Yeobeen tiene un solo objetivo: pasar la noche con un chico guapo. Aunque hay un pequeño obstáculo, nunca ha estado con un hombre y mucho menos ha hecho... eso.
Además, ¿dónde puede conseguir a un chico de su confianza para poder cumplir con su obje...
Yeobeen solo podía pensar en tres cosas luego de haber llegado a su casa tras haber pasado la noche con Jungkook:
1. El buen orgasmo que había tenido en medio de la ducha.
2. El saludo que su padre le había enviado a Jungkook.
3. Que sentía algo por su compañero sexual, y parecía estar yendo más allá de solo algo amistoso.
Los dos primeros pensamientos no eran la gran cosa que la tenían pensado mucho, pero lo último... Eso sí que la tenía inquieta. ¿Cómo se había dado cuenta de que esos sentimientos estaban escalando? Pues todo había empezado desde el momento en que decidió que se quedaría a dormir con Jungkook. No era la primera vez que se quedaba junto a él, pero se sintió distinto. Demasiado.
Tras ver una película se quedó dormida entre sus brazos siendo totalmente consiente de ello. Jungkook le había acariciado su pelo y le había dejado tiernos besos en su cabeza que lograron hacer que su corazón se acelerara. Ni siquiera sabía por qué el chico había hecho eso. ¿El ambiente que se había formado? No estaba segura, habían visto una película sobre apocalipsis zombi y no había tenido nada de romántico como para que fuera así de cariñoso. Así que, en conclusión, estaba confundida. Sin embargo, estaba bastante segura de que había comenzado a sentir las famosas mariposas en la panza debido a las acciones del chico.
Observó el techo de su habitación pensando en lo que iba a hacer. Tenía dos opciones, confesarle cómo se estaba sintiendo o ignorar todos esos sentimientos y hacer como que nunca habían sucedido. Pero en su cabeza ninguna opción sonaba bien. Si le decía sus sentimientos, podía salir con un rechazo... Y si no se lo decía, no sabía si de verdad iban a desaparecer por arte de magia y de la noche a la mañana.
Jungkook le había lanzado una clase de hechizo, de otra forma no podía explicar que estuviera teniendo ese debate mental cuando nunca se lo había planteado como una posibilidad.
¿Cuándo había empezado todo? ¿La primera vez que se habían dado un beso? ¿La ocasión en que la había masturbado después del percance con las manzanas y el gato? ¿Por esas fotos comprometedoras que le había mandado? ¿Cuándo tuvieron sexo por primera vez?
O tal vez... ¿Cuando la había ido a dejar a su casa en el auto de Yoongi? ¿Por esa boba sonrisa que le daba después de que fuera torpe? ¿Esos ojos que brillaban mientras la miraban sin importar que la estuviera viendo en el parque o sobre su cama? ¿Esas caricias en su abdomen? ¿Cuando le prometió que iba a tomar la responsabilidad si pasaba algo? ¿Todas las veces que le preguntaba si se sentía bien?
Sus mejillas se sintieron calientes. Sabía que de seguro esas caricias en su abdomen eran una de las principales causantes. Desde el primer momento había tenido la osadía de hacerlo sin preguntar y a ella... A ella le había encantado.
Había dormido como una bebé sintiendo sus pectorales chocar contra su espalda y su brazo rodeando su cintura. Ni siquiera se tuvo que preocupar de lo que pasaría en la mañana porque le había avisado a sus padres que no llegaría a dormir.
Simplemente todo había sido perfecto.
Su teléfono vibró a su lado, vio la notificación y no se sorprendió de que fuera un mensaje de él. Jungkook siempre le escribía después de una buena noche.
Jungkook 🤟🏻 📷
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