"Mi novia"

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¿Les han contado alguna vez la historia de la comunidad de Salem? Aquel lugar que dio cabida a muchas películas e incluso obras de teatro.

Fue, y sigue siendo, parte de muchas cosas relacionadas al arte pero, Salem si existe y se encuentra en un condado dentro de Massachusetts. Es conocido, históricamente, por ser un lugar donde hubo juicios contra brujas, e incluso, existieron grupos religiosos que vivían en comunidades donde se les permitía juzgar y vigiar a todos los vecinos para saber si estaban haciendo una vida de acuerdo a lo que la religión dictaba.

Si hacían algo indebido como, no sé, quizás ¿Besar a una chica siendo chica? Pobre de ti.

En Salem eran como una secta satánica, los veo de esa manera y de inmediato, esa visión, vino a mi cabeza cuando me encontré rodeada, junto a Lisa, de un grupo de Amish molestos.

La anciana que nos descubrió besándonos, no paraba de gritar hasta que un hombre, con espesa barba larga y blanca, mas dos mujeres un poco más jóvenes, salieron de sus casas y todos caminaron apresurados hacia la anciana Amish mientras Lisa metía sus cosas en la camioneta y yo hacía lo propio con las mías.

Patrick, el joven Amish que estaba casi tan aterrado como nosotras, no paraba de decir ¡salgan de aquí! Y eso justo estábamos haciendo.

- ¡Maldita sea, maldita sea! –Yo no paraba de maldecir, me sentía dentro de la hoguera, ya mis pies quemaban. No literalmente, pero habían cada vez mas Amish en la acera de aquella casa y Lisa no terminaba de encender la camioneta- ¡¿Puedes apresurarte? Maldita sea, nos van a quemar! –Le grite a ella que también estaba aterrada a mi lado.

- ¡No me grites y ya deja de maldecir! –Responde con desesperación.

Yo decido respirar profundo para relajarme, una vez que el motor comenzó a sonar. Gritarnos no iba a solucionar nada. Los Amish, que en mi mente ya eran zombies hambrientos, no iban a disculparnos si teníamos una especia de pelea de pareja.

- Solo vámonos de aquí –Le hablo a Lisa con un tono más quedo, pero sin despegar los ojos de un hombre Amish que se acercaba a tocar la ventana de la camioneta. ¿Ven? Es algo digno de The Walking Dead. Mis ojos se abrieron como platos y le hice señas a  Lisa que, con mucha agilidad, arranco el motor en reversa y puso la camioneta a andar fuera de aquel condado donde, estoy muy segura, no íbamos a ser bienvenidas jamás.

Y tampoco queríamos volver.

- Juro que pensé que nos iban a quemar… -Comente cuando ya nos encontrábamos saliendo de Lancaster.

- Te dije que no era buena idea quedarnos aquí. –Espeta con evidente molestia.

- No imagine que se armaría un escándalo, además, esa señora…

- Esa señora es Amish, Jen –Me mira fijamente- Es un condado Amish y te dije que era mala idea, nunca debí ceder. –Fue rotunda para volver la vista a la carretera.

Yo podía replicar aquello y decirle que solo trataba de que descansáramos un poco y que jamás imagine que la vieja Amish nos interrumpiera justo en ese momento, pero preferí callar y Lisa hizo lo mismo en lo que quedo de camino.

Nos desplazamos casi una hora luego de salir de Lancaster y de repente nos topamos con York. La ciudad donde pasaríamos la noche.

Eran cerca de las 11:20 pm y un hotel, sin ninguna estrella, pero, aparentemente, familiar, nos recibió en el centro de la ciudad con una habitación de cama doble, en la cual quede dormida con tan solo colocar mi cabeza.

Había sido un día largo.

- Buenas noches, Jennie… -Lisa susurro en la oscuridad, rompiendo aquel silencio incomodo.

💓 En busca de sus latidos| Jenlisa Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora