The Blackforest -27

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Capítulo 27

A R I Z B E T H

24 de Agosto

Mystwood, Alaska

Habían pasado unos días y cada uno era peor que el anterior. La duda me consumía con respecto a quien era C, era confuso y a la vez absurdo. Oí los llamados de mi mamá que rompieron aquella cápsula de pensamientos, me llamaba para el desayuno así que tome lo que me faltaba y baje.

Ella había aceptado el hecho de que debía volver a la escuela, además de que el profesor que ella había contratado dijo que no volvería porque le parecía que yo era una persona narcisista pero se lo decía alguien que también lo era.

—¿Vas a desayunar?

—Sabes que no —respondi con gracia y ella rodó los ojos.

—Toma —dijo y me entregó un sobre —. Saldré unos días.

—¿De nuevo? —Pregunté sorprendida.

—Hay un paciente que solicitó verme, en Wichita, condado de Sedgwick —respondió y yo la mire como si lo que me hubiera dicho fuera una broma.

—¿Kansas? —Pregunté y ella asintió.

—Lo siento cariño, es trabajo no quisiera irme pero necesito que me prometas algo —dijo y me tomo por los hombros y asentí de inmediato —. Promete que puedo confiar en ti y que cuando vuelva no tendré aquí al oficial Bates.

Yo reí un poco y ella me miró sería por lo que deje de reír.

—Mamá, claro que puedes confiar en mi —le dije y ella suspiro y sonrió.

—Solo será una semana, es un paciente especial —dijo tomando su bolso y yo alce una ceja.

—Suena increíble mamá, eres una gran doctora —dije con admiración y ella inclinó su cabeza hacia mi.

—Gracias hija, puedo pasar a dejarte a la escuela y de ahí puedo irme al aeropuerto —propuso y yo asentí rápidamente.

El camino a la escuela estuvo lleno de reglas que mamá me decía que debía cumplir. Entendía su preocupación, últimamente lo único que hacía era darle problemas. Yo asentía a cada cosa que me decía, cuando estuvimos frente a la escuela ella me sonrió.

—Cuídate mucho, te quiero Airiz —dijo antes que me bajara.

—Yo también mamá —ella me dejo un beso en la mejilla y entonces me baje, sacudí mi mano en forma de despedida y ella se marchó.

Me di la vuelta y me encontré con una persona que no creí ver. Sang, quien iba caminando por el jardín con sus audífonos puestos, corrí un poco para poder alcanzarlo y puse una mano en su brazo para detenerlo él se giro un poco asustado y reí.

—Sang, ¿donde habías estado? —Pregunté pero él se notaba serio.

—Arizbeth, siempre estuve aquí —respondió —. Pero parece que tanto para ti como para Claire, en especial Claire —hizo una pausa —he pasado desapercibido.

—Oye lo lamento, pero creímos que estabas molesto o algo —dije y me alce de hombros.

—Y yo crei qué se la pasaban mejor con Scott Hawthrone, después de todo es mejor, ¿no? —Mencionó indignado y yo rodé mis ojos.

I Expediente SpektorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora