XVII

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No ha dejado de observar con atención el camino que debe tomar para iniciar su cometido.

Sigue teniendo la mirada fija en el hilo rojo que sabe, va a cortar, pero buscaba el acercarse a los pilares sin verse extraño para no asustarlos. No quería ocasionar un alboroto por un simple corte, tenía que mantener la calma y hacerlo rápido mientras pasaba por en medio de ellos, ni siquiera lo notarían, y después ya todo estaría resuelto. Tiene entendido que si cortaba los hilos, las dos personas que lo unían se irán separando una a la otra en los próximos días para después no volverse a hablar.

Sin hacerse daño o hiriéndose claro está, pero ya no podrán estar juntas por que no lo soportarían, él buscaba que pase eso.

- Chicos necesito-

- Cállate - Ese era Sanemi observándolo con molestia mientras retrocedía. Encontrarlos a ellos juntos hablando sólo significaba que estaban buscando ayudar a Obanai. Y por ayudar a Obanai los implicaba a él y a Mitsuri, cosa que no era bueno - Todavía tienes el descaro de hablarnos, lárgate de aquí.

No.

No pensaba hacerlo esta vez, su objetivo estaba a un sólo paso.

Una vez que cortara el de ellos le sería más facil cortar los otros hilos que unían a Obanai. Solo se acercaría cuando este durmiendo y nada más, se unirian a los de otros, aunque ahora que lo notaba, cuando llegó a observar a Sanemi y a Giyuu estar juntos, podía ver sólo sus hilos, no más, y recien cuando Obanai se les acercaba su hilo aparecía uniéndose. Le causaba mucha curiosidad saber por qué es que aparecía recién si se supone los tres eran destinados estén juntos o no.

- Rengoku vete a otr-

- Silencio.

No había tiempo de hablar y escapar en ese momento, así que sin esperar un segundo más avanzó tomando con fuerza su katana y buscó el usar una de sus posturas de respiración.

- Respiración de la flama... - Pero antes de que pudiera continuar su cuerpo se detiene abruptamente al escuchar gritos cerca del lugar y voltea su mirada asustado.

- Ese es... ¿Tanjiro? - Sanemi observa algo confundido a Giyuu cuando lo escucha mencionar ese nombre, uno del cual nunca antes habló. En cuanto lo ve correr decide ir tras él para saber que pasaba y Rengoku no entiende porqué Tomioka conocia a su discipulo pero solo trata de no tomarle importancia e ir con ellos para saber si estaba en problemas.

Grande es la sorpresa de los tres al ver que el menor se encontraba herido en los brazos de una luna demoniaca.

Más exactamente, de una en particular.

-La tercera...

Sus ojos yacen abriéndose en medio de la oscuridad

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Sus ojos yacen abriéndose en medio de la oscuridad.

Siente todo su cuerpo pesado al punto de no poder moverlo, suelta varios quejidos de dolor y gira su cabeza con la poca fuerza que tiene solo para quedarse observando la pequeña ventana por donde entra poca luz. Quiere gritar pero no puede, es como si algo se lo impidiera. Hay un pitido terrible en su oído y duele, lágrimas se le acumulan en sus ojos y quiere tratar de aguantar el llorar pero no puede, es cuando recién, puede sentir varios pasos entrar desesperados a la finca.

El hilo rojo de Obanai [ SaneGiyuuOba ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora