Pánico silencioso

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Azul — Provincia de Buenos Aires. 19:30hs

El sacerdote mal dormido, Santiago Verastegui permaneció en el más profundo de los silencios en su oficina con los brazos cruzados.

— ¿Repite otra vez? — insistió sin dar crédito a tus oídos.

La ilusión astral del profesor de historia vendado flotó frente a él al otro lado del escritorio.

Soy. Un. Imbécil — repitió a regañadientes.

— Si, si. Eso ya lo sabemos, pero ¿Por qué razón? — Intervino Olivier apareciendo por detrás del sacerdote apeándose en una muleta y le entregó un café con una elegancia y fluidez digna de un mozo de crucero.

Veo que estás cómodo... — comentó mordaz el sujeto.

— Y tu muy preocupado. Me reiría pero mi intuición me dice que es un problema muy serio para invocarnos al astral tan de repente...— sonrió con malicia.

Hay un video — retomó el profesor con molestia — Donde aparecemos tu y yo Olivier...

El aludido alzó las cejas.

— ¿Cuál de todos? — soltó con malicia.

Ya quisieras — cazó al vuelo su indirecta maliciosa — Uno donde se ve como... Te "invito amablemente" a venir con nosotros... — ironizó.

— Ah... ¿Ése donde me arrastras media cuadra hasta tu auto? si. Lo vimos hace un ratito — rió y se cruzó de brazos. — ¿Y a qué se debe la reunión?

Matias suspiró resignado.

Sofía lo vió y ahora quiere ir a Azul a investigar... — confesó resignado.

Santiago sonrió brevemente.

— ¡Oh! ¡Siempre hay una mujer! — soltó interesado Olivier.

El sacerdote se permitió reír.

— Imagino que te planteó la idea para que decidas acompañarla ¿No? — adivinó el sacerdote.

No tuve opción, por eso tuve que escribirte... — se resignó el profesor.

Hubo un breve silencio.

— ¿Cuál es el problema en sí? — preguntó confuso Olivier.

— Que es muy probable que lo haya hecho a propósito — comentó interesado Santiago y escuchó a su mejor amigo bufar— Sofía no es hechicera, pero digamos que menos mal que es profesora de historia y no inspectora de la policía — resumió para poner al corriente al lisiado.

— Oh, es curiosa... — sonrió mordaz el ex-hechicero psíquico.

Quizás demasiado — comentó Matias — Aunque no creo que solo quiera ir por simple curiosidad. Por eso me ofrecí a acompañarla,...

Olivier pensó unos segundos.

— ¿No puedes persuadirla para que no venga? — preguntó de repente.

No, imposible. Mañana a las 9 quiere salir de viaje hacia allá

— Eso es un problema... — comentó Santiago — No está del todo resuelto el asunto aún. Falta mucho más trabajo todavía y Giuliana no da a basto, bah ninguno de nosotros da a basto...

¿Qué pasó? ¿Necesitan ayuda? — preguntó el profesor preocupado.

— Nada muy grave — resumió Olivier — Aún hay rispideces entre las dos comunidades mágicas pero las intervenciones de la fiscal Martinez Santander estarían funcionando, al menos de momento... — se encogió de hombros.

#3 Fragmentos del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora