Prólogo

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La conocí en mi camino a Chicago, donde ella estaba tan sola al igual que yo. Así que me acerqué y le pregunté su nombre.
Ella sonrió y me miró; me sorprendió notar que una mujer como ella se interesó en mí.
El destino se ocupó de encontrarnos un par de veces más, poco a poco, aquella mujer que conocí en mi camino a Chicago, ocupó un gran lugar en mi corazón.
Cuando la tuve cerca, ella me descubría sus sentimientos, me pareció tan real esta chica; ella debía ser un ángel caído del cielo tan solo para mí.

Después de tantas cosas que pasamos juntos... me di cuenta que la amaba.
El amor que siempre busqué lo encontré en ella. Ella era mi vida, mi adoración. Con tan solo una mirada suya mi día estaba completo.
Ella hacía y deshacía en mí, ella era mi delirio, mi debilidad. Ella y su magia alteraban mi conciente, mi inconciente, mi cordura... mi locura.
Era mi ángel guardián. Ella... solo ella.

Me dijo que lo nuestro nunca terminaría, pensé que ella me amaba, pero... ella me mintió, me mintió a mí. Pensé que ella estaba amàndome.

Chicago (Michael Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora