━━ ꒰ 𝐢 𝐛𝐞𝐭 𝐦𝐲 𝐥𝐢𝐟𝐞. ꒱
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❝ Sé que tomé el sendero que nunca quisiste para mí. Sé que te decepcioné, ¿verdad? Tantas noches sin dormir en las que tú me esperabas despierta, pero yo soy solo un esclavo de la noche. ❞
[robby keene...
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Robby simplemente no podía entender que hacía John Kreese frente a él. En su cabeza no caía el hecho que incluso ese hombre vino a visitarlo y su padre no, era algo que no podía lograr procesar bien.
—¿Qué está haciendo usted acá? —Soltó el chico su tono de voz era tajante, Robby ni siquiera quería presenciar algo relacionado con el karate, tampoco quería estar ligado al ex-sensei de su padre.
Absolutamente se negaba a esto.
—Vine a visitarte, muchacho. Siéntate, debemos conversar... —solicitó el mayor, el adolescente no evitó sentarse así que decidió optar por una actitud con desconfianza.
—Te diré algo de tu papá. Siempre fue peleador, pero fue en su primer torneo cuando vi su real potencial. Llegó a cuartos de final contra un chico llamado Vidal. Vidal era un cinturón negro de tercera generación, muy hábil. Muy superior a Johnny en esa época. Tu papá perdió, pero no sé lo hizo fácil. Y vi en sus ojos que no dejaría que eso pasará de nuevo.
—Genial historia. Prueba decírselo a alguien a quien le importe una mierda —Robby intentaba repeler a este señor porque sabía que intentaba manipularlo, pero no lo haría, jamás. Él se consideraba una persona fuerte de cuerpo y mente, un viejo no podría corromperlo.
—Eres su hijo, de acuerdo —Kreese soltó una breve risa porque era igual conversar con su exalumno, finalmente, aunque Keene intentará repeler a su padre, era exactamente igual a él, era la copia de Johnny.
—Mira donde me llevo eso —soltó Robby siendo bastante sarcástico.
—Vamos, muchacho. Sabes que no mereces estar aquí por lo que escuché intentaste detener la pelea y Díaz te atacó. Seguro puedes seguir castigándote por lo que pasó, pero al ver tu cara diría que ya lo están haciendo por ti.
—Estás perdiendo el tiempo, viejo. Lo último que necesito es otro sensei.
—Está bien —el hombre se levantó de su asiento dedicándole una mirada dura al chico golpeado enfrente suyo—, no hay mucho que pueda enseñarte ahora de todas maneras. Excepto tal vez esto, todas las tonterías que aprendiste en Miyagi-Do sirven para ganar puntos en un torneo, pero ahora estás en el mundo real, deberías aprender a atacar primero. —Aquellas palabras marcarían un cambio en el adolescente, cayendo sin querer en la trampa de aquel señor mayor.