#3 Fragmentos del pasado

Regalo inesperado...

— ¿Qué pasa? — preguntó Sofía de repente — Cuando te quedas callado por mucho tiempo es por que tienes un problema ¿No?

— ¿Eh? No es nada serio...

— Eres muy mal mentiroso ¿Sabes? — observó ella.

— Tengo un problema con una de las tarjetas del banco y no logro dilucidar si cai en una estafa o hice un gasto estúpido — reveló de repente para desviar la atención. Su problema era otro, se había quedado hasta tarde, luego de lavar el coche, scroleando por las redes en busca de otros videos. Para su fortuna, al menos de momento, no había ninguno. Pero no sabía por cuánto tiempo iba a durar esa suerte.

— ¿Cual seria un gasto estúpido? — preguntó la profesora, sacándolo de sus pensamientos.

— Un libro de colección, primera edición, por supuesto... — reveló con una sonrisa satisfecha.

Sofia rió.

— Me parece más una inversión — concluyó ella — Bueno ¿Y qué te preocupa?

Matias suspiró.

¿Cómo era posible que siempre viera a través de él? ¿De verdad no tenía magia? ¿O acaso lo había hechizado de alguna manera?

Meneó la cabeza para desligarse de aquellos pensamientos estúpidos.

— Honestamente... No se que nos vamos a encontrar cuando lleguemos allí. Ni siquiera sé si vamos a poder entrar — reveló.

Sofia suspiró.

—¿No vas a decirme que pasó?

Matias negó con la cabeza. Ella se cruzó de brazos, molesta.

"Me pregunto si Beatriz está en las listas de fallecidos..." reflexionó en silencio Matias, recordando cómo se pasaron tres días armando las listas de todos los fallecidos que pertenecían a las comunidades mágicas. Recordó incluso que habían seis niños. Uno de ellos, el pequeño vecino de la fiscal Martinez Santander, quien, apenas enterarse quedó en silencio por media hora, hasta que decidió que era mejor irse por ese día.

— Cuando lo veas, dame una opinión... — aclaró el profesor para tranquilizarla. — Porque yo aún no logro entenderlo....

Sofia lo miró con cautela.

— Suenas como Beatriz... — comentó pensativa — ¿Qué te dijo tu amigo? — preguntó para seguirle la conversación.

— Que es complicado... Mucha gente murió y hay muchos conflictos entre familias — resumió olímpicamente el profesor.

Sofia lo miró horrorizada.

— ¡Espera! ¿Crees que fue solo un conflicto entre familias que se salió de control? — preguntó ella incrédula.

— ¡Claro que no! — meneó la cabeza el conductor — ¡Es todavía más estupido...! — se quejó sin darse cuenta.

— ¡Entonces sabes qué pasó! — se sorprendió ella. — ¡Matias! — insistió.

Él se masajeó la cara con su mano izquierda y disminuyó la velocidad al notar que estaban llegando a la ciudad de Las Flores.

— Más o menos...

—¿Como más o menos? — protestó ella

— Cuando vienes de un pueblo chico.... — comentó con cuidado — Ya conoces a su gente. E incluso si no quieres aceptarlo, te das una idea de cómo se van a desenvolver ciertas cosas. Aunque te parezca lo más irracional del mundo y te parezca imposible. Sucede... — comentó con un dejo de amargura. — Bienvenida a mi pueblo... — sonrió.