2. EXÁMENES FINALES

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La semana que viene empiezo los exámenes finales de mi tercer año de carrera, me encanta la arquitectura, pero la verdad es que necesito un descanso, los últimos meses han sido muy intensos, ya que he tenido que compaginar las prácticas con los trabajos y exámenes que tenía en la universidad.

Llego a casa a las 14:45 después de estar toda la mañana en las prácticas y hacer recados varios al salir. Me hago una ensalada rápida y como mientras veo algunos videos en YouTube. Antes de las 15:30 ya he acabado, así que me siento en el sofá y organizo todo lo que necesito para estudiar hoy.

No sé cuanto tiempo llevo sumergida estudiando Urbanística, cuando suena el timbre de casa. Mientras me acerco a la puerta dudo en quién puede ser, ya que no espero a nadie. Al abrir la puerta me encuentro con una Tania preocupada, cargada con un montón de libros y libretas, y con un Fermín despreocupado, con su mochila al hombro. No recordaba que habíamos quedado para estudiar, los tres estamos en el mismo año de carrera, pero cada uno estudiando una carrera diferente.

En época de exámenes, quedamos algunos días y nos hacemos compañía mientras nos estudiamos infinitas hojas de apuntes de no sé cuantas asignaturas diferentes.

- Hay conceptos legales que no deberían ni de existir, así no tendría que estudiar tanto. - replica Tania entrando directa al salón y tirándose rendida sobre el sofá.

- Veo que lo llevas todo genial gordi.- le digo a mi amiga con tono irónico.

- No veas el camino que me ha dado, si lo sé no le digo de pasarme a buscar y vengo yo en mi coche.- me explica Fermín, a lo que yo me río.

- Es que no puedo más, tengo pesadillas con Derecho Civil.

- Al menos tus pesadillas son con leyes y no con estructuras arquitectónicas que se derrumban.- le replico a mi amiga.

- Y yo pensando que memorizar todos los músculos del cuerpo era complicado.- dice Fermín riéndose, ganándose una mala mirada por nuestra parte.

Nos centramos cada uno en lo suyo, y aunque de vez en cuando nos despistamos y nos ponemos a hablar o a bromear sobre otros temas, aprovechamos muy bien la tarde. Tanto que sin darnos cuanta ya casi son las 22:30.

- Bueno, chicos, creo que yo me voy a ir yendo. Necesito un descanso antes de que Derecho Civil termine matándome. - nos dijo Tania mientras recogía sus apuntes. La acompañé hasta la puerta y me despedí de ella.

- Luego me cuentas qué tal con él a solas.- me dijo mirándome con cara pícara y guiñándome un ojo.

- Que tonta eres.- le digo dándole un pequeño empujón a lo que ella se ríe. Nos damos un abrazo y cuando Tania se va yo vuelvo al salón

- ¿Te importa llevarme luego?, no me he traído el coche y no me apetece llamar a un taxi-me pregunta Fermín.

- Claro, no te preocupes, ¿te apetece pedir algo para cenar?

-Como tú quieras, Kiki- me dice quitándole importancia.

Pido algunas cosas al tailandés que hay en la misma calle y tardan poco más de 15 minutos en traernos todo. 15 minutos que pasamos en silencio, un silencio un tanto incómodo.

Y es que desde el otro día, desde el día en el que decidimos irnos a Formentera, Fermín y yo no hemos hablado como de normal. No hemos hablado, para ser exactos. Parece que al revivir el tema de aquel verano nuestra relación se haya enfriado.

- Chiara, yo...- me dijo Fermín, pero dejó de hablar.

-Dime - le obligué a contestarme.

- No sé, es que siento que desde el otro día hemos vuelto a estar distantes, como los meses posteriores al viaje. No me gusta estar así contigo, llevo días rayado y creo que necesitamos hablar de aquel viaje.

- Fermín, en aquel viaje teníamos 15 años, han pasado casi siete años desde entonces, no creo que tengamos que hablar de algo que pasó hace tanto, siendo unos críos. Por mí está todo bien.- dije apretándole la mano sonriendo como símbolo de despreocupación.

-Kiki, te conozco y no soy tonto. No le restes importancia a algo que te dolió. Sé que no hice las cosas bien y que te hice daño, y quería volver a pedirte perdón por parte de aquel Fermín de 15 años, que era un tonto y no supo tratarte como te merecías. El Fermín de 21 años se arrepiente de lo que pasó.

- El Fermín de 21 no tiene culpa de qué su "yo" adolescente fuese un idiota. - dije de broma, a lo que los dos reímos. - En serio, no te preocupes, está todo olvidado. ¿Somos amigos, no? - dije sonriendo, a lo que él afirmó con la cabeza, algo triste todavía.

Cenamos con un ambiente mejor al que había hace un rato, mientras él me contaba cómo iba los entrenos con el equipo y yo le contaba anécdotas en las prácticas. Entre risas e historias, se hicieron las doce de la noche. Ambos teníamos que madrugar al día siguiente, así qué le dije a Fermín, que si querías se podía quedar a dormir y al día siguiente, de paso que yo iba a las prácticas, lo dejaba en su casa para que se cambiase y fuese a entrenar. O si prefería que lo llevase ahora a su casa.

Decidió quedarse y vi cómo se empezaba acomodar en el sofá, a lo que yo le miré con duda.

- ¿Qué haces? - le pregunté.

-¿Dónde quieres que duerma si no?, ¿en la cocina? Que yo sepa solo tienes una habitación.

-Duerme conmigo idiota, no es la primera vez que tenemos que dormir juntos en la misma cama. - le digo, obligándolo a levantarse del sofá.

- ¿Segura?, no me importa dormir en el sofá, no quiero molestarte.

- Que no molestas pesado, tira para la cama que tengo sueño. - lo empujo un poco hacía mi habitación mientras él se ríe.

Me cambié en mi habitación mientras Fermín utilizaba el lavabo y, cuando él salió, entré a desmaquillarme y hacerme la skincare. Al volver a la habitación me encontré a Fermín viendo Tiktoks tumbado en la cama con un pantalón corto de chándal que mi hermano se había dejado por ahí.

Tengo que reconocer que verlo sin camiseta y tumbado en mi cama hizo que un leve calor empezara a subir por mi cuerpo.

Ambos teníamos sueño, así que después de ver un rato TikTok juntos nos fuimos a dormir.

-Buenas noches, Fer, no ronques mucho.- le dije en broma.

-Buenas noches, Kiki, sueña conmigo.- dijo devolviéndome la broma, a lo que yo me reí.

Estaba empezando a quedarme dormida cuando noto que alguien deja un beso sobre mi frente.

- El Fermín de 21 años está muy arrepentido de haberte dicho que no aquel verano. - susurró Fermín pensando que yo ya estaba dormida.

FORMENTERA - Fermín LópezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora