8- La marca

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La suite del hotel recibió a la pareja, sus vacías paredes se llenaron de calor y gemidos mientras estos se movían torpemente hacia la cama. Sus piernas se enredaban, sus manos tocaban tanta piel como podían, sus labios no se despegaban, pero las sonrisas que compartían los tenían atontados. Tropezando poco antes de llegar a la cama se vieron forzados a soltarse, para ese punto sus prendas estaban parte sueltas, parte rasgadas.


-para- rio el pelinegro apoyando sus manos en el pecho ajeno, Vegas lo vio jadeante esperando que continuara- no tenemos que apurarnos, no cambiara nada.

-pero... ¿Y si cambias de opinión?- sus cejas fruncidas enternecieron al omega, podía ver lo preocupado que estaba- tengo miedo de que pase.

-¿Cómo podría pasar? Te amo, y pase los últimos ocho años amándote ¿Cómo podría dejar de hacerlo ahora?- La sonrisa que le dio tuvo a Vegas atontado, sintiéndose valiente estiro la mano tocando su mejilla, una sonrisa fue todo lo que necesito para tener a Vegas pegado a él abrazándolo con fuerza- Vegas...- rio.

-no te merezco, no lo hago, pero te juro que voy a amarte tan bonito... que olvidaras todo el dolor que te cause.


Tras eso lo tomo del rostro dándole un fuerte y apasionado beso, no paso mucho antes de bajar sus manos a la cintura y darle un tirón hacia su cuerpo. Ambos rieron y jadearon mientras se pegaban, disfrutaron ese reencuentro de sus cuerpos con la misma alegría que el reencuentro de sus lobos.


-voy a hacerte el amor- susurro Vegas, viéndolo a los ojos- y voy a amar tanto tu cuerpo que te prometo... nunca lo olvidaras.

-jamás olvidaría un momento con vos, estas en mi mente... siempre.


Besándose con ganas, tocándose con deseo, la cama los recibió sin poner resistencia. La ropa poco a poco comenzó a perderse y el calor de sus cuerpos los tuvo alertas y sudados. Vegas vio sus ojos mientras humedecía sus dedos, uso su propia boca para eso, lo que tuvo al pelinegro jadeante y anhelante de más. Cuando el alfa bajo su mano y encontró el cálido anillo profundo, no dejo de verlo, solo mordió su labio mientras ingresaba un dedo en su interior. La intrusión tuvo a Pete adolorido un corto momento, tiempo que aprovecho para clavar sus uñas en la piel de los hombros ajenos. Acostados en todo su largo, con sus miradas pegadas les era difícil no sentirse acalorados, deseosos.


-ingresa otro, por favor, necesito... mas...


Vegas le dio un beso corto antes de hacerle caso e ingresar un segundo dedo para luego empezar a moverlos, las sensaciones que envolvieron al omega lo tenían atontado.


-mas... mas...

-tranquilo bebe, no quiero lastimarte.

-hasta el dolor que me causas me da placer- le dio un beso corto – por favor, dame más.


Vegas no espero, no podía, su propio lobo y mente lo pedían, querían todo. Fue de esa forma en que se preparó, quito los dedos de su interior y se acomodó para entrar en él. Las piernas Pete se movieron, sin pensarlo las enredo en la cintura ajena buscando más contacto y tomo su rostro dándole un beso lento y dulce. Sus mentes se desconectaron entonces, sus cuerpos tomando el control, moviéndose sin cuidado y buscando el mayor placer. Con estocadas lentas y cuidadosas Vegas comenzó a tomarlo, su beso subió de intensidad haciendo que sus cuerpos se aceleren, al igual que las embestidas. Todo fue un borrón luego de eso.

Tupananchiskama (Vegaspete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora