Crimen Y Castigo -30

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Capítulo 30

ONMICENTE

2 de septiembre de 2015

Mystwood (Alaska)

Crímenes, asesinatos, desapariciones. Nada era como lo recordaban los habitantes de Mystwood, ya que solía ser un lugar tranquilo con maravillosas vistas. Todo eso terminó cuando comenzaron las desapariciones y ahora incluyendo los recientes asesinatos.

Un asesino suelto, millas de sospechas, ningún culpable. Pero hay una mente que no olvida y que lo recuerda todo. A pesar de lo sucedido, nadie olvidó lo que le había sucedido al profesor Van Doren y cómo había humillado a esos estudiantes para obtener una mejor calificación. Cuando Arizbeth Eeriest lo descubrió, la gente del pueblo lo atacó, diciendo que alguien tan prestigioso podía ser alguien tan repugnante también.

Lo repudiaron y por supuesto querían que tuviera un castigo mejor que la muerte. Sin embargo, nadie, ni siquiera su esposa, sabía dónde había ido, pero Tadeo solía decirlo.

Los árboles tienen oídos.

El bosque lo sabe todo, al parecer se había escondido en una cabaña donde solía pasar los fines de semana. Había estado allí todo el tiempo y nadie nunca lo encontró. Pensó que se estaba burlando de la policía, no tenía mucho en esa cabaña pero tenía el río Brahams a media hora de distancia. Las madres de esos estudiantes darían cualquier cosa por estrangularlo. Todos estaban indignados.

Mientras Van Doren miraba un programa sobre música de los 80 y sonaba All Your Love on Me de Abba, escuchó un golpe en su puerta, lo que provocó que se derramara su cerveza. Se puso pálido e incluso podía oír los latidos de su corazón con fuerza. hora.

Nadie había llamado a su puerta durante el tiempo que estuvo huyendo.

Pero nuevamente hubo una llamada.

1...

2...

3...

Hasta que volvieron a llamarlo, entonces su corazón se relajó. Pero todavía estaba inquieto, por lo que se preguntó si debía ir a ver. Finalmente se acercó temeroso a la puerta, le sudaban las manos y se las frotaba en la ropa. Se armó de valor y abrió la puerta y miró a su alrededor pero no había absolutamente nadie, tomó aire y trató de relajarse pensando que tal vez debería descansar.

En un momento levantó la vista hacia una ventana medio rota de la cabaña y vio que había algo escrito.

"Be careful, someone could be watching you"

—Cuidado, ¿alguien podría estarte observando? —Repitió en modo de pregunta ya que no estaba seguro de lo que leía, estaba aterrorizado, tanto que su respiración se volvió irregular de nuevo.

Él se acercó a la puerta de nuevo, y de pronto se asomó una persona con una máscara blanca haciendo que él cayera del susto y se hiciera para atrás arrastrándose por el suelo. Su corazón saltaría en cualquier momento de su pecho.

—No, por favor no me hagas daño —pidió con lágrimas en los ojos que se confundían con su sudor qué corría por todo su rostro.

El enmascarado entro con su habitual cuchillo en mano recorriendo con el la mesa de madera que tenía. El temor, la desesperación, el miedo y todo aquello que le trasmitía en ese momento Fendrik Van Doren lo alimentaba más, porque quien iba a pensar que alguien tan prepotente, egocéntrico y todo lo que solía definir a Van Doren se esfumara ahora mismo, convirtiéndolo en alguien débil y temeroso, como un pequeño cachorro asustado.

I Expediente SpektorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora