corazón

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Su respiración entre cortada hacía ruido en la habitación, las lágrimas empapaban sus mejillas mientras observaba el blanco grisáceo del techo, los pitidos del monitor de su corazón no dejaban de sonar, se removió un poco en la camilla y sintió una punzada del medicamento que se le era dado vía suero, soltó un suspiro y tomó el pequeño control que se encontraba en la cama para poder sentarse.

Unos cuantos toques se escucharon.— Pase.— dijo, se limpió las lágrimas con los nudillos y bajo la cabeza.

El oso blanco entró con su mismo rostro de siempre.— Veo que despiertas.— lo observo:— Los médicos me dicen que te darán de alta hoy, buen progreso.

— Eso creo.— dio una media sonrisa.— Que tal el pueblo?

— Estuviste en coma 4 semanas y es tu preocupación más grande? deberías estar feliz de haber despertado. — negó con la cabeza.— El pueblo está bien, alguien ya lo está gobernando y ese alguien vino verte, llevaba tiempo sin estar por aquí, pero vino cada día.

Quackity levantó una ceja mientras observaba a la puerta, vio al joven entrar, con su cabello blanco y un saco semi formal.

— Pato.— se acercó y se sentó en la cama.— Joder, te ves fatal.

— Callate.— frunció el ceño y cucurucho salió de la habitación.— Que haces aquí? no tienes que andar espantando gente o una mamada así.

— Pues, supuestamente.— sonrió.— Me tome unas vacaciones al ver que mi pequeño pato estaba mal, vine aquí seguido eh.

— Bien que solo venías a ver al Vegetta.— rodó los ojos.— Que haces aquí?

— Quería verte pato, sabes que te amo.— acarició su rostro.— No debiste haber confiado en aquel hombre.

— Yo como iba a saber Rubius.— se agarró la cara con las manos.— Por qué chingados siempre caigo con los castaños.

— Yo pensaba que el dicho de, el que no conoce la historia está condenado a repetirla, era cierto, hasta que te vi a ti repetirla tres veces.— soltó una pequeña risita.

— Chinga tú madre. — suspiró.

— Sabes que te puedes desahogar conmigo no? no por nada soy tu mejor amigo el que sabe toda tu vida.— se acostó a su lado.— Y tu amante depende del día.

Quackity rio en lo bajo.— Te fuiste un tiempo Rubia.— hizo un leve puchero.— Te extrañé.

— Lo sé, me hubiera gustado haber estado más tiempo para ti solo....— cerró los ojos.— Cuando me diste la posibilidad de viajar entre dimensiones e ir a donde yo quisiera yo...

— Buscaste una vida con el.— respondió.— Lo sé Rub.

— Si....— negó con la cabeza.— Regrese a Karmaland 4, fue una patada al corazón.

— Te lo dije.— levantó las cejas.

— Y dime, al muchacho este, le contaste todo sobre la federacion? — se sentó en la cama para poder ver directamente a Quackity. — Le dijiste que al haber dimensiones infinitas también habrían yo's infinitos?

Quackity negó con la cabeza.— Supongo que olvide decirle eso.— rió un poco.— Le dije que lo traje desde su mundo pasado y así.

— No sabe que hay otra versión de él viviendo en otro mundo? — levantó una ceja.

Quackity negó con la cabeza en silencio.

— Bien, y que harás ahora? irás por otro Roier o volverás a intentar con tu preciado soot? o tal vez Luzu? o que tal el chico ese Karl? — apoyó su mentón en su mano.— Realmente creí que habías traído a casi todos tus enamorados acá para intentarlo de nuevo, no pensé que te irías por uno random.

apoco si? / spiderduck⁺¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora