Elisa observaba a Candy que seguía con la mirada perdida, sabía perfectamente lo que estaba pasando por su mente. Para ella Candy era como la hermana menor que nunca tuvo. Su amistad había nacido desde que eran unas niñas, se conocieron en un momento de profundo dolor para Candy. La pelirroja no pudo evitar recordar aquel momento, el día del funeral de su madre.
Por lo general nunca hablaban de ese suceso y eso era porque Candy recordaba muy poco era solo una pequeña de cuatro años de edad, Elisa era un par de años mayor por lo que recordaba con más claridad ese día. Podía verse a sí misma entrando al salón en el cual justo en el centro se encontraba un ataúd de madera. Un hombre recibía condolencias al igual que los dos pequeños parados junto a él, Tom el mayor tenia quizá algunos diez años, Jimmy era tan solo un año menor, toda la atención estaba centrada en ellos tres, fue entonces que la descubrió sentada en un amplio sillón abrazando con fuerza un oso de peluche. No supo que le inspiro a acercarse quizá se vio reflejada a sí misma el día en que murieron sus padres.
Le regalo una tímida sonrisa y corrió a sentarse junto a ella, sin decir palabra la tomo de la mano, desde ese día se volvieron inseparables. Elisa recién se había mudado a New York, su tío quien era su tutor era socio de Benjamín White, así que no les fue muy difícil seguir en contacto, estudiaron en los mismos colegios ya que ella se quedo un año atrás debido a la muerte de sus padres. Más que amigas eran hermanas. Siempre estuvieron juntas ante cualquier situación, ahora amabas tenían sus propios dolores pero eso solo las había hecho madurar, pero lo más importante era que su amistad sobrevivió a todas esas adversidades que la vida les impuso, que su cariño seguía creciendo cada día mas hasta convertirlo en algo indestructible.
-Y bien Candy ¿Cuándo se lo dirás?-pregunto viéndola a los ojos
Candy solo apretó la mano de su amiga, ambas estaban sentadas en la banca de aquel tranquilo parque, esquivo su mirada, ésa era una pregunta que aun no estaba preparada a responder. Albert era algo que siempre dolería aunque jamás lo quisiera admitir, durante mucho tiempo pensó en la posibilidad de buscarlo y gritarle que lo odiaba por haberla abandonado en el pasado, pero nunca reunió el coraje suficiente para hacerlo, aun en esos momentos no se atrevía a pensar si quiera en decirle que tenía un hijo suyo.
-¿No vas a responderme?-Insistió
-Elisa-pronuncio con fastidio-Odio cuando tomas esa actitud de hermana gruñona
-Sabes que algún día tendrás que hacerlo-dijo poniéndose de pie
-Albert ni siquiera ha hecho el intento de hablar sobre el pasado
-Y eso internamente te esta frustrando ¿cierto?
-A ti no puedo mentirte, en ocasiones quisiera que no hubiera tomado tan en serio todo lo que le dije cuando nos reencontramos
-Ahí tienes la razón por la que no ha preguntado nada-dijo meneando la cabeza-Eres tan testaruda y Albert siempre ha sido un hombre que respeta tus decisiones
-Cierto-respondió con una sonrisa-¿Recuerdas lo que la tonta de Flammy decía en la universidad?
-¡Oh si! Eso de que las mentiras provocan estrés
-Bueno, tenía razón-dijo encogiéndose de hombros-no he podido estar tranquila, últimamente Tony me ha hecho más preguntas de lo normal
-Está creciendo Candy, su mente se encuentra confundida
-Lo peor es que Albert y él se conocen-dijo suspirando
-¿Qué estás diciendo?¿Cómo fue que...
-Una tarde Terry llevo a Tony al parque, creo que ahí se dio el encuentro y lo peor es que mi hijo no habla de otra cosa más que del "fascinante hombre que conoció en el parque"
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Volverte a Amar
FanfictionCandy tenía una vida prospera al lado de su prometido,una carrera exitosa pero un giro del destino le cambia la vida cuándo se da cuenta que el pasado siempre vuelve