apoco si? / spiderduck⁺¹⁸

no me conoce

— Pinché Quackity por que siempre me dejas haciendo todo yo? — dijo Roier enojado mientras continuaban con la construcción de la torre eiffel.

— Que puedo hacer para pagarte? — preguntó Quackity coqueto mientras se acercaba a él.

Llevaban bromeando todo el día con coqueteos y halagos, la cosa es que cada vez iban subiendo un poco de intensidad.

— No lo sé, que me ofreces papi.— Roier le sonrió dejando sus materiales.

— Orale pues tú eres el que tiene que elegir.— bufo mientras cruzaba los brazos.

— Y si mejor no te haces menso y te pones a chambear.— levantó los brazos.

— Nomas me ilusionas pinché culon.— se fue enojado a seguir "trabajando".

— Pareces cd roto nomas repites lo mismo.— contestó Roier.

— Bueno mejor chinga a tu madre.— le saco el dedo a lo lejos.

— Por que no mejor me chingas tú? — dijo Roier. 

— Cuando quieras mi amor, pon hora y yo voy.— le sonrío a lo lejos.

— Y la de chambear te la sabes? — se carcajeó.

— Ay te odio! — le lanzó una zanahoria que se encontró por ahí.

Mientras continuaban trabajando, Roier escucho a Quackity cantar una canción en bajito.

— Se hace la que no me conoce.— decía mientras iba poniendo bloques.— Pero en mi cama se vuelve un vicio como a las cinco doce.

Roier se puso detrás de el con cuidado de no ser visto por el pato.— Me la como entera nadie se entera.

Quackity se sobresalto por el sonido y lo volteo a ver.— Pendejo.— sonrió.— Te la comes entera?

— Depende.— susurro.

— Y nadie se entera? — levantó una ceja.

Roier levanto los hombros y siguió sonriendo.

— Nunca se deja ver, no sabe disimular.— el pelinegro tarareo acercándose un poco a Roier.

Eran ya pasadas de las 11:30 de la noche, habían tenido un día largo.

— Tiene lo suyo y le va bien.— Roier canto y Quackity rodo los ojos.— Pero de noche conmigo le gusta portarse mal.

— Si las miradas mataran la tuya me hizo el amor.— se acercó más a el, tenia que levantar un poco la cabeza para mirarlo gracias a la diferencia de altura.

— Esa parte no iba.— Roier frunció el ceño.— Mm, como iba la otra parte... se hace la que no me
conoce, pero en mi cama se lo metí en cuatro y en todita las poses.— canto suavemente.

— Deja de ilusionarme Roier basta.— lo empujó con la mano mientras se sonrojaba.

— Ya no te quiero ilusionar.— lo tomo de la mano con la cual lo empujo y comenzó a caminar.

— A donde me llevas culon? — Quackity caminaba con cuidado gracias a la oscuridad de la noche.

— Tu tranquilo papi.— siguió caminando.— Confía.

Roier lo guió hasta la casa de este, el pelinegro se confundió cuando lo llevo a un lugar secreto debajo de casa de Roier, que al parecer nadie conocía.

— Donde estamos wey? — preguntó Quackity mientras miraba alrededor, había una habitación a lo lejos y estaba todo levemente abandonado, con unas cuantas decoraciones de flores y luces.