Quizás si pudiéramos ver el futuro, o parte de él, podríamos evitar muchas cosas. Quizás si supiéramos lo que va a suceder, en lo que una decisión, o acción, terminará, haríamos las cosas con más determinación, e incluso las desecharíamos del mismo modo.
Evitaríamos pronunciar ciertas palabras y diríamos miles de cosas más.
Pero no podemos ver el futuro. Nada de lo que pasa al siguiente día se puede predecir; solo tenemos una vaga visión basada en la experiencia. Y en mi caso, la experiencia no me decía nada respecto a eso; lo que estaba sucediendo no lo vi venir. No con ella, no de ese modo.
Y les contare de que hablo, pero antes, una pregunta. ¿A ustedes les gustan los te de flores del bosque? ¿O cualquier otro te? Porque yo los odio, pero mas odiaba el olor que dejaba la Sra. Jessi, la dueña de Dolce, en el local cuando estaba tomando alguno. Y allí la tenia, frente a mí en su pequeño despacho; justo al lado de la cocina; en el local donde trabaje durante tanto tiempo.
No estaba allí buscando trabajo; no crean que fui a rogar, yo estaba allí porque ella me llamo con suma urgencia para hablar de algo importante; algo que me tenia perpleja y confundida al momento de escucharla.
- ¿Me lo puede repetir? Es que… -Niego con la cabeza rápidamente, trataba de ordenar mis pensamientos y procesar toda la información mientras, con mis dedos, tamborileaba el posa brazos de la silla.
Ella dejó la taza de asqueroso te sobre el escritorio y me mira con la misma seriedad que lo hizo hace minutos cuando me dijo lo que tanto deseaba decirme aquella tarde.
- Me casaré, Jennie –Repite y yo asiento con la cabeza- Me casaré y me mudaré a Italia con mi marido, por eso no puedo tener Dolce, quiero que tú seas la dueña. –Espetó una vez más y yo volví a sentir el extraño mareo del impacto.
Ese tipo de cosas no son fáciles de digerir, ¿que una mujer a la cual yo no llegue a soportar y de cuyo negocio decidí renunciar no hace mucho tiempo, me llame un día para decirme que quiere que sea la dueña de su pastelería? Eso no pasa todos los días, de hecho no estoy segura de que pase en la vida real.
Y si hablamos de futuro, ya que estamos, yo nunca hubiese renunciado o discutido tanto con la mujer que tenia frente a mi en ese instante. Si tan solo supiera que me apreciaba tanto, las cosas hubiesen sido diferentes.
Sueno un poco interesada, pero ustedes me entienden.
- Se que debe ser confuso para ti –Prosigue ella- Pero no quiero que esto muera, tú le diste vida a este lugar y en los días que dejaste de trabajar, nada fue lo mismo. Tienes talento y amas hacer esto como nadie. Además…. -Sonríe un poco- Se que es tu sueño tener tu propio negocio ¿Y que mejor que este? Los clientes aman lo que haces y Frank seguro estará encantado.
- Sra. Jessi, la verdad es que no sé qué decirle, no creo poder aceptar esto, es mucho ¡Es su pastelería!
- Ya no la quiero, Jennie, pase la mayor parte de mi juventud metida en este lugar ¿Para qué? –Se encoje de hombros- Yo no tengo la pasión ni el talento que tú tienes para esto. Ahora solo quiero disfrutar un poco con mi nueva vida y que este lugar quede en buenas manos.
Yo me llevo una mano al cuello mientras la escucho, por mas que analizaba la situación, no lograba comprender que eso me estuviera pasando, no después de haberlo intentado tanto y siempre ser rechazada. Ni el amigo de Jisoo me pudo ayudar.
- Pero…. –Humedezco mis labios- ¿Cómo haría para pagarle? He pedido créditos en el banco, pero los que me aprueban no creo que me alcancen para pagarle este negocio, no por completo. Estaría encantada de quedarme con el, pero no puedo pagarlo –Digo a mi pesar, tenía que dejarlo claro porque si, moría por tener mi propio espacio para crear y hacer un menú maravilloso a mi manera, pero aun no tenía el dinero suficiente para que ese sueño se realizara.
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💓 En busca de sus latidos| Jenlisa Adaptación
FanfictionAlgunas cosas solo las encuentras cuando dejas de buscar, y que bonita es la vida cuando te da esas sorpresas. Por qué Jennie Kim nunca imaginó que aquella chica del impermeable fucsia, tímida y de pocas palabras haría que su vida se tiñiera de col...