Un nuevo comienzo

Capítulo 16: Resolver algunas cosas

Pasaron casi tres años en un torbellino de negocios y juegos. Harry estaba creciendo bien. Los artículos publicados sobre él impidieron que el público lo pusiera en un pedestal. Estaba aprendiendo rápido; podía recitar el abecedario, deletrear palabras pequeñas y su nombre, y contar hasta cincuenta sin problema. Hablaba casi como un adulto. También estaba empezando a mostrar más magia accidental. Sólo hubo un incidente en la guardería, cuando estaba peleando con una niña por un crayón y su cabello se volvió verde, lo que Sirius pudo revertir y confundir. Lo iban a sacar este año y empezar a enseñarle en casa. Iría a jugar los fines de semana en hogares mágicos, comenzando con los Weasley, el próximo fin de semana.

Sirius tenía que recibir asesoramiento mensual. Faith había roto con él cuando él le dijo que tenía un secreto. Ella dijo que no podía confiar en él si él no podía confiar en ella. Estaba demasiado molesta porque él le había ocultado algo y nunca descubrió cuál era el secreto. Se podría pensar que, como consejera, sería más comprensiva.

Fue triste en la casa esa semana, pero Sirius se recompuso y comenzó a mirar en el mundo mágico. Tenía sus ojos puestos en un joven empleado del Departamento de Accidentes y Catástrofes Mágicas, a quien había conocido a través de Arthur. Su nombre era Laura Webb, una mujer baja, rubia rojiza, alegre y coqueta.

Remus estaba saliendo con Sarah y a esos dos les iba bien. Las citas hicieron que el hombre tímido saliera más de su caparazón y tuviera mucha más confianza que desde la muerte de los Potter. Él y los demás compartieron el piso que Hydrus instaló. Sarah estaba prosperando como propietaria de una tienda y no le importaba no poder ir a la casa del hombre lobo. The Book Nook abrió una tienda en Hogsmeade para atender a los adolescentes mayores, a muchos de los aldeanos y a algunos profesores. Estaba bien.

Hydrus se limitaba a las aventuras de una sola noche, aunque las mantenía al mínimo ahora que Harry era mayor. Había pasado la mayor parte de los últimos años montando sus negocios para que funcionaran sin él, para poder pasar todo el día en casa enseñándole a Harry. Estaba contento con su vida, todos sus planes se estaban concretando y poco se había interpuesto en su camino.

Voldemort era ahora una mera sombra; ni siquiera podía poseer animales, lo que hizo que los adultos confiaran en que no tenía otro horrocrux. El Maestro de la Muerte mantuvo a los espíritus acosándolo, por si acaso. Todavía no sabían cómo deshacerse finalmente de Tom. Esperaban que simplemente se desvaneciera.

Grimmauld Place quedó despojado de toda magia; Todos los objetos oscuros estaban almacenados en la bóveda familiar. Sirius lo actualizó a un hogar no mágico. Les dijo a los contratistas que su madre era anticuada y que había muerto recientemente (y así era). Luego vendió la casa de su infancia y nunca miró atrás. Fue un buen cierre.

Kreacher fue llevado al hogar de niños, pero, como antes, no fue liberado, ya que podría morir si se rompía el vínculo. El viejo elfo se contentaba con trabajar en la cocina, pero se mantenía alejado de los niños. Sus estándares seguían siendo los de sangre pura, pero seguía las órdenes de su maestro.

A las tiendas les iba bien, la tienda de electrodomésticos se redujo un poco y se abrió una nueva tienda de entretenimiento cerca. La nueva tienda, Fun For All, tenía computadoras, televisores, videograbadoras y películas. Fue un gran golpe. Estos artículos ahora eran comunes en los hogares, excepto algunos de los sangre pura más acérrimos.

Incluso se usaban computadoras para llevar registros en el Ministerio y, para disgusto de Hydrus, en Gringotts, ya que el inmortal las actualizaba para almacenar registros de la misma manera que lo hacía su lector de libros. Los manuales que venían con las computadoras estaban redactados de manera muy simple, incluso el asistente más incompetente debería poder cargar archivos. Ayudó que el solitario y otros juegos de cartas vinieran con los dispositivos.