03: No todas las madres quieren a sus hijos.

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❛ ¿Recibiste suficiente amor?

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❛ ¿Recibiste suficiente amor?

Mi pequeña paloma

¿Por que lloras? ❜

Emma Russell

Los recuerdos de Micaela son muchos tanto que me mareo, veo discusiones, asesinatos, incendios, a mi mamá en un sótano lleno de cadáveres, mi abuelo Frederick y Martha peleando, veo a Matthew siendo acuchillado por mi papá, pero lo que más me sorprende es la muerte de Micaela.

Se le ve a ella en el puente apunto de saltar hasta que llega alguien detrás de ella empujándola, esa persona se voltea y mi respiración se corta.

Martha con lágrimas en los ojos se aleja del puente como si nada, me acerco a la orilla y Micaela no sale del agua.

— Los forenses dijeron que mori por ahogamiento — habla al lado de mi — pero me habían envenenado horas antes de caer al agua, la mujer que me dio la vida también fue la que me la quito. Y lo hizo de la manera más cruel, no fue capaz de mirarme a la cara.

Sus ojos reflejan tristeza pero de sus ojos no cae ni una sola lágrima.

— ¿Por qué lo hizo? Tú eres su hija — ella sonríe sin ánimos viéndome.

— No todas las madres quieren a sus hijos, a ti te toco una buena mamá Emma, una que te ama y se preocupa por ti. Pero ese no fue mi caso.

— ¿Ella nunca te amo?

— Me gusta pensar que si me quiso,  aunque nunca lo demostró.

Me toma la mano y de repente aparecemos en la orilla del río, ya era de día y había policías en todas partes, veo como llega mi abuelo Frederick junto a mi papá y hablan con un policía.

— Tiene que reconocer el cuerpo, señor Russell — le dice un policía a mi abuelo quien tiene lágrimas en sus ojos.

— ¿Donde esta? — el policía lo lleva a la orilla donde hay una bolsa sinfonía cerrada.

— Ábranla — ordena el policía y abren la bolsa mostrando a Micaela con el pelo y la ropa mojada, la piel pálida y los labios morados.

Mi abuelo llora sin poder creerlo y mi papá niega con rabia y sufrimiento en su cara.

— ¡Micaela! — mi papá grita abrazando el cuerpo muerto de su hermana — hermanita no, tu no.

Mi abuelo la abraza cuando mi papá la suelta, le acaricia el pelo y le susurra algo que no alcanzó a escuchar.

Veo como se levanta y Martha llega a su lado intentando tomar su mano, pero mi abuelo la rechaza y la aleja con asco.

— Nie dotykaj mnie Marto, jesteś potworem, zabiłaś własną córkę i zapłacisz za jej śmierć — la amenaza en polaco.

KALOPSIA | Hermanos Mikaelson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora