Tania lleva todo el día mandándome mensajes y audios preguntándome como acabó ayer la cosa con Fermín, a lo que yo le he dicho que cuando llegase a casa le contaba todo, pero que no había pasado gran cosa.
Salí de las prácticas y en vez de irme a mi casa, me pasé por casa de mis padres y comí con ellos y con Marc.
- ¿Qué tal llevas los exámenes hija? ¿Tienes ya los horarios de cuando serán? ¿Lo tienes todo organizado? - mi madre no paraba de hacerme preguntas de la universidad, y la verdad es que cada pregunta que escuchaba salir de su boca hacía que soportase a mi madre un poquiiito menos.
- Carmen, deja de atosigar a la niña a preguntas, es mayorcita para saber organizarse.- la paró mi padre, cosa que agradecí.
- Gracias papá. - le dije, y me giré hacia mi madre para responderle a todas las preguntas. - Los llevo bien, ayer mi tutora nos pasó los horarios, y tengo bastante margen entre examen y examen, así que organizarme el tiempo es más fácil, porque así me centro primero en unos, y luego en otros.
-Genial hija, ¿cuándo acabes podemos irnos un día de balneario? -me ofrece mi madre.
-¡Si por favor!
-Yo también quiero- dice Marc.
-¡Tú no! - decimos mi madre y yo a la vez.
Acabamos de comer y pasamos un rato juntos. A las cinco de la tarde, más o menos, Marc y yo nos vamos, dejo a mi hermano en la Masía, ya que había quedado con unos amigos allí.
Cuando mi hermano se baja del coche llamo a Tania para decirle de ir a tomar un café a la cafetería de la Universidad, ya que tengo que llevar unos papeles a mi tutora, y sé que ella está en la biblioteca de su facultad. Tania acepta sin problema, así que pongo rumbo hacia allí. Cuando aparco le envío un mensaje diciéndole que ya he llegado y a los pocos segundos me contesta diciéndome que ya ha salido de la biblioteca y se dirige hacia la cafetería.
Al llegar, veo a Tania sentada con dos cafés con leche en taza y dos magdalenas en una de las mesas de la cafetería.
- Amor, ¿querías lo mismo de siempre no?- me pregunta mientras me da un abrazo.
- Sisi perfecto, gracias.
- Genial, pues ahora siéntate y cuéntame TODO lo de ayer. - dice sonriéndome impaciente, a lo que yo me río.
- No pasó nada, Tania, pedimos comida para cenar y se quedó a dormir. - digo antes de darle un sorbo a mi café.
- ¿Durmió en tu cama? - me preguntó, con tono de interrogatorio.
- Sí. Pero eso no debería sorprenderte. Hemos dormido mil veces juntos. - digo restándole importancia.
- Ya lo sé. ¿No lo notaste raro? Yo lo vi algo tenso durante toda la tarde.
- Está raro, sí. Me volvió a sacar el tema de Formentera y no paraba de pedirme perdón y decirme que estaba arrepentido de lo que pasó. No sé, es como que después de todo ha vuelto a darle vueltas al tema.
- A lo mejor ahora le gustas tú a él, y por eso intenta arreglar lo que no arregló en su momento. -dice Tania, a lo que yo niego con la cabeza.
- No creo que sea eso, además, eso ya acabó y le dije que por mi parte estaba todo olvidado. Pero ahora parece que el que no lo ha olvidado ha sido él. Hubo un momento en el que se pensaba que estaba dormida y literalmente dijo "El Fermín de 21 años está muy arrepentido de haberte dicho que no aquel verano" y me dio un beso en la frente.
- ¿¡Que dijo qué!? - gritó Tania asombrada. Ganándose una mirada de parte de media cafetería.- Amiga, blanco y en botella, está pilladísimo. - dijo superilusionada.
- Que no Tania, eso lo dijo porque se sigue sintiendo mal por aquello. No te montes películas.
- Kiki, es más que evidente. Cómo se comporta contigo, lo raro que ha estado estos días, y para colmo esto, ósea es que literalmente te dijo que se arrepentía de haberte rechazado. - dijo incrédula. - Si no lo quieres ver, es otra cosa. ¿Tú sigues sintiendo algo por él?
Esa pregunta me pilló de sorpresa. Y es que realmente no lo había vuelto a pensar.
La Chiara de 15 años veía a Fermín como un amor platónico. Estaba enamoradísima de él, pero no fue correspondido y como la dramática que era (y sigo siendo), me dolió muchísimo. Pero con el paso de los años, la Chiara de 21 años quiere a Fermín como si fuese su hermano. Fermín me ha ayudado en muchos problemas, me ha apoyado en muchas decisiones y siempre ha estado ahí cuando lo he necesitado, para sacarme una sonrisa. Se ha preocupado por mí y por verme bien prácticamente desde que lo conozco.
- No, eso se acabó. - digo, intentando parecer segura.
- No me mientas en la cara nena. -me dice Tania.
- No sé Tania, estoy muy confundida, y más con la actitud que está teniendo estos días. - me rindo al fin.
- ¿Sabes? Creo que necesitáis hablar. Ambos tenéis que aclararos cosas pendientes antes de ir a ese viaje. No quiero otras vacaciones con problemas amorosos, y no las quiero sobre todo por ti, quiero que disfrutemos de esos días todos juntos, pero sobre todo quiero disfrutarlos contigo.
- Hablaré con él después de exámenes para que me explique lo que dijo ayer. - dije convencida.
Seguimos hablando hasta que me tuve que ir a entregar mis papeles. Tania me acompañó y como no había traído su coche la acerqué hasta su casa en cuanto salí del despacho de la tutora. Al llegar a casa me di una ducha rápida y con el pijama ya puesto me puse a estudiar en mi cuarto.
Mis intenciones no dieron su efecto, ya que no podía concentrarme. En mi mente solo había una cosa. Fermín López. No paraba de darle vueltas a la conversación que había tenido con Tania hacía un rato. ¿Fermín me seguía gustando? ¿Yo a él le gustaba? ¿Me estaba autoengañando negando que seguía sintiendo algo por él?
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FORMENTERA - Fermín López
FanfictionChiara Guiu, estudiante de Arquitectura en su tercer año de carrera, y hermana mayor del futbolista del Barça B, Marc Guiu. Su vínculo va más allá de la relación fraternal, ya que ambos no solo comparten lazos familiares, sino que también comparten...