🎸 15. Por ti

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(Belanova)

ALEX

Observo a Max, intentando descifrar si está proponiendo que lo hagamos otra vez o si sigue hablando del asunto de las reproducciones de su canción.

Cuando Borja me contó que Max había grabado una canción y la lanzó en distintas plataformas, no pude evitar involucrarme y ayudarlo un poco a despegar. Pero esperaba que este secreto nunca se supiera, y ya que la estúpida de Sussy había llegado a investigar lo suficiente para que dudara, no quise seguir mintiéndole.

Lo que no esperaba, es lo que acaba de proponer.

—¿No te bastó con todas las veces que lo hemos hecho? —bromeo, intentando desviar el tema.

Max sonríe y aparta la mirada. Ese gesto tan sexy que me hace recordar al músico que vive en él.

—No, cerebrito. Te estoy pidiendo que hagas tu magia —comenta, ilusionado—. Haz que nuestra música siga creciendo, que se escuche en todos lados.

Me quedo pasmada al escuchar la sugerencia de Max. Él me mira con atención, esperando una respuesta, pero no logro hablar ni procesar los motivos de su petición.

—Te ofrecí borrar los videos y me dijiste que no. ¿Por qué quieres hacer esto ahora?

—No es lo mismo —cuestiona—. Esto solo será como dices tú, una ayuda para que después vuele por sí solo.

—No lo sé, Max.

—Álex —murmura, tomando mi mano cuando intento levantarme de la cama, evitando que lo haga—. Estoy en el punto más alto de mi carrera, este es el momento preciso para consolidarnos y mantenernos ahí durante un largo tiempo.

—Es arriesgado. ¿Y si te descubren?

—No lo harán. Sussy no tiene idea de quién hizo todo esto y nunca lo sabrá. Esto será un secreto solo entre nosotros —susurra en mi oído, dándome una mordida en el lóbulo de la oreja, haciéndome estremecer—. Seremos más famosos y nuestras ventas aumentarán. Después de un tiempo no será necesario intervenir. Solo esta vez.

Muevo mi cabeza para darle más espacio y él aprovecha para recorrer mi cuello con sus labios.

—¿Esto es por la fama o el dinero? —inquiero.

—Por la música.

Me separo un poco para mirarlo a los ojos. Me observa con atención, con esa mirada entusiasmada que siempre tiene cuando baja de un escenario. Ahora mismo no estoy segura si es por mí, o por la idea que ronda en su cabeza.

—Si lo hago, ¿qué gano yo?

—¿Un secreto? —bromea, sonriendo de medio lado, marcando notoriamente esos hoyuelos que me enloquecen—. Ese es el pago de Solaris, ¿no?

—Creí que ya no teníamos secretos.

—¿Tenemos un trato o no?

Me cruzo de brazos y lo observo con los ojos entornados.

—Bien. Cuéntame tu secreto.

—Mi secreto es... —Hace una pausa, recorriendo con sus dedos el hilo negro del colgante que me regaló para mi cumpleaños—, que te amaré por siempre.

—Eso no es un secreto.

—Upsi —dice, fingiendo inocencia.

Resoplo y él aprovecha mi distracción para hacerme rodar en el colchón haciéndome cosquillas.

—Está bien, está bien —cedo, revolviéndome en la cama para alejarme de él—. Lo haré.

—¿De verdad?

[2] En mis canciones©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora