Quince

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Ares:

llegamos a puerto donde encontraríamos al amigo de Jareth, al llegar él se dirigió a hablarle, no escuchaba que estaban diciendo pero nos miraban y después no, su amigo era alto pero no más alto que yo, pelo amarillo y ojos verdes, blanco y con las orejas puntiagudas, Jareth nos avisó de que nos dejarían subir, ya que estaban a punto de embarcar, el barco en el cual nos íbamos a ir es de mercaderes, proporcionan armas y demás, ya que el pueblo Guerreros son un pueblo de Elfos, Enanos y Goblins, son el pueblo que está protegido por el pueblo de los gigantes Bolter, este viaje duraría una semanas, así que tome mi catre y me puse a descansar.

*Hace tiempo atrás*

Abrí mis ojos y mire a mi alrededor, parecía que estaba en una cabaña, me encontraba en la cama envuelto en cobijas y tenía en la frente un trapo húmedo, voltee a mi derecha y estaba una chica joven cabello blanco, pálida ojos verdes y sus orejas de punta, parecía algo débil y enferma, quería ponerme de pie y al parecer la desperté

- ¿Por qué te levantas? - me empujo de nuevo en mi lugar, era firme con lo que decía

- déjame en paz humana- ella puso sus manos en su cintura y me miró fijamente

- en primer lugar soy un elfo no un humano y en segundo debes de obedecerme, parece como si hubieras luchado contra un corfeste -(son cocodrilos, estos viven en las aguas dulces y son grandes de vez en cuando los elfos para demostrar interés en otras especies ya sea enanos, goblins o gigantes y también humanos ellos pelean contra estas creaturas y si logran vencerlos para ellos es demostrar lo mucho que quieren estar con esa persona) parecía que cuando mencionaba el nombre de aquella creatura se miraba estresada

- ¿Qué hago aquí? - dije sentándome

- te encontré en el rio estabas lastimado y parecía como si tuvieras fiebre, te traje a mi casa te cure y te cuide- se sentó en la orilla de la cama - ¿estas tan loco para como pelear con una bestia así solo para llamar la atención de alguien? - lo expreso con una cara de desagrado y acercándose a mi rostro

- no, no me pele con un corfeste- alce la voz

- no me grites estoy aquí no en la cocina- dijo dándome un pequeño golpe en la frente- baja la voz- retomo su postura y me miro mal, me recordaba a mi hermano mayor él siempre me pegaba cada que le faltaba al respeto como decía el

- lo siento- se me salió como si fuera algo de todos los días- pero no pele contra eso- mire a la ventana la cual tenía las cortinas abiertas y dejaba ver el paisaje, era hermoso, pero no tanto como el mundo espiritual.

Mis hermanos pensaron que maté a Solaris y quizás medio mundo espiritual también, no me dejaron explicar y tampoco podía hacerlo el recordar su muerte era doloroso, sentí como las lágrimas caían no tenía expresión solo el agua salada de mis ojos caía por mis pómulos hasta mi garbilla

- sé que no me incumbe y que probablemente no quieras hablar de lo que te sucedió pero si quieres hablar para desahogarte algún día aquí estaré para escucharte y darte apoyo- sonrió, tenía una de las sonrisas más bonitas que había visto, parecía amable y sus palabras sonaban sinceras y eso me brindo calma

- me llamo Coleth Celestial- sonreí, ella me había salvado y cuidado a pesar de que no me conocía, no debe de ser igual que los humanos ¿cierto?

- soy Alis Bulger - sentía una calidez cuando estaba con ella era como si me trajera paz al corazón

*tiempo actual*

🐉

Desperté por el sonido del mar y a las personas gritando para que ayudara, suspire profundo, me habían despertado de mi sueño porque había una tormenta en el mar, esto era obra de Discord ¿quizás estaba tratando de llamar mi atención?, salí a la borda, el viento soplaba exageradamente y la lluvia corría junto a él empapando todo a su paso, los rayos caían en diferentes partes y las olas chocaban contra el barco , subíamos de ola en ola y caíamos fuerte, parecía que el barco de iba a caer en mil pedazos.

Corrí hasta la punta y me avente tome la forma de dragón y comencé a subir hasta llegar arriba de las nubes , normalmente cuando sucedían tormentas por un capricho de Discor me tocaba a mi desaparecerlas ya que soy uno de los dragones con una flama tan ardiente que podría dejar en cenizas a un pueblo entere, tome aire, y sentí como las flamas recorrían desde mi espalda asta llagar a mi garganta y lo deje salir, lo lancé solo en las nubes que tenían tormenta , al parecer a Discord se le ocurrió jugar con nosotros nada más.

Volé hasta llegar a donde estaba el barco, al parecer todo estaba bien, la luna iluminaba todo, me gustaba volar pero no podía mantener mi forma de dragón por mucho tiempo ya que soy un protector y los protectores no podemos tomar las formas de dragones sin permiso de nuestro invocador pero como soy un dragón celestial claro que podía al menos por unos momentos, tome mi forma humana y caí en el barco, todos me miraban sorprendidos y yo solo les pase por un lado golpeando el hombro de Meruem y entrando a la habitación y volviendo a tomar mi siesta.

* hace tiempo atrás*

Jugábamos en el rio, ella miraba como intentaba atrapar unos peses con mis manos, pero no lo lograba, mire en su dirección, ya no me estaba prestando atención perecía sumida en sus pensamientos, me quede parado mirándola.

Llevo unos meses viviendo con ella y su hermano mayor Artur, me enteré de que ella es muy enfermiza, con poco se enferma mucho, le dijeron que no viviría más de 18 años, en unos meses cumple 18, eh tratado de ver si mi divinidad le ayudaría al menos un poco con su enfermedad, pero soy un dios de guerra, si fuera como mis hermanos quizás le podría salvar la vida, pero no lo soy.

Ella me miro y sonrió, a pesar de todo lo que pasa por su mente y su cuerpo ella aún sigue sonriendo, su sonrisa es cálida, le sonreí de regreso e intente atrapar un pez a lo cual logre

- mira- grite mientras alzaba al pez y lo enseñaba, ella se alegró junto a mi

llegamos a la cabaña comimos bebimos y reímos un poco y llego la hora de dormir yo por otro lado salí a dar un paseo, vivía bien a pesar de estar en el mundo humano, llegue bajo de un roble y me senté para pensar mejor, mis hermanos me trajeron aquí como un castigo sagrado o algo por el estilo, pero no lo siento como tal, me siento feliz aunque no tanto, Alis se volvió mi mejor amiga, le Conte quien era y que paso en mi vida a ella no le importo tanto porque me dijo que lo que importaba ahora era que despediría ser en el futuro.

Suspire profundo, tome la decisión de dejarla ir, pero con mi protección para que pudiera descansar sin preocupaciones, metí mi mano en mi pecho y tome un pedazo de mi corazón, al sacarlo se cristalizo, tome la cadena de uno de los collares que me regalo Artur y puse mi corazón en él, le daría mi corazón como un tributo a los dioses para que la dejaran descansar en paz.

Quizás me había enamorado de ella y eso era lo que más me dolía.


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En el  brillo de las llamas rojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora