apoco si? / spiderduck⁺¹⁸

epilogo (1)

Estaba acostado en la arena mientras observaba como las olas chocaban una y otra vez, el sol estaba en su máximo punto, hacía demasiado calor. Cerró los ojos y sintió una mano acariciar su cabello.— Quieres ir por pollo más tarde? — escucho decir aquella voz, adoraba esa preciosa voz.

— Estoy seguro que ahí matan gente.— soltó una risita, alargó su brazo alcanzando unos lentes de sol, aún sin abrir los ojos.— A un pollo asado no le puedo decir que no.

Sintió un beso en su frente y que lo tomaban de los hombros para acostarlo sobre alguien, abrió los ojos y lo miró desde abajo, sonrió.

Nunca se cansaría de ver esos ojos azulados, el cabello negro cayendo por aquel sombrero blanco, y su piel lisa repleta de constelaciones, que privilegio era verlo todos los días.

— Qué? — preguntó el mayor acomodándole el cabello mientras ladeaba la cabeza.

Roier se acomodó en la pierna del otro para poder mirarlo bien.— Estoy feliz de que esta sea nuestra vida.

— Lo estás? — un ligero rubor se presenció en las mejillas de Quackity, Roier adoraba como podía ser bieeeen atrevido en unas cosas, pero súper penoso en otras.

Asintió con la cabeza.— Gracias por darme otra oportunidad, yo enseri- — Quackity se abalanzó sobre el dándole un beso, dejándolo a mitad de oración.— Te he dicho que no tienes que agradecerme más, han pasado casi dos años Roi.

— Y cada vez se pone mejor.— sonrió a centímetros del mayor, dándole otro suave beso.— Vamos por pollo si?

Quackity se rio y se puso de pie.— Nomás piensas en comer tu.

— En comerte a ti si papi.— le guiñó el ojo y dio un grito "aaay".

— Pinche Roier jarioso eh. — le dio un zape mientras caminaban y se sacudían la arena.

— Así me amas rey. — le sacó la lengua y sintió como lo jalaba del brazo.

Quackity sonrió y le robó un beso.— Un chingomadral. — le respondió.

Caminaron juntos agarrados de la mano hasta llegar al establecimiento.— Se me sigue haciendo bien raro que Spreen venda pollo. — susurró Roier mientras entraban.

— Está curioso verdad? — alzó los hombros y se acercaron para pedir.

— Que onda cabronsazo.— dijo el sujeto que estaba del otro lado del mostrador.

— Así le hablas a tus clientes cabron? me voy a quejar con el Spreen.— Roier se cruzó de brazos frente a él.

— Ya wey era broma, bien sabes que Spreen me maltrata si hago algo mal.— Mariana bajo la cabeza y luego continuó.— Que van a querer pinches enamorados.

— Otra vez andas de envidioso? — preguntó Quackity mientras se reía.

— Ya mien, si me agüita no tener lo que ustedes tienen, déjenme. — hizo un gesto triste pero sabían que estaban jugando.

— Ya pendejo mejor toma nuestra orden y alrato te vienes a pistear a nuestra casa. — le dijo Roier en bajito a lo que Mariana solo asintió con la cabeza.

Fueron a sentarse y Roier le susurró en el oído.

— Sabes que también se me hace bien extraño... que apenas vaya a ser 2024, otra vez.— volvió a susurrarle y Quackity solo le hizo un signo de silencio.

Disfrutaron de su pollo y salieron de ahí, tomados de la mano de nuevo. — Pero si son los enamorados. — dijo a lo lejos un hombre mientras los saludaba.