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Capitulo 8: Prueba final.

-Rosita.

...

-Rosita?...

...

Rosita!

Despertó de su trance, miró a su alrededor, su modo de alerta disminuyó cuando reconoció el lugar, estaban en el teatro New Moon, estaba sentada en una de las sillas y a su lado estaba su esposo Norman, quien la miraba con preocupación, esperando una respuesta suya pacientemente.

-...¿Todo bien?

Norman preguntó, Rosita miró a Norman, antes de asentir, reaccionando.

-S-si, estoy bien.

-¿Quieres irte? puedo decirle al señor Noodleman y nos vamos.

-...No, no, no, yo quiero quedarme, no quiero seguir preocupando a los niños por esto.

Norman no parecía convencido ante eso, pero no protestó ante la decisión de su esposa, le dio su bolso que llevaba para los ensayos, Rosita agradeció en voz baja mientras tomaba la bolsa para revisar adentro, Norman fue con ella para darle un beso en la mejilla y darle un abrazo que si bien duró poco, fue consolador para la mujer de ojeras. 

-Llámame si algo mal pasa ¿Esta bien?

Rosita asintió, su esposo sonrió levemente, preocupación detallada en su mirada, se levantó de su asiento y se fue para dejar a Rosita, la mujer rubia se quedo en su asiento antes de escuchar pasos llegar a ella, era Eddie, quien miro unos momentos a Norman irse antes de bajar su mirada a Rosita, le sonrio levemente.

-¿Como te encuentras, Rosita?

-Algo mejor, estoy avanzando...ese hombre, no esta aqui verdad?

La sonrisa de Eddie decayó un poco ante la pregunta, pero negó con su cabeza.

-No, por ahora tiene el día libre, no tendrá que molestarse con su presencia.

Rosita suspiró aliviada, pues la principal razón de la cuál no quería venir era por no soportar la presencia de Jimmy Crystal, pero quien exactamente podía culparla? Había sido un escenario demasiado traumático
El como todo estaba en cámara lenta, como su mirada vio la figura de Buster cayendo lentamente, como en ese momento sintió un impulso para saltar para querer salvarlo, faltaban centímetros, centímetros para que sus dedos se entrelazaran, pero solo rozaron Buster cayó.
Había rojo, había gritos, fue su culpa.

Si ella no hubiera tenido miedo nunca, si ella hubiera saltado la primera vez, nada de esto hubiera pasado, fue su culpa, fue su culpa, su

-Rosita?

La mujer jadeó, no, tomó aire, una buena bocanada, ¿Cuándo había dejado de respirar? miró a su lado para ver a Eddie sosteniéndola de sus hombros, Eddie la miraba preocupado, entonces Rosita se dio cuenta, suspiró y bajo su mirada.

-Lo lamento, lo siento.

-No te disculpes.

Ambos se quedaron callados, había culpa en los ojos de Eddie.

-M-mira, Rosita, no debes hacerlo si no quieres, puedo buscar otra alternativa, no quiero lastimarte-

-Eddie, créame cuando te digo que esto es de mi propia voluntad, yo quiero participar en este show. Si es la manera de quitarnos de encima a esos mafiosos que así sea, no quiero que suceda lo mismo que con...él.

Eddie entendió, nadie había sido el mismo desde que escucharon el caso en las noticias, no lo conocían del todo bien, pero sin embargo, era un peso muy grande que marco a todos, el productor se quedo en silencio antes de asentir.