46: Una noche

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Eran las cinco de la mañana cuando Yeobeen se despertó con la boca seca como un desierto, con su cuerpo doliendo como si un camión le hubiera pasado por encima y con tanto sueño que sentía que en cualquier momento se le iban a cerrar los ojos. ¿Cómo no iba a ser así? Para empezar se había dormido cerca de las dos de la mañana tras una larga –muy larga– noche de sexo, por lo que aquel camión que le había pasado por encima tenía nombre y apellido.

¿Cuántas veces lo habían hecho? Estaba segura de que lo habían hecho en el sofá y luego en la cama, pero después... ¿Acaso habían seguido ahí en el colchón? ¿O es que había sido contra la pared de la habitación? Su mente estaba un poco confundida. Hasta donde tenía memoria también había ocurrido en medio del pasillo, ¿cuál? Eso era todo un misterio. Lo único que tenía claro era que habían terminado agachados en la ducha con Jungkoook masturbándola con sus dedos para eliminar un poco la mezcla de fluidos que se había mantenido en su interior.

Qué loco.

Un día Jungkoook era un compañero sexual con el cual ni por si acaso se había imaginado como alguien más íntimo.

Y de repente era su novio, con la suficiente confianza para que se hubiera corrido hasta que su esencia se había desbordado.

Sin duda la vida tenía muchas sorpresas y vueltas.

Se destapo y tomó su celular para ir hacia la cocina a buscar algo de agua. Jungkook estaba durmiendo profundamente a su lado y no lo quería despertar encendiendo alguna luz que iluminara con mucha fuerza. Apenas se sentó, en su cadera sintió una fuerte punzada. Su novio realmente le había demostrado cuánto la quería... Tal vez demasiado.

¿Estaba cojeando? Pensó en que un poquito mientras avanzaba por el pasillo... Pero al menos la había pasado bien y no se podía quejar de ello. Jungkoook le había acomodado la matriz y prácticamente todos los órganos posibles. También había cumplido sus palabras de quedar seco y más...

Desde ese momento realmente iba a ser consciente en plenitud de que su novio podía lograr todo lo que se propusiera. Aunque ella también había aportado en todo lo que había pasado. Le había rogado tanto que el solo hecho de recordarlo le daba vergüenza. No estaba segura de si por la mañana cuando despertara lo iba a poder ver a la cara.

Cuando llegó a la cocina, tras bastante esfuerzo, como pudo se puso a buscar un vaso para beber de ahí pero, en vista de que era muy ruidoso encontrarlo, optó por mejor tomar la botella individual que había quedado sobre el mesón. Realmente tenía sed y no iba a aguantar más sin una gota de agua deslizándose por su garganta. Jungkook no había sido el único en quedar seco después de todo.

Observó la pantalla de su teléfono tras un gran sorbo, tenía un montón de mensajes sin leer y todos eran de su amiga Juhyun. Cielos, se había olvidado por completo de ella y Hoseok. El buen sexo la había mandado a otro mundo  completamente distinto al que el resto de las personas estaban viviendo.

«Llegamos bien, aunque tropecé con la arena y casi me la como (Hobi sí se la comió)». El primer mensaje le sacó una risa que con suerte ocultó, continuó leyendo para ver qué más decía. «Me imagino que la debes estar pasando de maravilla, el mensaje lleva 18 minutos sin ser leído». ¿En serio le había tomado el tiempo? La verdadera sorpresa era saber cómo había escrito tan bien las palabras, tal vez lo había hecho tantas veces que ya podía escribir sin problemas incluso estando borracha. Siguió leyendo, pues todavía había más por leer. «Amiga, ya pasó una hora y todavía no sé nada de ti. Apuesto a que Jungkoook te está dando tal y como las olas que revientan en las rocas de la orilla... ¡Qué envidia! Aquí Hobi ya se durmió, disfruta por las que no podemos». Negó suavemente, su amiga tenía tanto por decir y había decidido decir solo cosas que le querían sacar una carcajada. «Vaya, ustedes sí que corren muebles. ¿Las sillas de rueda pueden pasar por la arena? Creo que lo descubriremos mañana».

❥ One Night ⁀⋱‿ ♡▕Jυɲʛƙơơƙ▏+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora