La semana había transcurrido bastante normal, y como siempre acostumbraban todos los domingos, almorzarían en la casa de los padres de Amelia. Pasaban prácticamente todo el día con ellos, la tarde se iba volando, compartían anécdotas, conversaban de diversas cosas, reían con los chistes que contaban sus primos, en fin era un día para descansar y pasar juntos en familia.
Ya en casa de los señores Bennett, su madre estaba preparando el postre que tanto les encantaba a todos y más que nada a Edward y Amelia, les fascinaba aquel delicioso y suculento, pero empalagoso postre.
Era hora del almuerzo, y todos se encontraban sentados en la mesa esperando a que sirvieran la comida, después de unos minutos estaban todos callados, eso significaba que disfrutaban del delicioso platillo y todavía faltaba aquel suculento postre que esperaban ansiosos por probarlo hasta no dejar ni una pisca de él. Todos habían terminado de comer, ahora llegaba el momento en el cual todos se volvían como locos, se venía el momento del postre.
La tarde fue fantástica como siempre, el día había pasado en un abrir y cerrar de ojos pues ya estaba por oscurecer. Amelia se encontraba caminando por el jardín junto a su madre que le comentaba sobre el grandioso evento que estaban por organizar los señores Wilson por su regreso al país, de pronto ella recordó que los había conocido en la fiesta de su cumpleaños y también le vino a la mente Arthur quien no le había caído para nada bien, la forma en cómo se portó cuando estaban bailando, había sido muy arrogante y descortés. La había llamado "Ami", ella ni siquiera lo conocía, por su mente voló aquel momento en el que el ella quiso zafarse pero el, la acerco más a su pecho y ese choque de miradas que ambos se habían dado, esos profundos ojos verdes, un escalofrió recorrió por todo su cuerpo sin saber porque. Amelia se preguntaba porque la había llamado así de aquella forma tan confiable y a la ves familiar en tan solo unos minutos había tomado mucha confianza vaya tipo pensó, y esa pregunta que había sonado más como a una afirmación de que ella no lo recordaba, muchas preguntas pasaban por su mente.
¿Porque Arthur había dicho aquello, porque había dicho que ella lo había olvidado muy rápido acaso se conocían, pero de donde lo conocía? Por más de que Amelia intento buscar en lo más profundo de sus recuerdos no hayo nada de aquel hombre. Estaba tan sumida en sus pensamientos que no se había percatado que su madre había repetido varias veces su nombre hasta que obtuvo su atención.
-Amelia querida te estuve platicando sobre el evento, pero parece que no me escuchaste nada ¿Qué pasa cariño? - la miro con preocupación.
-Lo siento mama, es que recordé que en mi fiesta de cumpleaños, los conocí y también a su hijo Arthur la cual en un momento pensé que era un hombre muy educado, pero cuando estábamos bailando se comportó de una manera arrogante y en la forma en como me hablaba, parecía que me hubiera conocido de toda la vida - hiso una pausa - Mama tu sabes quién es Arthur, me dijo que lo había olvidado muy rápido pero aun no logro recordar quien es o quien fue, sabes que también me llamo "Ami" - miro a su madre para que le diera alguna respuesta, Amelia seguía sin recordarlo su mente estaba en tinieblas en ese momento pero su madre seguro le sacaría aquella duda y ahí entendería el porqué de tanta confianza de aquel hombre
- Amelia querida, ¿En serio no recuerdas a Arthur? - Su madre la miro con atención, no podía creer que su hija no recordara a aquel muchacho, pero aun así prosiguió a hablar - Tu y Arthur años atrás tuvieron una relación, pero él se tuvo que marchar del país y quedaste muy triste aquella vez.
Amelia se detuvo por un momento, no podía creer era imposible todo eso, se negaba a creerlo pero sin embargo era verdad ella simplemente no entendía porque no lograba recordar nada de él, de ellos dos juntos, y en ese momento quería poder recordar pero por alguna extraña razón su mente no encontraba rastro. Por un instante pensó que su madre le estaba haciendo una broma, pero ella no bromearía con una cosa así, repetía miles de veces aquel nombre "Arthur".
¿Cómo era posible? su mente parecía estar en blanco y por más de que buscara en los rincones y en los lugares más profundos, parecía no haber quedado ni una huella de aquella supuesta relación que alguna vez habían tenido.
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Su día no había terminado como lo esperaba, estaba más confundida que nunca, la curiosidad era cada vez más y como decía aquel dicho "la curiosidad mato al gato" será que iba a salir ilesa tras averiguar, mejor dicho tras recordar las cosas del pasado, no era buena idea recordar algo que había enterrado hace bastante tiempo y si lo olvido fue por algo pero muchas veces el destino nos tiene preparado muchas sorpresas y caídas de las cuales tenemos que ir aprendiendo a medida que vamos viviendo cada una de ellas.
Y ahí estaba ella sin saber que hacer, como actuar, hace un tiempo se hubiera dicho que era una completa y absoluta estupidez todo lo que maquinaba su mente pero había algo que la incitaba cada vez más, una parte de ella quería hacer memoria de esa pequeña parte de su pasado.
Desde que se habían marchado de la casa de sus padres estaba más distraída y en otro mundo, pues Edward se había dado cuenta que algo le pasaba y cuando se lo pregunto ella le dedico una sonrisa y respondió que todo estaba bien, pero él sabía que algo inquietaba a su esposa, minutos atrás, antes de que apagaran las luces para ir a dormir le volvió a interrogar si todo estaba bien ella volvió a insistir que todo iba perfecto y que solo se sentía un poco cansada. Se dijo así mismo que quizás solo era eso, y si algo no andaba bien ella se lo diría solo no debía presionarla.
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Holaaa, lamento haberl@s abandonado tanto tiempo, se que no cumpli con mi promesa de subir capítulos mas seguido pero es que estaba un poco ocupada con el colegio y creanme que nos llenaron de trabajos y exámenes en fin aca esta el capítulo 5.
Perdón si hay errores, porque lo escribi desde el celular.
Y muchísimas gracias por votar, ya pasamos los 4k votos y llegamos a los 100k leídos!!!
Gracias de todo corazón las quiero.
