dices y te lo hago, pero recuerda, con tiempo-

"Dos semanas después"

-Oye Muto, ¿Tienes con quién ir al festival?- preguntó la pelinegra avergonzada.

-Tenía pensado ir con Sanzu, pero si quieres ir...- Yuki asintió.

★ "Esa misma noche"

-Vamos en moto, se te va a fastidiar el peinado- señaló Muto.

-¿Qué llevas puesto?- Yuki preguntó algo alertada.

-Un uniforme, es la única ropa oscura que tengo, para ir a juego contigo- Yuki sonrió de medio lado.

Cuando llegaron, Yuki quedó impresionada con la alegre decoración.

-¿Nunca has venido?-

-No, mis padres iban sin mi- Muto tomó su pequeña mano y dió un ligero apretón.

-¿Quieres un algodón de azúcar?- Yuki asintió respondiendo al apretón.

Mientras la alegre pareja caminaban compartiendo anécdotas y gustos con el otro, una intensa lluvia comenzó a caer.

-Vamos debajo del árbol- Muto avisó.

Yuki se apoyó en el árbol y Muto la cubría con su cuerpo.

-Oye Muto, llevo tiempo queriéndote decir algo- Muto bajó hasta la altura de la fémina.

-Llevo sintiendo algo por ti desde hace un tiempo, y quería saber si es correspondido- Yuki notaba como si la cara le ardiera.

Muto colocó una mano de Yuki en su rostro mientras se acercaba, al igual que la más baja.

Yuki saltó a los labios del grandote, abrazándole por los hombros.

El hermoso peinado de Yuki que Mitsuya tardó 45 minutos en realizar se esfumó, dejando el negro cabello suelto y empapado.

En medio del beso el teléfono de ambos comenzó a sonar.

-Me tengo que ir- dijeron al unísono, y ambos se esfumaron.

Yuki se escabulló hasta unos baños públicos y se cambió de ropa a su uniforme. También usaba capucha y mascarilla, para estar en el anonimato.

Yuki quedó más pálida de lo que ya era al ver que la pelea era contra la pandilla de su ahora novio y de su mejor amigo.

Hanma la informó de que su nombre en clave era Tenkaichi.

-Tu y yo ya hablaremos- Hanma susurró.

Después de una conversación entre pandilleros a la que Yuki restó importancia, todos se lanzaron a pegarse unos con otros.

Yuki por los nervios había agredido accidentalmente a gente de su propia pandilla.

Evitaba tener un encontronazo con Mitsuya o Muto, para no tener que pegarles, pero tampoco para que la pegaran.

Hanma volvió a dar otro discurso, al que Yuki volvió a restar importancia.

-Tenkaichi!- Hanma llamó a Yuki, quién se subió en la moto del tatuado.

Al girar al baño donde Yuki tenía todas sus otras pertenencias le ordenó a Hanma que frenara.

-Aléjate del grandullón, no queremos más conflictos de los que necesitamos-

Yuki lo ignoró y corrió a cambiarse.

-Muto, te estaba buscando- se abrazó del brazo de Muto.

-Masaru, vámonos a casa-

-Muto- le llamó

-Mmm...?-

-¿Alguna vez te has enamorado de dos personas al mismo tiempo?-

-No, debe de ser jodido- Muto agarró las piernas de Yuki y las estiró sobre sus piernas.

-No lo sabes-

-¿Tú que harías?-

-Dejarme llevar-

-Bueno consejo, ¿Y qué harías ahora?-

Yuki se levantó y comenzó a repartir besos sobre el fornido cuello de Muto, él la cargó en su hombro derecho como si de un saco de patatas se tratara y la llevó a su cuarto, donde la tumbó en aquel colchón suave y esponjoso.

Yasuhiro comenzó a desnudarla, repartiendo besos por el pálido busto y abdomen de la pelinegra, quién jadeaba al sentir esos ardientes besos en su congelado abdomen. Besos que fueron bajando hasta su zona pura, haciéndola enloquecer y dificultando su capacidad de pensar.

𝐀𝐩𝐚𝐠𝐚 𝐭𝐮 𝐜𝐢𝐠𝐚𝐫𝐫𝐢𝐥𝐥𝐨 𝐞𝐧 𝐦𝐢   ||Hanma x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora