Capítulo 8_Decisiones

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Salió de aquel lugar destruido con el corazón hecho mil pedazos, había sido absurdo ilusionarse y de pronto se sintió como en el pasado, pero ¿Cómo no tener esperanzas después de que la sintió tan suya? Por un momento aquellos ojos verdes empañados por el llanto le hicieron ver el anhelo de recuperar el tiempo perdido, la oportunidad de volver a empezar cicatrizando todas las heridas del pasado pero aquello no fue más que una mera ilusión, se había engañado nuevamente pensando que podía alcanzar aquel amor que ambiciono desde que era un adolescente, pero nuevamente se había equivocado.

Lanzando un largo suspiro se adentro al salón buscando a Annie, la vio tan sonriente con sus amigas que no tuvo el valor de decirle nada, sacó el móvil de la bolsa de su bolsillo y le envió un mensaje de disculpa, sabía que ella entendería sus razones, eso era lo maravilloso de Annie jamás preguntaba más de lo debido, nunca exigía más de lo que se lo daba ¿Una virtud o un defecto? Eso poco importaba...No se sentía un caballero al dejarla sola en ese lugar pero tampoco podía seguir ahí fingiendo que no le dolía, estaba destruido por dentro. El momento de tomar decisiones serias había llegado, marco un numero demasiado conocido, su orgullo poco importaba en ese momento, su hijo era lo único por lo que valía la pena arriesgarlo todo.

-Neal-pronuncio con desinteres-Necesitamos hablar de la empresa...

O o O

Candy pudo sentir el aliento de Terry muy cerca y aquello le asusto por un segundo no supo cómo reaccionar, pero sabía que no podía corresponder a aquel beso, era inútil seguir negándolo...Ya no podía ni quería resistirse a aquel amor que seguía dentro de su pecho. Amaba a Albert a pesar de todo y mucho más allá de lo sucedido en el pasado, ya no le importaba obtener respuestas, le bastaba con el simple hecho de saber que ahora estaba ahí, le bastaba con saber que la seguía amando con la misma intensidad. de ayer, lo había visto en sus ojos, podía sentirlo en cada una de sus acciones y era el padre de su hijo.

No debía seguir alejando a Terry con algo que jamás podría ser, porque todo en ella estaba comprometido desde aquella tarde de verano en la que vio por primera vez aquellos ojos azules tan claros como el agua cristalina del mar, con Albert siempre había sido así podía. hacerle sentir tantas cosas sin siquiera tocarla, pero si llegaba a ocurrir, si por alguna razón su piel rozaba la de él, era como si un imán la atrajera fuertemente, no podía seguir mintiendo ya no podía más con aquel agudo dolor en su pecho. Así que se aparto con delicadeza, él la miro perplejo por unos segundos.

-Lo siento-dijo bajando la mirada

-Es por él ¿cierto?-pregunto aun sin soltarla

-Es por ti Terry, es por mi...Esto no es justo

-Por supuesto que no es justo, pensé que éramos felices.

-Yo también Terry-murmuro con nostalgia-yo también pensé que lo éramos

-¿Entonces qué ha cambiado Candy?¿Me dejaras por seguir una ilusión de tu adolescencia?

-Te dejo porque no te amo-respondió segura-porque de verdad quisiera amarte con todo mi corazón, tú mereces a alguien que te ame de esa forma y yo no puedo hacerlo

-Déjame ver si entendí-dijo sin dejar de verla-hace apenas unos meses decías que no sabias lo que sería tu vida sin mí y ahora de ponto...-se llevo las manos al cabello soltando un fuerte suspiro-De pronto aparece ese imbécil y decide que no me amas...Que nunca podrás amarme

-Lo siento tanto Terry-sollozo con verdadera zozobra-No puedo...

Terry vio como se alejaba y no se pudo mover de su sitio aquella batalla estaba perdida, meneó la cabeza y sintió la fuerte necesidad de tomar un trago, necesitaba calmar el dolor que su corazón estaba sintiendo, no era fácil renunciar a la mujer con la que había compartido los últimos tres años de su vida, no era fácil dejar ir el sueño de formar una familia. Contempló con nostalgia el anillo que segundos antes de salir ella depositó en sus manos, la prueba de que estaba completamente segura de que no quería seguir comprometida con él, hubiera querido odiarla, pero sabía que nunca podría hacerlo, aunque no quisiera reconocerlo, temía que Eso terminaría tarde o temprano.

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