Mientras Katherin ayudaba a Jackie a volver a su tono natural de cabello no pude evitar recordar las tardes de verano donde nuestra madre nos hacía mascarillas de color en el cabello. Como reíamos mientras preparábamos las cosas o cuando nos manchábamos tanto las caras como manos y cuellos. Era lindo volver a reír con una adulta así y creo que Jackie también sentía lo mismo, aunque, a su modo. Noté como sus ojos se humedecían de vez en cuando, era difícil no acordarse de nuestra madre.
- Creo que...ya estaría. Quedaste preciosa, ¿segura de qué quieres quedarte así Zoe?- Sabía que no lo decía a mal así que solo le contesté que me hacía ilusión un nuevo estilo.- Entonces está bien, en veinte minutos debes lavártelo cariño, ¿sí? Cualquiera cosa pueden ir a buscarme a mi cuarto. Descansen...las quiero.
Esto último nos tomó por sorpresa a ambas, la mayor lo entendió y se fue con una sonrisa en la cara. No es que no la quisiéramos pero no lo sé, se sentía raro, un poco como si...estuviéramos remplazando a mamá. No, de ningún modo. Sus palabras hicieron que quedara un ambiente algo incómodo dentro del cuarto así que decidí irme un momento, para pensar.
Bajé a la cocina a ver si había algo para picar pero al pasar por enfrente de la sala vi la luz encendida y me acerqué, era Danny.
- Hey, ¿qué tal? ¿Jackie cómo se encuentra?- El chico estaba con auriculares viendo una película que parecía muy vieja.
- Bien, bien. Jackie está bien también, estaba algo conmocionada aún pero ya vuelve a ser pelinegra por completo así que está mejor.- Seguimos hablando por un rato hasta que bajó alguien más, Isaac.
- Bueno, si no te importa iré a ver a Jackie. Casi no hablamos hoy y quiero decirle que no se tome las bromas estúpidas como algo personal.- Mientras hablaba miraba muy mal a Isaac, quien solo se había sentado ignorando totalmente esa indirecta tan directa.
- Y...¿qué hacían aquí, solos?- Decir que me sorprendió su pregunta era nada. ¿Quien se creía que era? ¿Mi padre?
- Que más te da, García.- Intente levantarme para irme a la cocina pero Isaac me agarró del brazo e hizo que me sentara bruscamente en el sofá.
- No te vayas...Lo siento. Quería disculparme de nuevo por la broma, debí advertir a Jackie también...o no hacer ninguna broma en general, lo entiendo.- Me dio algo de risa como cambió su oración al ver mi cara de "Sigue y te mato".
- No importa, al menos tú te disculpaste. Si me disculpas, iré a prepararme un té.
- Iré contigo.
Por muy extraño que fuera tener a Isaac García detrás de mí mientras me movía por toda la cocina, cierta parte de mí agradecía eso. La casa estaba en su mayoría a oscuras y ese era uno de mis mayores miedos, la oscuridad, aunque jamás lo admitiría en voz alta.
- Mmm...huele muy bien...- Por su mirada insistente noté que quería decir algo, o mejor dicho, pedir algo más. Suspiré, agotada y completamente rendida.
- ¿De qué sabor quieres tu té?- Como dijo que lo sorprendiera de lo hice igual que al mío. Al terminar, con su ayuda, llevé las tazas y algunas galletas a la sala.
- ¿No puedes dormir? ¿Por qué no estás durmiendo?- No entendía porque el chico se empeñaba tanto en conversar. Creí que era notorio que no nos aguantábamos, porque era así, ¿no?
- Jackie...tu tía...es algo...- Gruñí. No sabía cómo decirle sin decirle todo y no quería decirle todo, o si quería pero no ahora o no lo sé. Era muy raro.- Sucedió algo y todo se puso incómodo, de por sí me cuesta dormir y vine aquí a relajarme pero alguien me lo está impidiendo.
Al entender a quien me refería se disculpó y se levantó para irse. Joder, creo que me pasé, él solo quería hablar.
- ¡No! Digo, Isaac. Lo lamento, quédate por favor.- Algo confundido volvió a sentarse, esta vez con una pequeña sonrisa que apenas era notoria.- Solo estoy algo estresada, eso es todo.
- Bueno...dicen que los masajes ayudan con eso, podría eh...si tú quieres claro...- Estaba por reírme de que se hubiera sonrojado hasta que sentí como mi sangre se acumulaba en mis mejillas, yo estaba igual, o peor incluso.- Olvídalo...
- ¿Qué? No...ya te ofreciste, ahora hazme un masaje, quiero ver que tan bien lo haces.- Me gire y quité mi chaqueta. Llevaba una fina camiseta de tirantes blanca abajo. El chico se quedó quieto por un momento pero rápidamente colocó sus frías manos en mi cuello. Mi piel se erizó ante su tacto y siendo él, tenía que decir algo.
- Solo es un masaje y ya te erizaste, en verdad te vuelvo loca, ¿no, Zoe?- Bufé y me acomodé mejor sobre el sofá. Nunca se lo diría pero me gustaba esa parte coqueta y molesta de él.- Tu piel es suave...
Agradecí que no pudiera ver mi cara, no entendí porque esas simple palabras hicieron que mi corazón diera un vuelco. Luego de un rato con el chico masajeando mi cuello y hombros, insistió en que me tumbara completamente para seguir por mi espalda a lo cual, algo nerviosa, accedí.
- Eres pequeña...
- Si te refieres a mi trasero juro que voy a matarte García.
- ¡No! O sea, tipo no quiero decir que es pequeño, no lo es para nada, no quise decir eso, o sea...- Mi risa hizo que dejara de balbucear y también empezó a reír, hasta que recordó que probablemente ya pasaba la media noche y que todos debían estar durmiendo.- Cállate...
- ¡Perdón! Es divertido ver como el chico más atractivo y coqueto se pone tan nervioso.- Parecía difícil verlo avergonzado y definitivamente creo que me volvería adicta a hacerlo.
- O sea que admites que soy atractivo...interesante...
- ¡Nunca lo negué! Está claro que eres muy atractivo, no lo niego, solo qué...las chicas buscan que algo aparte de su ego sea...ya sabes, grande.- Me incorporé y gire para ver su cara, tal como creí, estaba completamente rojo y parecía haber entrado en shock. Reí hasta que tuvo que cubrir mi boca con su mano para evitar que despertáramos a toda la casa. - Hablo del cerebro idiota.
Esta vez ambos nos carcajeamos hasta que nos doliera el estómago. Isaac me miró a los ojos y me empujó levemente, en respuesta lo empujé más fuerte y el se fue para atrás en el sillón, pero sin antes tomarme del brazo y llevarme con él. Estaba encima de Isaac y no podíamos evitar reírnos de la situación. Todo era divertido hasta que llegó Lee, muy molesto por ser despertado, nos tiró todos los cojines y peluches que tenía a su alcance.
- Mañana hay escuela y ustedes están riendo como si fuera un sábado a las tres de la tarde. No los aguanto, vayan a ligar fuera de casa o algo así.- Subió escaleras arriba y mire a Isaac. La palabra "ligar" había hecho que nos sintiéramos algo avergonzados.
- Deberíamos irnos ya, tiene razón. Mañana hay que madrugar...- Me levante y empecé a recoger las tazas y paquetes de galletas antes de que Isaac me tomara la mano.
- O...podríamos faltar mañana...Inventamos algo de que nos duele el pecho o la garganta o no sé. Tienes mala cara así que seguro te creen.- Por lo último que dijo esta vez fui yo quien le tiró un cojín en la cara.
- ¿Tanto te gusta estar conmigo, García?
- Quizás sí...
No puedo no emocionarme con ellos y soy yo quien está escribiendo esto. Quizás más tarde haya otro capítulo:)
Gracias por leer
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(Eso en verdad anima a seguir escribiendo)
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Mi vida con los chicos Walter-Isaac García
Fanfiction¿Cómo serían las cosas si Jackie tuviera una melliza? ¿Qué hubiera pasado si Jackie hubiera hecho bien las cosas?