5: Where Do Broken Hearts Go?

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5: Where the broken hearts go?

04 de julio de 2021

Londres, Inglaterra.

GP de Austria

Nessa sigue dando saltos por la sala, incluso horas después de que Max quedara en primer lugar al finalizar la carrera, lo he llamado por semanas, le he dejado una infinidad de mensajes, pero él sigue sin contestar ninguno de ellos y cuando llamé a Charles hace unas horas no supo darme razones de él.

Era consiente de que la había cagado en grande, debí dejar mis miedos de lado, pero cuando todas sus palabras cayeron sobre mí entre en un completo pánico, me dio miedo no llenar los zapatos de ser su novia, me dio miedo volver a lastimarlo.

— Mami, ¡Cuidado! — Giro hacia Nessa, pero vuelvo a mirar hacia mis manos cuando el dolor ardiente quema todo a su al rededor, suelto un chillido agudo mientras me tiro hacia el lavaplatos.

Sollozo por el dolor agudo mientras el agua se desliza por toda mi palma herida, la zona está roja e incluso puedo prever que se inflamará, Nessa da gritos de fondo e intento calmarla con mis palabras, pero mi llanto no ayuda a que la niña se calme.

— ¡Mamá se hizo daño! — Chilla Nessa, quiero girarme para decirle que puede calmarse, que nada va a pasarle, pero cuando intento sacar mi mano del agua el dolor se hace más agudo.

Giro sobre mi tronco para quedar de lado esperando fijarme en Nessa, pero en realidad choco con un pecho fuerte, el olor de su colonia me envuelve completamente y eso hace que me relaje, sorpresivamente, su mano sujeta mi cintura y la otra toma la muñeca de mi mano lastimada.

— ¿No discutimos alguna vez lo peligroso que era el cocinar sin prestar atención? — Saca mi mano con cuidado de agua y me lleva hasta uno de los asientos de la cocina, me quejo por el dolor, pero él se lo toma con calma. — Ness, princesa, en el bolso de papá hay un botiquín, ¿puedes traerlo por mí?

Nessa sigue sus órdenes y abre todos los bolsillos a su paso hasta que encuentra el botiquín portable, cuando nuestra hija lo acerca él se hace cargo secando la herida con suavidad y luego aplicando con delicadeza una crema que calma el ardor un poco, luego, gira mi mano para dejar un beso en el dorso.

No puedo moverme o hablar, Nessa abraza a su padre con emoción, él la carga y llena su cara de besos haciéndola reír de manera estruendosa, cuando la deja en el suelo nuestra pequeña hija corretea distraída por todo el salón y él vuelve a prestarme atención, sus pasos son lentos hasta que se escurre entre mis rodillas.

— Debí contestarte, debí buscarte en cuanto acabo la llamada y hacerte entrar en razón — Max presiona su frente contra la mía y creo que puedo respirar, cierro los ojos dejándome sumergir en su mundo.

¿Por qué seguía volviendo a mí?, cada vez que me daba la oportunidad yo solo la usaba para lastimarlo, siempre que podía, qué sentido tenía que siguiera enamorado de mí, pudiendo tener a cualquier mujer, Max no paraba de elegirme.

— ¿Qué haces aquí, Max? — No quiero que me empuje lejos, tampoco que vuelva a irse, pero no puedo entenderlo.

— Vengo a ti, a ustedes, te lo prometí cuando las volví a encontrar — Su rostro se aleja de mí apenas unos centímetros para dejar un corto beso en mis labios.

Intento refutar su opinión, pero no deja que lo haga cuando corre con Nessa y la levanta en los aires, da algunas vueltas con ella aún levantada hasta que tropiezan con el sofá cayendo en él envueltos en una carcajada que llena la casa de vida.

Sigo en la sala mientras ambos juegan, Nessa no para de intentar que su padre le sirva té en su pequeña taza de plástico, suena chillidos y risitas cuando Max juega a ser una persona fina, no puedo negar que la escena es irónica y si mi mano no fuese un desastre estaría usando mi teléfono para fotografiar la escena.

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