❥ One Night ⁀⋱‿ ♡▕Jυɲʛƙơơƙ▏+18

08: Provocación, ¿castigo o premio?

—Mmm... Te ves tan caliente así, aunque te siento muy callada, parece que tendré que hacerlo mejor.

La chica hubiera respondido, pero estaba haciendo un gran esfuerzo mordiendo su playera mientras Jungkook la tenía presionada contra su cuerpo y sus dedos acariciaban su centro por sobre la tela de su ropa interior. El chico tenía su técnica, y de alguna forma la había terminado convenciendo de que ella al final sería la primera en disfrutar luego del mal rato por su mano dañada.

Además, ¿cómo iba a hacer que hiciera handjob en ese estado? Él prefería hacerla sentir bien antes de que se esforzara en hacer algo que le pudiera provocar dolor.

—Wow, te estás poniendo más húmeda. Parece que tendré que seguir con este ritmo.

Sus dedos siguieron acariciando en círculos, frotando con determinación y logrando que las piernas de Yeobeen temblaran con fuerza. No eran más de las once de la mañana y parecía que todo un día pesado había pasado por sobre sus hombros.

—N-no... —como pudo estiró su mano sin heridas para detener la mano que la acariciaba.

Jungkook se detuvo ante la suave y suplicante voz, y el agarre que lo tenía impedido de seguir moviéndose a su gusto. Yeobeen por su parte dejó caer la tela de su ropa que se había mojado con su saliva al tenerla en su boca.

—¿Qué pasó?

—Dijimos que sería una noche... Y todavía es de mañana.

Jungkook sintió ternura ante sus palabras. No podía creer que lo hubiera detenido por algo así, pero a la vez su pecho se había sentido cálido por ese gesto que había parecido tan inocente a pesar de que la chica tan solo hace segundos había estado gimoteando por sus dedos.

En ella había una dualidad que le parecía muy atractiva.

—Ey, está bien. Somos jóvenes saludables, si quisiéramos podríamos estar aquí hasta la noche.

Yeobeen cerró sus piernas mientras cientos de escenarios surgieron en su cabeza. El solo hecho de imaginarse junto a Jungkook todo el día en su cuarto logró que su exitación fuera en aumento. ¿Cuántas posiciones existían? ¿Cuánta sería su resistencia o la del chico? Era difícil de creer que podrían estar hora tras hora encerrados mientras se daban más que solo consejos.

—Estás loco.

—¿Loco por poder ver cuándo te vengas? Lo admito y acepto todos los cargos —sus manos se encargaron de separar nuevamente las piernas de Yeobeen—. En mi mente no dejan de aparecer imágenes de cómo podría ser ese momento. Si cooperas un poco podemos hacerlo realidad para que no quede solo en la imaginación. Estoy seguro de que tú también estás curiosa por ese momento.

—Hablas mucho pero no veo resultados. Parece que me tendré que quedar con la impresión de que solo eres una cara bonita...

Lo quería provocar y lo logró.

Jungkook ni siquiera acarició por sobre la tela como lo había estado haciendo anteriormente. Sin rodeos escabulló su mano bajo la ropa interior para tocarla directamente. Él se había propuesto ser bueno en todo lo que quisiera y así iba a ser.

—Te puedo dar todo lo que necesitas y más —su pulgar se centró en el puñado de nervios en la parte superior de su hendidura mientras sus dedos se comenzaron a introducir lentamente—. No estés tan callada, vamos, déjame escucharte un poco.

—M-me da vergüenza —confesó llevando sus manos a su rostro—. Gemir frente a alguien es tan... Ngh.

—Perdón, es que estás tan húmeda que mis dedos solo se deslizaron por sí solos —una sonrisa boba se formó en su rostro cuando nuevamente embistió con sus dígitos—. Ups, otra vez se deslizaron solos. Supongo que tendremos que dejar que hagan lo que quieran.