Susurros de honestidad

5 1 0
                                    


Fines de febrero de 2017 — Ciudad de Buenos Aires. 14:30hs

Matias suspiró largamente y se cruzó de brazos.

Frente a él había un estudiante flacucho y pálido que apenas superaba la veintena de años. El joven de metro sesenta aferraba sus manos al pupitre con tanta fuerza que parecía que iba a partirlo en cualquier momento. Estaba nervioso, transpirado por demás a pesar del calor húmedo que estaba haciendo aquella tarde de febrero y sus ojeras eran tan notorias que le recordaron a sus peores épocas de insomnio autoinfligido cuando también era estudiante universitario. La diferencia estaba en que ahora, su rol era el de profesor y por más benevolente que quisiera ser, no había manera de que el sujeto aprobara el examen si no superaba el inmenso pánico que le generaba estar ahí.

— ¿Cuándo empezaste a estudiar? — preguntó con un dejo de frialdad en su voz intentando no traumarlo más de lo necesario.

— H— Hace un mes... — reveló el joven desviando la vista, aferrándose a sus apuntes.

— Entonces... Sabes los contenidos — Intentó razonar con él, pero no hubo caso. — Por que cursaste conmigo el cuatrimestre pasado....

El individuo seguía temblando en su silla.

— ¿Pero por qué estás así? — intervino la profesora Sofia Garcia Aldazabal por él tras darle un codazo silencioso a modo de reprimenda por su falta de tacto — Solo somos nosotros dos contigo... Es una charla más... Como si fuera una clase — intentó suavizar la situación. — No vamos a asesinarte ni nada parecido...

Matias la miró de reojo. Curioso ante la aclaración de la mujer.

— N— No lo sé... — mintió el chico. — N— No entiendo de donde viene el miedo...

Hubo un silencio largo.

— Pero entraste aquí lo más bien y de repente, esto..— observó el profesor, genuinamente confuso. Sintió la mirada expectante de Sofía y volvió a suspirar. — ¿A qué le tienes tanto miedo? — preguntó superado por la curiosidad.

Hubo otro breve silencio y el joven alzó la vista brevemente para mirarlo.

— Ah.... Usted, profesor — balbuceó el joven y agachó la cabeza.

— ¡¿Eh?! — se sobresaltó el sujeto — ¿Por qué? ¿Qué hice? — miró a Sofía esperando una respuesta coherente. Pero ella sonrió divertida.

— Quizás por que tienes un aspecto de haber vuelto de la guerra... — Observó entre risas la profesora para distender la situación.

Tenía razón. Pero eso era un debate para otro momento.

— ¿Qué dices? — Matias fingió desdén y se permitió reír, incrédulo ante su respuesta.

— Estás todo vendado y lleno de cortes. Como para que el chico no te tenga miedo... — sonrió ella — Pareces salido de esas series de terror estadounidenses donde el protagonista pelea de noche y de día es un ser de luz...

— Ese ejemplo es sospechosamente específico... — comentó el profesor cruzándose de brazos y miró al chico, quien entró en pánico.

— ¿En serio doy tanto miedo? — le preguntó intentando sonar afable, aunque su tono era de una genuina decepción.

— U— Un poco si... — confesó en voz baja el alumno.

— ¿Pero por qué te doy miedo? Si cursaste todo un cuatrimestre conmigo y no hubo problemas entre nosotros — intentó razonar con él.

#3 Fragmentos del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora